California pasa por su tercer año de sequía. La pasada semana, la Universidad de California, Davies, presentaba un informe en el que se detallaba el impacto económico de esta situación sobre la industria agrícola, uno de los pilares económicos de este estado. En total, en 2014 la sequía pasará una factura de 2.200 millones de dólares al estado de California, una situación que según los expertos en cambio climático de la universidad no puede tildarse de “catastrófica”, pero que requiere de una gestión cuidadosa e inminente puesto que se prevé que la escasez de lluvias se prolongue durante los próximos dos años, a pesar de la llegada de El Niño.
En California se cultivan casi la mitad de las frutas, verduras y frutos secos del país, y se produce casi un cuarto de la leche de EE.UU. La importancia de la industria agrícola para la economía del estado es relevante, representando un 2% de su PIB. Por el momento, los efectos de la sequía para el sector agrícola se han paliado echando mano de las reservas subterráneas de agua, aunque el estudio de la Universidad de California alerta sobre los efectos desastrosos que pueden sobrevenir al tratar estos recursos como si fueran una “cuenta de ahorro sin límite”. California es uno de los pocos estados en los que el uso de las reservas de agua subterránea está todavía sin regular.
En el Valle Central de California, corazón agrícola del estado, la sequía ha reducido en un tercio el agua proveniente de recursos fluviales disponible para las granjas. Para reemplazar estos recursos, los granjeros han estado bombeando agua del subsuelo, “en ocasiones duplicando los recursos extraídos de los acuíferos subterráneos respecto al año pasado”. Más del 80% de esta actividad de reemplazo se concentra en el Valle de San Joaquín y en el Tulare Basin.
Mediante este estudio, la Universidad de California pretende concienciar sobre la importancia de una gestión razonable de los recursos acuíferos subterráneos. “La industria agrícola californiana está sobreviviendo bastante bien esta sequía, fundamentalmente gracias a las reservas subterráneas de agua”, explica Jay Lund, co-autor del estudio y director del CWS (Center for Watershed Sciences) de la Universidad de California, Davies. “Sin embargo, esperamos un impacto sustancial en la economía y el empleo local y regional. Necesitamos manejar los recursos acuíferos subterráneos correctamente para asegurarnos de que sigan ahí para ayudarnos en periodos de sequía futuros”.
“Tenemos que mejorar nuestra gestión de los recursos acuíferos subterráneos si queremos asegurar el futuro del sector agrícola californiano”, comentaba Karen Ross, secretaria del Departamento de Alimentación y Agricultura de California, en la presentación del estudio, que ha sido financiado en gran medida por este organismo. “Por eso hemos desarrollado el Plan de Acción del Agua de California, así como una propuesta para gestionar el agua subterránea de forma sostenible.”
Según el autor principal del estudio, Richard Howitt, los recursos subterráneos de agua tienen que protegerse especialmente en los años en los que llueve más, para conseguir que las reservas se recuperen y así asegurar las cosechas cuando llega la sequía, sobre todo las más rentables para el estado como las de almendras y uvas. “Una cuenca acuífera bien manejada puede usarse igual que una cuenta de ahorro en el banco”, explica Howitt, que es también profesor emérito de ciencias económicas agrícolas. “Estamos actuando como el millonario que tiene tanto dinero que no siente la necesidad de mirar lo que gasta”.
Algunas conclusiones importantes del estudio son:
- El coste directo para el sector agrícola asciende a 1.500 millones de dólares (pérdidas de ingresos de 1.000 millones más 500 millones de costes por bombeo de agua subterránea). Esta pérdida neta representa un 3% del valor total producido por el sector agrícola en el estado de California.
- El coste económico total asociado a la sequía en 2014 asciende a 2.200 millones de dólares.
- La sequía genera la pérdida de 17.100 puestos de trabajo estacionales y a tiempo parcial relacionados con la industria agrícola, representando un 3,8% del desempleo del sector.
- 428.000 acres, o el 5% de las tierras de cultivo de regadío se quedarán sin producir en Central Valley, Central Coast y el sur de California debido a la sequía.
- La sobreextracción de agua subterránea en una de las zonas más afectadas, Tulare Basin, provocará que los nuevos pozos se sequen si la sequía se prolonga.
- El sector ganadero y lácteo californiano se verá afectado con pérdidas de 203 millones de dólares derivadas de menores pastos y mayores costes de piensos y almacenamiento.
- Se prevé que la sequía se prolongue durante 2015, a pesar del fenómeno meteorológico de El Niño.
Los restantes co-autores del informe son Josué Medellín-Azuara y Dan Sumner, economistas agrícolas de UC Davies, y Duncan MacEwan, de la firma de consultoría ERA Economic en Davis.
A través de este link puede acceder al informe completo.