A las doce y un minuto de la noche de hoy, el Reino Unido habrá salido de la Unión Europea, tras medio siglo de historia compartida. Un proceso que ha costado tres años y medio en materializarse y que no será realmente efectivo hasta el 31 de diciembre de este año, ya que ahora comienza es una fase de transición durante la que se negociarán los tratados económicos y comerciales con los que el Reino Unido se relacionará con la Unión Europea y sus países.
Por ello, a partir del sábado, el Reino Unido ya no tendrá ningún miembro en el Parlamento Europeo, pero sí permanecerá en la unión aduanera y el mercado único de la UE hasta el final del período de transición. El Reino Unido también seguirá involucrado en unos 40 acuerdos comerciales que la UE tiene con otros países. “El Reino Unido ya no puede optar por permanecer en la UE revocando el artículo 50, que es el mecanismo por el cual los países salen de la UE. Puede comenzar a negociar acuerdos comerciales con otros países, aunque los nuevos acuerdos no pueden aplicarse hasta que el Reino Unido abandone la unión aduanera europea”, matiza Azad Zangana, economista y estratega senior de Schroders.
Según los expertos, la fase de negociación de los acuerdos comerciales será la parte más complicada. «El Reino Unido tiene que establecer un acuerdo comercial con su mayor socio comercial, la UE, antes de que termine el periodo de transición. Normalmente, esto lleva años de negociación. Si el acuerdo no se alcanza, o se extiende, aún podríamos enfrentarnos a un Brexit duro. El Reino Unido también tiene que negociar acuerdos comerciales con otros países y, una vez más, no es una tarea sencilla. Como no se conocen cuáles serán las reglas del comercio, es difícil para las empresas hacer planes para el futuro, lo que probablemente pesa sobre el crecimiento. Europa ya ha advertido al Reino Unido que, si sus normas difieren demasiado de las de la UE, tendrán menos acceso al mercado europeo. Esto incluye la fiscalidad de las empresas, las ayudas estatales, las normas ambientales y las leyes laborales. Europa también advirtió al Reino Unido que tienen que hacer controles de los bienes que van a Irlanda del Norte desde Gran Bretaña después del Brexit – como se aceptó en el acuerdo de retirada – a pesar de que el Johnson sigue diciendo que no habrá controles», explica Donny Kranson, gestor de renta variable europea de Quality Growth (Vontobel AM).
Por su parte, Gregory Venizelos, senior Credit Strategist at Research and Core Investments en AXA Investment Managers, añade que “el punto clave será junio, cuando se decidirá si el plazo que hay hasta finales de este año para establecer todos los acuerdos comerciales será suficiente o si será necesaria una nueva prórroga más allá del 31 de diciembre de 2020. En principio, y tal como ha mostrado Boris Johnson, primer ministro británico, su intención es estar totalmente desvinculado de la Unión Europea el 1 de enero de 2021, pero es complicado. Hay que tener en cuenta que el acuerdo de libre comercio se tardó en hacer casi una década, y ahora estamos ante once meses para pactar todo. Además, creo que uno de los puntos más sensibles será el tema de la pesca y el dominio de las aguas para esta actividad”.
Después de tanto debatir sobre si Brexit duro o blanco, se podría decir que la situación a día de hoy presenta menos incertidumbre y volatilidad de lo que en un primer momento se valoró tras la llegada de Johnson. “Si se evita una salida precipitada veremos una apreciación de la libra frente a la mayoría de sus principales pares durante el resto de 2020. Esperamos que se alcance un acuerdo antes de que finalice el período de transición, que se cierra el 31 de diciembre de 2020, o más probablemente, que los conservadores cedan en el último momento y pidan un aplazamiento. En nuestra opinión, evitar una salida precipitada debería conducir a una apreciación de la libra frente a la mayoría de sus principales pares durante el resto de 2020”, señalan los analistas de Ebury que, a pesar del retroceso experimentado por la libra en el último mes, se muestra optimista con respecto a la divisa.
El papel del Banco de Inglaterra
Durante estos tres años y medio, el Brexit ha sido un motivo de riesgo y volatilidad para el mercado, lo que ha afectado a la libra y a los activos británicos. Por eso será muy relevante los próximos meses y los términos de los nuevos acuerdos comerciales que se pacten. “Tal y como están las cosas, el Reino Unido va en camino de un duro Brexit. Para el Reino Unido, el mejor acuerdo comercial debería ofrecer un comercio libre de aranceles y cuotas. En cambio, el peor de los escenarios sería que el país terminase el periodo de transición sin un acuerdo, por lo que las relaciones comerciales con la UE estarían sujetos a los términos de la World Trade Organization (WTO)”, explican desde Deutsche Bank.
Aunque hoy sea uno día que pasará a la historia, como también lo fue el día del referéndum (23 de junio de 2016), parece que el camino del Brexit no ha terminado y habrá que seguir esperando para ver qué consecuencias tiene. Por ahora, uno de los temas que ha captado la atención de los analistas es el papel del Banco de Inglaterra. En su reunión de ayer decidió mantener los tipos de interés en vez de rebajarlos, como esperaban algunos analistas ya que esto habría suavizado el periodo de transición que ahora se inicia.
Los expertos del banco privado suizo Julius Baer apuntan que incluso un acuerdo comercial significaría un Brexit bastante duro, ya que comprendería solo el libre comercio de bienes y causaría interrupciones en los servicios. Así, puesto que es muy probable que el resultado de la salida del Reino Unido de la UE termine en el escenario menos complicado posible, esta causará “consecuencias económicas y posiblemente provocará que el Banco de Inglaterra reduzca los tipos de interés”. Las únicas opciones que quedan, si hubiera hecho ese recorte de enero, sería recurrir a la flexibilización cuantitativa nuevamente (QE), o romper con el límite del 0,5%, que enviaría señales alarmantes sobre el estado del país a los mercados. De este modo, la recuperación de la estabilidad de la libra esterlina parece haberse agotado y probablemente de pasos hacia “una volatilidad creciente”, señalan estos expertos, ya que muchas cuestiones sobre esta materia siguen sin resolverse.
Según explica Philippe Waechter, director de Investigación Económica de Ostrum AM (afiliada a Natixis IM), “el encuentro del banco central británico reflejará dos dinámicas contradictorias. La primera, relacionada con el riesgo asociado al Brexit y su entrada en vigor este viernes día 31; unos tipos más bajos suavizarían la transición. Por otra parte, los últimos datos del mercado laboral, tanto en lo que se refiere al empleo como a los salarios reales, sustentan la idea de no hacer cambios en la política monetaria, que es lo que, en definitiva, esperamos”.
Para ver el papel que finalmente el Banco de Inglaterra va a jugar, probablemente habrá que esperar a finales de marzo cuando Andrew Bailey sustituirá a Mark Carney como gobernador del Banco de Inglaterra el 16 de marzo, y diez días después presidirá su primera reunión al frente del organismo. “Este encuentro será seguido de cerca para escrutar cualquier signo de respuesta del BoE tanto al Brexit como a los presupuestos generales. No creemos que el cambio de gobernador suponga un cambio dramático en la política del Banco de Inglaterra. Por supuesto, el Comité de Política Monetaria tendrá en cuenta, tanto el Brexit como los presupuesto. Sin embargo, las evaluaciones detalladas del estado de la economía del Reino Unido se publicarán probablemente en el Informe de Política Monetaria trimestral de mayo. Será la primera oportunidad del Banco tras el Brexit para exponer el análisis y las proyecciones que utiliza cuando considera la posibilidad de hacer cambios en los tipos de interés”, explica Zangana.
Renta variable del Reino Unido
Mientras, muchas gestoras siguen defendiendo que es un buen momento para comprar renta variable del Reino Unido, en parte por lo atractivo de sus valoraciones. En opinión de Maya Bhandari, gestora de carteras de multiactivos de Columbia Threadneedle, este tipo de activo ha recuperado el favor de los inversores. “Si bien las acciones del Reino Unido participaron de la revalorización generalizada el año pasado, su avance en comparación con el de otros mercados fue lo suficientemente moderado para que la diferencia entre los PER a un año se ampliara en casi dos puntos frente a Europa y en tres puntos y medio en comparación con la renta variable mundial, más del doble de las medias históricas y cotas extremas de los 15 últimos años. Las posiciones infraponderadas de los inversores también parecen extremas, a pesar del leve aumento en los flujos de los ETFs después de las elecciones”, explica.
Según su valoración, esto no quiere decir que las perspectivas para el Reino Unido estén garantizadas, sino que son mucho menos inciertas que hace uno o dos meses. “Siguen existiendo riesgos respecto del destino final del Brexit: con una abultada mayoría del Partido Conservador, de hecho puede haber aumentado la probabilidad de que el acuerdo comercial sea magro al tiempo que se ha reducido la perspectiva favorable de un acuerdo que conservara las ventajas de la estrecha coordinación. Cualquier acuerdo o, incluso, la prórroga de los acuerdos transitorios también requiere la aprobación por parte de todos los Estados miembros de la UE. Sin embargo, como contraste, se han desvanecido los riesgos de aumento del impuesto de sociedades, nacionalización y una mayor carga regulatoria que prometió el Gobierno liderado por Corbyn. Y, evidentemente, el Reino Unido es también un mercado defensivo en esencia, con buenos dividendos que siguen intactos”. Por eso desde Columbia Threadneedle defiende que el mercado británico ofrece una atractiva prima de riesgo, en su propio contexto y, especialmente, en comparación con otros mercados.