Desde BNP Paribas AM están convencidos de que la caída en las acciones de las empresas que ofrecen soluciones medioambientales a principios de 2021 no es más que la antesala de un segundo capítulo de recuperación, y que por ello es el momento de sumar posiciones, sobre todo para quienes se perdieron el rally de estas compañías el año pasado.
Los analistas de la gestora consideran que la próxima década traerá muchas oportunidades relacionadas con las soluciones que exige el cambio climático, pero también por cómo se conecta con otros problemas como la pérdida de biodiversidad o la propagación de pandemias.
En este contexto, Ramón Esteruelas, especialista de producto de fondos de renta variable global y temática, realizó una actualización de dos estrategias: el Energy Transition, sobre transición energética, y EARTH, un fondo long-short de renta variable que protege más a los inversores del riesgo mercado y de la excesiva valoración de algunas de estas compañías. Combinados, ambos cuentan con más de 4.000 millones de euros en activos bajo gestión y aprovechan las oportunidades de la transición a un mix energético distinto del actual, en el que el 60% de la energía se produce quemando combustibles fósiles.
Esteruelas abordó las preocupaciones por la caída registrada por el sector a principios de este año y las perspectivas para el resto del 2021. “Consideramos que la rotación de growth a value que se ha producido en el último mes en las carteras puede seguir penalizando, pero menos en nuestra cartera porque ya nos hemos posicionado algo hacia value con servicios públicos”, indicó.
El equipo ve el aumento de yield como algo temporal y no debido a causas estructurales de estas empresas, si bien puede afectar a la valoración de algunas de ellas. “No vemos grandes problemas de inflación por ahora y hay mucha deuda que necesita financiación, sobre todo con estos planes de ayuda a nivel estatal tan masivos que se están lanzando. Hemos visto el ajuste como algo sano que nos ha ayudado a aumentar posicionamiento en algunas compañías”, explicó.
Los motivos para invertir en estos fondos temáticos siguen vigentes: los efectos sobre el medio ambiente, que hacen que en la actualidad la mayoría de la emigración en el mundo se deba a causas relacionadas con el cambio climático y no políticas; el aumento estimado de la población a 9.000 millones de personas en 2035 y por tanto el incremento de consumo de energía, también impulsado porque en los países pobres y emergentes la mejora del nivel de vida hace que la población comience a adquirir bienes de consumo discrecional.
Un fondo para la transición energética
Las tres áreas en las que se enfoca el BNP Paribas Energy Transition son la producción de energías renovables, sector en el que existen grandes compañías en España, que es uno de los países con mayor peso en el fondo. También la tecnología que ayuda a mejorar la eficiencia energética –por ejemplo los termostatos- y finalmente las infraestructuras y el almacenamiento de energía, sobre todo las baterías.
El fondo de renta variable global fue lanzado en 2019 y cuenta con un universo de inversión de 1.200 compañías. La cartera está compuesta aproximadamente con un tercio de empresas de cada uno de los tres sectores.
En 2020 tuvo una rentabilidad de alrededor del 164,5%, frente al 6% del MSCI All Country World. El equipo gestor comenzó a hacer un giro hacia posiciones más prudentes después del verano 2020 y en los últimos meses han pasado más a sectores estilo valor (como servicios públicos) y aumentado la ciclicidad de la cartera incrementando el sector industrial, que representaba alrededor del 35% a finales febrero, señaló Esteruelas.
España representa en torno a un 3% de la cartera y China, una de las posiciones que quieren enfatizar, un 16%, cifra que probablemente aumente. “Vemos potencial sobre todo en la producción de vehículos eléctricos y fabricación de baterías para automóviles”, explicó el experto.
Recuperar el capital natural
El fondo BNP Paribas EARTH (Environmental Absolute Return THematic), lanzado en julio de 2020, añade a los tres pilares de la transición energética otros tres en torno a la “restauración de la destrucción de lo que se llama el capital natural”: el aire, el agua, los bosques, montañas y la biodiversidad. También existe una clase euro hedge registrada en España.
El enfoque es long-short: largo de compañías que ofrecen soluciones medioambientales en forma rápida y eficiente y corto de aquellas que no están adaptando su modelo o de las que a través del análisis cuantitativo propio de la gestora consideran que están sobrevaloradas. Invierten asimismo en función de si hay un catalizador. Por ejemplo un cambio en la demanda de litio, material fundamental para la fabricación de las baterías de coches eléctricos, que podría hacer que aumente el interés por las acciones de una determinada compañía.
El objetivo de rentabilidad anualizada se sitúa entre el 9 y el 12%, con entre 25 y 45 posiciones a medio/largo plazo, si bien en la actualidad tienen 77 por la estrategia de ser más prudentes. La exposición de mercado se sitúa en el +/- 20%.
Como ejemplo de las compañías que incluyen en portfolio, Esteruelas citó a Xinjiang Goldwind, una empresa china que es el tercer mayor productor de turbinas eólicas del mundo y que está muy bien posicionado para beneficiarse del crecimiento que se está produciendo en China para llegar a la neutralidad del carbono en 2060. Como estrategia para cubrirse del riesgo de mercado, se toman posiciones largas de esta compañía y cortas en el índice Hang Seng.