2020 será un año de tipos, crecimiento, inflación y rentas más bajas. En ese entorno, los inversores tendrán que asumir algo más de riesgo para poder encontrar las rentabilidades que buscan. BNP Paribas Asset Management identifica en su informe de perspectivas para este año sus preferencias en renta variable y renta fija de mercados desarrollados, deuda emergente y titulizaciones.
Renta variable de mercados desarrollados
En vez de asustarse ante la ralentización del crecimiento del PIB global en 2019, los mercados de renta variable se concentraron en las ventajas de unos tipos de interés más bajos y el respaldo de los bancos centrales. Por ello, la rentabilidad de las acciones procedió de un descenso de su prima de riesgo (análogo a un aumento de su ratio PER) y de una reducción de la tasa de descuento, y no de la esperanza de mayores beneficios.
No obstante, la gestora considera esto insostenible a largo plazo. “Los ratios PER proyectados del MSCI Europe y de mercados emergentes son medios, pero en Estados Unidos son elevados: el S&P 500 cotiza a 17 veces el beneficio proyectado, frente a una media de 14,7 desde 1985”, apunta.
En su opinión, los tipos de interés podrían caer más a medida que el crecimiento del PIB estadounidense continúe perdiendo fuerza. “Aunque el descenso del precio del dinero elevaría el valor actual del beneficio, el crecimiento de este último sufrirá ante tal nivel de crecimiento del PIB nominal”, afirma.
Para BNP Paribas AM, las guerras comerciales, el desapalancamiento y el vencimiento estructural sugieren algo similar en China, mientras que en Europa todavía hay esperanzas de un repunte moderado. “Ni siquiera una resolución de la guerra comercial impulsará claramente estas cifras” porque, aunque los aranceles entre EE.UU. y China han aumentado, su comercio representa menos del 4% del mundial”.
A su juicio, el ingrediente necesario para una revalorización sostenida de la renta variable es el crecimiento del beneficio de las empresas. Pero, en un mundo de crecimiento económico moderado, márgenes elevados y costes laborales crecientes, no está claro que las empresas vayan a ser capaces de potenciarlo de forma significativa.
De cara a 2020, se anticipan cifras de crecimiento del beneficio de doble dígito en EE.UU. y del 4% al 6% en Europa. Según la gestora, asumiendo cierta normalización de los múltiplos en EE.UU. y valoraciones estables en el resto de los mercados, es probable que la rentabilidad de la renta variable en 2020 sea inferior al 10%.
Renta fija de mercados desarrollados
BNP Paribas AM ve “pocas razones” para anticipar una fuerte subida de los tipos de interés para la deuda pública estadounidense o europea en los próximos meses. La inflación ha sido apagada en la última década, y las expectativas de crecimiento para el año que viene son moderadas (y decrecientes).
Para contrarrestar estos riesgos, considera que la Fed podría reducir la tasa de fondos federales más de lo que anticipa el mercado. “No obstante, una recesión en EE.UU. nos parece improbable: la confianza del consumidor permanece elevada, el dinero barato ha impulsado la construcción de nuevas viviendas hasta su mayor nivel desde 2007, y el paro no era tan bajo desde 1953”.
En la Eurozona, anticipa una continuación de la QE y cree que los tipos de interés no solo seguirán siendo negativos, sino que incluso podrían disminuir más si cabe. En el mercado de renta fija de la región se inclina por la “periferia” frente a los países core o semicore, ya que los diferenciales de rentabilidad al vencimiento (TIR) deberían ser estables o estrecharse con la reanudación de la QE.
“En general, nos inclinamos por valores estructurados -bonos de titulización de activos (ABS) y de titulización hipotecaria (MBS)- y por los mercados de crédito, ya que los tipos de interés bajos significan que las empresas pueden soportar mayores niveles de deuda”, revela en el informe.
Titulizaciones y activos reales
Las asignaciones en titulizaciones y activos reales han aumentado de forma significativa en los últimos años, debido en parte al efecto que han tenido la política monetaria no convencional y los tipos de interés bajos sobre los activos tradicionales.
Al caer las TIR e intensificarse la búsqueda de renta, los inversores concentran su atención en los mismos sectores de los mercados, lo que los encarece y les resta liquidez. “Los inversores deben gestionar riesgos como concentración de su cartera, correlaciones crecientes y grandes fluctuaciones de la volatilidad”, advierte la entidad.
Las titulizaciones atraen a los inversores, al representar un modo de evitar algunos de estos riesgos, que, en su opinión, no desaparecerán así como así. En este nuevo entorno, las empresas que buscan financiación recurren cada vez más a las gestoras y a los inversores institucionales. “Las titulizaciones han sido una fuente de activos que encajan con los pasivos de estos últimos”, señala. Los ABS, como la mayoría de las titulizaciones, están respaldados por un cupón basado en Euribor y un margen “que brinda protección frente al riesgo de una subida de los tipos”.
Renta fija emergente
La deuda de mercados emergentes mostró una buena evolución cuando la Fed dio marcha atrás a su política de tipos en 2019 y desencadenó el descenso de las TIR de la deuda pública estadounidense. Tras las caídas sufridas en 2018 por los bonos denominados en dólares y por los títulos en divisa local, generó rentabilidades atractivas.
¿Continuará esta fortaleza en 2020? La expectativa de BNP Paribas AM es que las TIR de la deuda global permanecerán bajas, anclando la renta estable que ofrece la deuda emergente frente a la renta fija tradicional. “Al mismo tiempo, oportunidades selectas en activos de TIR elevada y el potencial de apreciación de las divisas de este universo podrían generar ganancias significativas”, por lo que anticipa rentabilidades del 5% al 10% para este activo en 2020.