La mayor incertidumbre sobre las perspectivas de crecimiento para los mercados emergentes y los posibles efectos indirectos para los mercados desarrollados ha hecho mella en la propensión al riesgo de los inversores. Además, la Reserva Federal estadounidense va camino de subir los tipos de interés por vez primera en nueve años. Ewout van Schaick, gestor de carteras principal de la estrategia First Class Multi Asset (FCMA) de NN IP y máximo responsable de carteras multiactivos en NN Investment Partners, nos da su opinión en esta entrevista sobre la situación actual de los mercados y sobre lo que este escenario supone para el posicionamiento de sus carteras.
La creciente popularidad de las soluciones de inversión multiactivos queda patente en la llegada al sector de fuertes entradas de inversiones. Pero antes de hablar de su atractivo en el entorno actual, cabría sostener que han de considerarse enfoques multiactivos diversificados en toda clase de escenarios de mercado. La historia nos ha enseñado que las diferencias de rentabilidad entre clases de activos han sido bastante significativas y que, dentro de las clases de activos, persisten grandes diferencias entre, por ejemplo, regiones y sectores. Por tanto, la asignación táctica de activos (TAA, por sus siglas en inglés) tiene, en todo momento, una importante contribución a la rentabilidad total de una cartera, siempre que se acceda a opiniones de TAA de gran calidad. He aquí las respuestas del experto.
Desde el verano, la incertidumbre en los mercados ha experimentado un incremento bastante sustancial. ¿Puede explicarnos cómo lo está afrontando?
Los mercados parecen atravesar en este momento por una fase de fragilidad y tienen vida propia. No sólo ha aumentado la volatilidad en muchas partes del mercado, sino que la falta de coherencia en las dinámicas de mercado también es un rasgo digno de destacar. La incertidumbre en curso en torno a los mercados emergentes tuvo en agosto un efecto indirecto sobre los activos de los mercados desarrollados, que se tradujo en una acusada alza de la volatilidad de las bolsas de estos últimos. La volatilidad aumentó comparativamente mucho más que en otros períodos de incertidumbre de años anteriores. De hecho, el fuerte repunte de la volatilidad (medido por el índice VIX) fue comparable al de finales de 2011, si bien la duración de la fase de incertidumbre severa fue mucho más corta. En la actualidad, la volatilidad sigue siendo alta, aunque ha descendido respecto a los niveles máximos.
Las tendencias fundamentales en los emergentes y las materias primas justifican la cautela y traen consigo el riesgo de contagio a las economías desarrolladas. Este año se ha producido una fuerte divergencia no sólo de la dinámica de crecimiento (momentum), sino también de las rentabilidades de mercado entre los desarrollados y los emergentes y parece posible que, en algún momento, acontezca una renovada convergencia. Con todo, está conversión puede evolucionar de muchas maneras. Dicho de otro modo, el contagio de la debilidad en los emergentes puede arrastrar hacia abajo a los desarrollados o la resistencia de los desarrollados puede sostener los emergentes y ayudarles a tocar fondo e iniciar la ascensión en lo que resta de año.
En este momento, resulta muy difícil estar firmemente convencido de esta convergencia futura entre los emergentes y los desarrollados. Los circuitos retroalimentados de los mercados en desarrollo a los desarrollados, de los mercados a la economía real y de los encargados de formular políticas a los mercados pueden inclinar muy fácilmente el rumbo del sistema económico mundial hacia uno de esos resultados.
En medio de un panorama de fuerte fragilidad de los mercados, todo esto hace que las perspectivas sean muy inciertas. En vista de lo poco visible que es el rumbo de los mercados, preferimos centrarnos en lo que sabemos en lugar de hacerlo en lo que podría ser. Nuestras herramientas imparciales y concienzudamente probadas de asignación de activos son un referente crucial en estos períodos. Actualmente, siguen enviando señales contradictorias con un trasfondo defensivo, ya que indican posiciones cercanas a un nivel neutral en deuda pública y el sector inmobiliario, una pequeña postura negativa respecto a la renta variable y siguen señalando posiciones claramente negativas acerca de los diferenciales de la renta fija y las materias primas. En algún momento probablemente se producirá algún tipo de convergencia entre los emergentes y los desarrollados, lo que nos proporcionará una razón para una nueva adaptación táctica, que es probable que sea uno de los principales definidores del rumbo de nuestra postura de asignación de activos en lo que resta de año. Entretanto, nos mantenemos alerta y seguimos a la espera de lo inesperado.
La devaluación del yuan chino también originó mucha tensión y condujo a una debilidad de muchas otras divisas emergentes, que ya se habían depreciado considerablemente frente al dólar estadounidense. Algunos medios de comunicación llegaron incluso a sugerir el comienzo de una guerra de divisas. ¿Qué es lo que piensa a este respecto?
Que quede claro que el término “guerra” realmente no está justificado en este contexto. En los emergentes están adoptándose medidas expansivas generalizadas para combatir el bajo crecimiento y la reducida inflación. En vista de lo que les está sucediendo a los fundamentales subyacentes en China, también tenía sentido permitir una depreciación del yuan como consecuencia de una menor y no mayor manipulación del mercado. Esto no quita que actualmente surja una mayor incertidumbre en los mercados de divisas a corto plazo. Por tanto, nos mostramos cautos y preferimos no tomar en este momento posiciones largas en divisas de emergentes. A corto plazo, algunas divisas parecen muy infravaloradas, por lo que podrían experimentar un repunte. Además de esto, debería haber más apoyo de los bancos centrales, que se muestran preocupados sobre el ritmo de depreciación de las divisas, y/o el crecimiento económico debería anotarse en la región de los emergentes un repunte convincente. En este momento, hay pocas señales de cualquiera de estos supuestos.
Otro de los temas clave en los mercados son los bancos centrales y el rumbo de la política monetaria a escala global. ¿Podría una subida de tipos de interés por la Reserva Federal ser el punto de partida, esperado desde hace mucho tiempo, del giro de los tipos de interés? ¿Qué piensa sobre las perspectivas de los mercados de deuda?
Las perspectivas de rentabilidad de los valores de deuda son complicadas, debido al bajo punto desde el que parten los rendimientos. Al mismo tiempo, muchos analistas de mercado se han precipitado en los últimos años al pronosticar el giro de los rendimientos. También siguen siendo inciertas las perspectivas para los 18 próximos meses, ya que la Fed podría comenzar a subir los tipos de interés (aunque lentamente), mientras que el BCE y el banco central de Japón continúan inmersos en un proceso de relajación de las condiciones monetarias e incluso podrían destensar aún más su política. En consecuencia, la liquidez global en términos netos sigue aumentando.
En la actualidad, tenemos una postura neutral en deuda pública. El panorama fundamental sigue siendo propicio para la deuda. La dinámica de crecimiento cíclico está perdiendo fuelle y los motores de la inflación vuelven a perder potencia. En cambio, los indicadores de política son algo más dispares mientras el BCE transmitía algunas indicaciones de una nueva flexibilización monetaria, al mismo tiempo que los rumores sobre la primera subida de tipos por la Fed dan lugar a un pequeño sesgo negativo en los riesgos a muy corto plazo. Además, recientemente ha resultado muy difícil entender completamente el comportamiento del mercado de deuda, dando lugar a un entorno más incierto (de lo “normal”), que pesa en nuestra convicción respecto al rumbo del mercado a muy corto plazo.
Dicho lo cual, los bajos rendimientos de los valores de deuda pública de alta calidad mantendrán vivo el tema de la búsqueda de rendimientos. Además, los fondos multiactivos brindan a los inversores la oportunidad de sustituir parte del riesgo de tipos de interés al que se enfrentan en sus carteras de deuda por unas oportunidades potencialmente mejor recompensadas en otras clases de activos. El hecho de que los bajos rendimientos y el tema de la búsqueda de rendimientos vayan al fin a conducir a mayores flujos de inversión hacia los mercados bursátiles dependerá, en gran medida, de la opinión de los inversores sobre la clase de activos. Todavía hay riesgo de que lo sucedido en los emergentes se contagie al crecimiento en los mercados desarrollados. Cuando regrese la propensión al riesgo entre los inversores, el renovado interés por la renta variable –alimentado por el tema de la búsqueda de rendimientos– será un factor de sostén de la renta variable.
Ewout van Schaick es el máximo responsable de carteras multiactivos en NN Investment Partners. Se encarga de la gestión diaria de las carteras multiactivos y de rentabilidad total y es gestor de cartera principal de los fondos NN First Class Multi Asset y NN First Class Multi Asset Premium.