Los temores a la deflación y los riesgos políticos a corto plazo se atenúan, dibujando una expansión económica mundial lenta pero sincronizada: el terreno es fértil para el riesgo y la renta variable, asegura el BlackRock Investment Institute.
En sus perspectivas globales de inversión para el segundo semestre del 2017, BlackRock considera que “la renta variable está más barata de lo que parece, por lo que los inversores podrían estar infraexpuestos al riesgo”.
Y al contrario, “la prudencia de la Fed y la elevada demanda de rentas mantendrán las subidas de rendimientos bajo control, pero el aumento de las emisiones supone un riesgo para los precios de la renta fija”.
BlackRock muestra una clara preferencia por la renta variable y la deuda corporativa: “En renta variable, nos decantamos por los títulos europeos, japoneses y emergentes frente a sus homólogos estadounidenses, más caros”, asegura la gestora.
También es el momento de apostar por “la inversión basada en el factor dinamismo y el sector tecnológico (…) nos gusta la inversión basada en el factor value y ciertos valores financieros”, analiza BlackRock.