El mercado laboral español afrontará durante los próximos años una salida masiva de trabajadores activos que pasarán a la jubilación, y que no se compensará totalmente con la entrada de nuevos trabajadores, según se desprende del estudio FPAnálisis, realizado por el Observatorio de la FP de CaixaBank Dualiza en colaboración con Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad.
En concreto, casi uno de cada tres personas en edad de trabajar (9.491.311 del total de 30.555.766) tiene hoy entre 51 y 64 años, con lo que es previsible que durante los próximos años pase a la jubilación. Por el contrario, el grupo de trabajadores o potenciales trabajadores de los 16 a los 30 años cuenta con 7.327.602 personas, lo que provocará una diferencia entre quienes salen y quienes entran o acaban de entrar al mercado de más de dos millones de personas.
Esa diferencia será mayor en comunidades como Asturias, Castilla y León, Cantabria o Galicia, mientras que será menor en Murcia, Baleares o Andalucía. Por sectores, el de administración pública y defensa será el que más jubilaciones afronte -casi el 45% de quienes se dedican a él tiene más de 51 años-, seguido de otros como actividades inmobiliarias -41,4%- o actividades de hogares como empleadores y productores -38,8%-. En cuanto al nivel formativo, quienes dejarán el mercado laboral los próximos años tiene una educación inferior a quienes se irán incorporando o se acaban de incorporar.
Con ese panorama de falta de profesionales será clave adecuar las necesidades del mercado con la formación del alumnado, lo que obligaría además a afrontar el elevado nivel de sobrecualificación que tiene el mercado laboral español. El estudio de CaixaBank Dualiza refleja como ese problema de sobrecualificación afecta a siete de cada diez técnicos de FP de Grado Superior (67,4%) que desempeñan funciones por debajo de lo estudiado; y a casi cuatro de cada diez universitarios (36%).
Mayores oportunidades en el mercado laboral
Afrontamos una serie de años en los que el crecimiento de las oportunidades de empleo en el mercado laboral español se va a hacer patente. Esto se debe a que, por motivos estrictamente demográficos, un número elevado de personas saldrá del mercado laboral, principalmente por jubilación, y un número menor se incorporará al mismo. Estas son las denominadas oportunidades de empleo por remplazo. En España hasta el año 2030, según los cálculos del estudio basados en las estimaciones realizadas por el Centro europeo para el desarrollo de la formación profesional (Cedefop), se abrirán alrededor de 8,6 millones de oportunidades de empleo de las cuales el 85% serán por remplazo.
El hecho de que el número de personas salientes sea superior al de personas entrantes, supondrá, a priori, un descenso en el desempleo. Pero, en paralelo, la falta de reemplazo de personas trabajadoras provocará una serie de problemáticas como: la escasez de personal en sectores tractores de la economía como el industrial o las empresas digitales; la descapitalización en términos de conocimiento por la ausencia (y falta de remplazo) de personas trabajadoras experimentadas; la caza furtiva de talento entre empresas; la dificultad para abordar procesos de sucesión empresarial, entre otras. Además, añadiendo mayor complejidad a la situación, no podemos soslayar que el mercado laboral también está en pleno proceso de adaptación al modelo económico digital y sostenible cada vez más dominante.
Sostenibilidad, demografía y digitalización: los ejes que cambian el mercado laboral
El mercado laboral español cambiará sustancialmente en los próximos años, y existen tres ejes que están impactando en el mismo de manera simultánea que lo confeccionarán. Estos tres ejes, sobradamente conocidos, son el digital, el relacionado con la sostenibilidad y el demográfico. Quizá el tercero sea en el que menos atención se ha puesto y el que va a generar un impacto más intenso en el corto y medio plazo. Como se ha mostrado en el informe, existe un decalaje de 2,2 millones entre las personas potencialmente activas que, a priori, saldrán del mercado laboral durante los próximos 14 años y aquellas que han entrado en los últimos 15 años.
Este decalaje crece de manera patente en algunas regiones como las del noroeste español y en algunas actividades económicas. Por ejemplo, el 44,7% de las personas trabajadoras del sector CNAE O: (Administración Pública y defensa; Seguridad Social) cuenta con más de 50 años. Además, hay que destacar que el problema del envejecimiento demográfico, aunque es especialmente acuciante en ciertas regiones, tiene carácter global y afecta al conjunto de España y a gran parte de los países occidentales. Por ello, la competencia por personas trabajadoras particularmente en algunas actividades económicas no se adscribirá sólo al ámbito regional o nacional.
En definitiva, nos dirigimos a un escenario productivo con problemas provocados por la escasez de personas trabajadoras potenciales en casi todas las actividades económicas. Como consecuencia de esto, el debate público y las políticas de generación, atracción y retención de personas trabajadoras (a menudo asociadas al concepto de talento) seguirán ganando en importancia en los próximos años. En este escenario, las políticas activas de empleo y las educativas tendrán que evolucionar en diferentes sentidos para poder responder a esta problemática y la FP puede consolidarse como una de las herramientas clave para desplegar acciones eficaces a la hora de responder a la misma.
En primer lugar, podría ser positivo impulsar, a través de la orientación laboral y de otro tipo de acciones, las vocaciones y los itinerarios profesionales en actividades tractoras y de valor añadido frente a actividades de carácter más subsidiario. Por un lado, estas actividades deberían estar ligadas a las estrategias de especialización inteligente regionales. Por otro lado, estos itinerarios deberían favorecer trayectorias profesionales estables y con buenas condiciones laborales frente a aquellas estacionales o precarias.
Directamente relacionado con lo anterior será necesario, a su vez, profesionalizar al elevado porcentaje de personas que no superan la educación obligatoria en España. Este porcentaje que es superior en el grupo de personas que cuenta con 51 o más años, sigue siendo elevado entre las personas jóvenes (22% de las personas ocupadas con de 16-30 años) y puede erigirse como un caladero clave para el desarrollo de los mismos. La mayor conexión entre los diferentes niveles y la modularización del sistema, promulgada por la nueva Ley de FP, favorecerán el acceso y tránsito entre dichas modalidades formativas.
En esta tesitura, la optimización del mercado laboral además ha de orientarse hacia el mejor ajuste vertical del mercado laboral. Actualmente un alto porcentaje de personas en el mismo están empleadas en puestos de trabajo para los que están sobrecualificados, especialmente, con estudios universitarios (36%) como de FP de grado superior (67,4%).
La capacidad de captación de personas trabajadoras de los territorios y de las empresas también jugará un papel relevante. En este sentido, es necesario indicar que captar inmigración a la medida de un territorio puede resultar complicado. Un informe Migración y Economía desarrollado por la universidad de Oxford para el Citi GPS indicaba como en la actualidad la migración cualificada se concentra en ciertos países (la mayoría de habla inglesa) y en centros urbanos. Por ello, será necesario impulsar programas de integración de personas inmigrantes (o de captación de los mismos) utilizando la FP como principal vía para la inclusión sociolaboral. A su vez, las empresas deberán potenciar la captación en etapas tempranas a través de, por ejemplo, la FP Dual. Finalmente, aunque no se haya podido analizar en el presente FP análisis el envejecimiento de la población activa también afectará al funcionamiento del propio sistema de FP (escasez de alumnos, jubilaciones de profesorado….) con su consiguiente impacto en el propio mercado laboral.
Se puede acceder al estudio completo en Mensual – Observatorio de la Formación Profesional (observatoriofp.com)