Administrar correctamente los ingresos y los gastos familiares es un paso fundamental para que logremos tener unas finanzas saneadas y coherentes que hagan que nuestro hogar esté construido sobre una base financiera sólida. Una de las claves para llegar a esto es la elaboración de un presupuesto familiar, ya que calcular la diferencia entre tus ingresos y gastos te ayudará saber cuál es tu capacidad de ahorro y tu situación financiera real. Si todavía no has realizado tu propio presupuesto personal y familiar, estos tres sencillos pasos te pueden ayudar en la tarea:
1. Clasificar ingresos y gastos
Es importante diferenciar entre los diferentes tipos de ingresos y gastos a los que una familia se puede enfrentar. De esta forma sabremos cuáles son gastos imprescindibles, cuáles podemos eliminar y en cuáles podemos hacer recortes.
Dentro de los gastos podemos encontrar dos tipos: los ordinarios o fijos, como la hipoteca la compra o la letra del coche, y aquellos que son extraordinarios, donde figuran los gastos imprevistos y aquellos que soportamos en determinadas épocas del año, como las vacaciones.
Los ingresos siguen una clasificación parecida. Dentro de los ordinarios figuran el salario mensual y dentro de los extraordinarios, las pagas extras, una beca o cualquier otro ingreso puntual.
Para recoger estos datos podemos recurrir a las facturas, recibos o incluso a la aplicación de nuestro banco donde podremos comprobar todos los movimientos. Una vez hayamos recopilado todos los datos es importante que los apuntemos y decidamos qué cantidad destinaremos a cada categoría y cuánto dinero podemos ahorrar.
2. Analizar los resultados
Cuando hayas hecho el balance, podrás hacerte una idea de si estás ahorrando lo suficiente o, si tu saldo es negativo. Si este es el caso, tendrás una idea más acertada sobre la partida que podrás recortar para mejorar tu situación financiera o en qué épocas del año es mejor apretarse el cinturón. Además, podrás marcarte objetivos realistas.
Sin embargo, para que nuestro presupuesto sirva de algo y no se convierta en algo anecdótico es importante seguir una serie de pautas:
-Apuntar rigurosamente todos los datos, tanto de ingresos como de gastos. En este sentido, es importante no tardar en hacerlo ya que si lo dejamos pasar puede que perdamos recibos u olvidemos de donde han salido determinados gastos.
-Comprobar si nuestros gastos concuerdan con nuestras previsiones o si es necesario ajustarlos según pasan los días. Cada vez que acaba el mes debemos valorar si hemos alcanzado el objetivo propuesto para proceder a reajustarlo. Si es muy ambicioso quizás sea mejor rebajar nuestras previsiones. De esta forma, cuando acabe el año tendremos una información muy valiosa para organizar el siguiente y poco a poco ir cumpliendo nuestros objetivos.
3. Ser organizado
Para elaborar un presupuesto personal y/o familiar, es muy recomendable utilizar herramientas que nos permitan almacenar los datos de forma ordenada. Algunas de las más populares son las aplicaciones móviles. Muchas de ellas se sincronizan con tus cuentas bancarias y hacen que el proceso de organización sea mucho más fácil y otras incluso incluyen alertas para avisarte si no cumples los objetivos marcados. Algunos ejemplos son la aplicación española Fintonic, Toshl Finanzas o Whallet.
Si quieres recurrir a algo más clásico puedes usar plantillas de Excel, el método japonés Kakebo o a una libreta pequeña que siempre puedas llevar contigo. Apuntar las cosas a mano es muy recomendable ya que te ayudará a tomar más conciencia de los gastos que realizas, tus ingresos o compromisos y alcanzar las metas de ahorro que te propongas.