A pesar de que los primeros integrantes de la Generación X empezarán a cumplir 60 años en 2025, el 30% de ellos a nivel global temen no poder jubilarse nunca. Así lo señalan los resultados de la «Encuesta Global de Inversores Particulares» de Natixis Investment Managers. El estudio muestra, además, que muchos se sienten presionados cuando piensan en prepararse para la jubilación: casi la mitad de ellos (48%) afirma que va a necesitar un milagro para jubilarse de forma segura y la mitad (50%) afirma que intenta evitar por completo pensar en la jubilación.
Por otra parte, a los Gen Xers les preocupa cada vez más quedarse cortos, por lo que el 60% de los encuestados acepta que quizá tenga que trabajar más tiempo, aunque muchos son conscientes de que el trabajo no ofrece garantías: al 47% le preocupa no poder trabajar el tiempo suficiente. El informe dibuja un panorama desolador de los planes de jubilación de la Generación X (nacidos entre 1965 y 1980), ya que pone de relieve la disparidad entre sus expectativas y la realidad.
Cuando se les pregunta por sus objetivos para la jubilación, los miembros de la Generación X encuestados afirman que piensan jubilarse a los 60 años, una edad temprana para muchos estándares mundiales, y prevén que la jubilación durará 20 años, un periodo más corto que el que experimentan muchos jubilados. Para conseguirlo, ahorran una media del 17% de sus ingresos anuales.
Sin embargo, si la Generación X busca una ventaja en sus ahorros para la jubilación, los resultados muestran que el mejor lugar para empezar será analizando sus planes y hábitos de inversión. Los resultados de las recientes encuestas de Natixis Investment Managers muestran que, por término medio, los miembros de la Generación X son optimistas sobre sus inversiones y tienen unas expectativas de rentabilidad a largo plazo del 13% (10,4% en el caso de España), una esperanza que puede verse obstaculizada por opiniones equivocadas sobre el riesgo, ideas erróneas sobre las inversiones pasivas y una laguna crítica de conocimientos sobre los bonos.
Precios a corto plazo, deuda a largo plazo
Dos cuestiones críticas parecen estar configurando el pensamiento de la Generación X sobre la jubilación: la inflación y el endeudamiento. En general, el 83% de los inversores de este rango de edad afirma que el reciente repunte de la inflación ha puesto de manifiesto la gran amenaza que supone el aumento de los precios para la seguridad de su jubilación. Así, casi siete de cada diez (69%) dicen que la inflación ha perjudicado su capacidad de ahorro para la jubilación, el 41% señala que la inflación está acabando con sus sueños de jubilación y más de la mitad (55%) afirman que están ahorrando menos debido al aumento de los costes cotidianos.
Aunque la inflación es un fenómeno relativamente a corto plazo, las perspectivas de jubilación de la Generación X también están condicionadas por un problema clave a largo plazo: la deuda pública. De hecho, a más de tres cuartas partes de los encuestados (77%) les preocupa que el aumento de la deuda pública se traduzca en una reducción de las prestaciones de jubilación (75% en el caso de España). Incluso los recortes más pequeños pueden tener un gran impacto, ya que el 58% cree que será difícil llegar a fin de mes sin prestaciones.
La Generación X tiene más que aprender sobre bonos
En este nuevo entorno macroeconómico, la subida de tipos ha llegado en un momento oportuno para los particulares, que de repente se encuentran en una etapa de la vida en la que los bonos suelen tener un papel más destacado en los planes de cartera. Sin embargo, los datos de Natixis IM revelan que la Generación X está asignando más dinero a efectivo y tiene menos conocimientos sobre el funcionamiento de los bonos, dado el entorno de bajos tipos de interés que ha prevalecido durante tanto tiempo.
Cuando se preguntó por los tipos y los bonos, sólo el 2% sabía que unos tipos más altos podrían provocar un descenso de los precios de los bonos que poseen actualmente, y que el potencial de ingresos futuros sería mayor con nuevos bonos adquiridos a los tipos actuales. En consecuencia, el 39% afirma que quiere más información sobre cómo funcionan los distintos tipos de bonos y, actualmente, seis de cada diez (61%) dicen que es más divertido invertir en acciones que en bonos, un sentimiento reforzado por las importantes ganancias del mercado conseguidas desde el final de la crisis financiera mundial.
Además, los resultados muestran que también existe la necesidad de una mayor educación en torno a los fondos indexados, ya que los miembros de la Generación X, al igual que otros inversores, están haciendo suposiciones generales erróneas sobre los riesgos de la inversión pasiva. Así, más de seis de cada diez (61%) Gen Xers piensan que los fondos indexados son menos arriesgados y casi dos tercios (67%) creen que les protegerán de las caídas. Estas conclusiones ponen de manifiesto creencias potencialmente arriesgadas, ya que los fondos indexados ofrecen rendimientos similares a los del mercado tanto al alza como también a la baja.
Crece el uso de plataformas automatizadas y asesoramiento digital
Ante este complejo panorama, el 56% de los encuestados afirma que necesitará asesoramiento profesional sobre temas que van desde la consecución de amplios objetivos de planificación financiera (48%) hasta planes de ingresos para la jubilación más específicos (44%). Sin embargo, aunque muchos confían en una relación con un asesor financiero tradicional (36%), la Generación X está incorporando cada vez más plataformas automatizadas a la mezcla. De hecho, el número de miembros de la Generación X que afirman preferir el asesoramiento digital al presencial ha aumentado significativamente en los últimos 5 años, al pasar del 35% al 49%.
Sin embargo, eso no significa que la Generación X confíe únicamente en el asesoramiento digital. Los que recurren al asesoramiento en línea suelen combinarlo con una relación con un asesor tradicional, al que tienen en alta estima. Cuando se les pregunta en quién confían a la hora de tomar decisiones financieras, los miembros de la Generación X son tan propensos a responder «en mi asesor» (91%) como «en mí mismo» (91%). De hecho, es más probable que los encuestados confíen en sus asesores que en su familia (76%) y amigos íntimos (63%).
Javier García de Vinuesa, responsable de Natixis IM en España, comenta que a medida que se acerca la jubilación, la Generación X «tendrá que empezar a tener conversaciones más concretas sobre cómo pueden poner a trabajar los activos que han acumulado para obtener unos ingresos sostenibles durante la jubilación», para matizar que aunque muchos miembros de esta generación aceptan que tendrán que trabajar hasta más tarde de lo que les gustaría, «puede ser más fácil decirlo que hacerlo». García de Vinuesa recuerda que un despido al final de la carrera profesional «puede alterar los planes de ahorro para la jubilación, al igual que dejar de trabajar para cuidar a un padre anciano o a un hijo enfermo, o una enfermedad o discapacidad personal que impida al individuo desempeñar su trabajo”.
«Aunque también se enfrentan a un panorama económico volátil, no es demasiado tarde para actuar. Este nuevo hito debe verse como una oportunidad para poner a prueba los supuestos sobre la financiación y el gasto de la jubilación y elaborar un plan financiero realista que tenga en cuenta no sólo cómo cambiarán los ingresos después de los años de trabajo, sino también cómo cambiarán probablemente los gastos», asegura el experto.