Muchas de las decisiones de inversión que toman los pequeños inversores españoles se toman por comodidad emocional, una característica que al año puede suponer un 3% menos de rentabilidad, según los expertos en finanzas conductuales de Oxford Risk.
Sin embargo, advierten que, dado el aumento de la volatilidad del mercado durante la pandemia y el nivel de decisiones emocionales tomadas por los inversores, el coste será mayor. Según los expertos, muchos inversores han aumentado su liquidez y calculan que el coste de esa «renuencia» a invertir es, a largo plazo, del 4% al 5% anual. Además, estiman que el coste de las pérdidas por invertir más dinero cuando los tiempos son buenos para los mercados de valores y menos cuando no lo son – es decir, comprar alto y vender bajo – está entre el 1,5% y el 2% al año.
Sin embargo, según la entidad, muchos gestores de patrimonio y asesores financieros están mal equipados para ayudar a los clientes a hacer frente a la montaña rusa emocional y psicológica que sus clientes han soportado durante la crisis del COVID-19, y el impacto que ha tenido en los mercados y sus inversiones. En este sentido, Oxford Risk ha creado un software para ayudar a los gestores y asesores a apoyar a sus clientes en la toma de decisiones financieras e intentar mitigar los sesgos de comportamiento.
«La comprensión de la personalidad financiera del cliente se limita, por lo general, a la elaboración de perfiles de riesgo – a menudo mal – y a la evaluación humana subjetiva. Muy pocas propuestas de gestión de patrimonio utilizan el tipo de medidas objetivas, basadas en la ciencia que se necesitan para proporcionar una imagen completa de sus clientes. Hay demasiadas conjeturas y no hay suficiente tecnología», argumenta Greg B. Davies, PhD, jefe de Finanzas de Comportamiento de Oxford Risk.
«Esto significa que la evaluación de las tendencias emocionales del cliente es propensa al error, es demasiado subjetiva. No queremos sacar a los humanos del proceso – lejos de ello – las conversaciones con humanos son vitales, particularmente en una crisis, pero los asesores necesitan ser asistidos por mejores herramientas de diagnóstico que permitan una evaluación precisa de la personalidad del cliente y sus tendencias de comportamiento», añade.
Este software permite a los inversores minoristas medir seis dimensiones clave de la personalidad financiera, identificadas a través de una amplia investigación sobre la psicología de los inversores y el bienestar financiero. El servicio también proporciona recomendaciones personalizadas sobre la mejor manera de invertir.
Según Oxford Risk, hay comportamientos que son comunes a muchos inversores en momentos volátiles e inciertos. “Durante una crisis, es probable que los inversores se centren demasiado en el presente y en los detalles, sintiéndose obligados a hacer algo incluso cuando la mejor solución es quedarse quieto. Pueden decantarse por lo familiar, lo que a menudo conduce a una inversión insuficiente, a una venta baja o a una menor diversificación”, expresa la entidad.
Tal y como recomienda Marcus Quierin, PhD, CEO de Oxford Risk, «los inversores minoristas deben evitar mirar los mercados día a día ya que esto sólo aumentará la ansiedad sin ningún fin útil, y les hará sentir que deberían estar haciendo algo, sin ninguna guía útil de lo que debería ser. Los planes a largo plazo deben ser vistos a través de lentes de largo alcance. Los inversores deben enfocarse en lo que pueden controlar. Es el consejo más antiguo que existe, y aún el más importante. No se puede mover el mercado o predecir cuando está en el «fondo» o en la «cima».