La Fundación Friedrich Naumann por la Libertad ha presentado junto a EsadeEcPol (Centro de Política Económica de Esade) el informe «La juventud mediterránea frente a los desafíos de la crisis permanente. Datos clave sobre los ingresos, emancipación, vivienda y retos de futuro«, que pretende calibrar la crítica situación económica que sufre este grupo de población. «La transición a la edad adulta de los nacidos entre 1980 y 2005 se ha visto profundamente afectada por las recurrentes crisis económicas y sociales, que han afectado especialmente a los jóvenes del sur de Europa y de la región mediterránea», recoge el domumento.
El estudio se ha realizado a partir de los datos extraídos por YouGov, de una encuesta realizada en España, Italia, Portugal, Líbano, Marruecos, Túnez y Jordania. El objetivo ha sido arrojar luz sobre los retos y oportunidades únicos a los que se enfrentan los jóvenes entre 18 a 35 años en los países mediterráneos, observando las condiciones que tienen en estas regiones y analizando las perspectivas de éstos.
Algunos datos clave
Según se desprende del informe, el diagnóstico empieza por el estado actual negativo percibido por estos jóvenes: y es que en todos los países analizados, menos de la mitad de los jóvenes considera que puede cubrir bien sus gastos básicos: del 42% en España al 25% de Líbano. Entre el 48% (España) y el 70% (Túnez) de los jóvenes considera que no tiene capacidad de ahorro a largo plazo.
Otro dato interesante es que, en España, solo el 30% de los jóvenes se considera capaz de afrontar emergencias económicas, mientras que el 40% enfrenta dificultades para ahorrar a corto plazo. Las malas perspectivas de emancipación actúan como factor determinante: la emancipación del hogar familiar es notablemente tardía; en los países del sur de Europa, un 23% (Portugal), un 26,5% (España) y un 29,5% (Italia) de las personas de 30 a 34 años aún vive con sus padres. Las cifras son aún más altas en el norte de África, rozando el 50% en Túnez.
En España, una mayoría de jóvenes pasa a estar independizada alrededor de los 28 años. En este sentido, la falta de ingresos es un factor de importancia alta o muy alta para no emanciparse según el 66% de los jóvenes españoles, el 62% de los portugueses y el 61% de los italianos. La cifra baja al 40% para Túnez o Líbano, y al 30% para Marruecos, muestra la encuesta.
En cuanto a la vivienda, destaca que el alquiler es la forma más frecuente en la mayoría de los países: alrededor del 31% (España) y hasta el 36,5% (Líbano). Para la minoría que sí tiene vivienda en propiedad, casi todos la consiguieron con ayuda de algún familiar, con la media alrededor del 65%. España tiene la edad de compra de vivienda más alta de los países considerados 25,3 años; Túnez, la más baja (23,7).
Por otro lado, la encuesta informa que “las posiciones anti-establishment están también extendidas pero sin llegar a ser mayoritarias: un 33% de los jóvenes italianos, un 39,3% de los españoles y un 43,6% de los portugueses responsabilizan a las élites gobernantes de los principales problemas del país”.
Cuatro propuestas derivadas de la encuesta
Como destaca el informe, “es evidente la necesidad de un plan estratégico para cerrar la brecha entre las expectativas y la realidad a la que se enfrentan los jóvenes en diversos países”. Gracias a los datos de la encuesta, la Fundación Friedrich Naumann por la Libertad y EsadeEcPol proponen, con una ampliación de las infraestructuras de capital humano, acompañamiento de soporte básico de ingresos y capital, así como acceso efectivo a la vivienda.
1.- Generar prosperidad equilibrada y compartida. La meta principal es fomentar un crecimiento económico que no solo se mida en términos de PIB, sino también en cómo se distribuye esa riqueza entre la población. Esto garantiza que todos, incluidos los jóvenes, se beneficien del progreso económico del país.
2.- Creación de oportunidades para los jóvenes. Es esencial proporcionar plataformas y oportunidades que permitan a los jóvenes contribuir activamente al crecimiento nacional. Esto significa alinear sus aspiraciones profesionales y personales con las metas y objetivos de mercado y país.
3.- Formación como base. La educación y formación son fundamentales. Proporcionar a los jóvenes las herramientas, habilidades y conocimientos adecuados les permitirá navegar con éxito en el mundo laboral y contribuir de manera significativa a la economía.
4.- Soporte económico de partida. Es crucial garantizar que los jóvenes tengan un punto de partida que iguale el punto del que parten. Las desigualdades se manifiestan con especial crudeza en la juventud y genera unas condiciones que después es muy difícil revertir.
Jorge Galindo, director Asociado de EsadeEcPol, ha resaltado que, como se ha visto en el estudio, “convive una perspectiva pesimista realista de la situación, pero con unas perspectivas a futuro optimista», aunque el experto matizó que «lo malo es si no se cumplen esas expectativas”. Por lo tanto, cree que “diversificar está bien, pero no es real la diversificación actual. Ahora hay un descenso de la tenencia de vivienda sin una compensación en otros mecanismos. Tiene que haber una labor de política pública en la que vamos tarde”. En este punto adelantó que hay tres frentes de actuación: inversión en capital humano, establecer una red de seguridad económica y mejorar el acceso a la vivienda.
Por su parte, Ignacio Jurado, profesor de Ciencia Política en el IC3JM de la Universidad Carlos III de Madrid, ha insistido en que “el futuro empieza por el presente y ahora muchas condiciones están mermadas para este sector”. De este modo, en el estudio se destaca “la edad tardía de emancipación”. Y es que “ya se están manifestando las brechas de desigualdad” y añadió que si los jóvenes creen que estarán mejor en un tiempo, «la demanda política va a ser más difícil. Este desacople puede no hacer visibles sus demandas y poder extraer políticas más favorables hacia ellos”.
Ariane Aumaitre, investigadora doctoral en el European University Institute (EUI) y experta en políticas, coautora del estudio «La generación de la doble crisis», ha coincidido con Jurado y Galindo en que “en España la percepción es muy ajustada a la realidad. Un 28 % cree que es mala su situación económica: uno de cada cuatro jóvenes en España está en riesgo de pobreza”. Así, “no se puede ahorrar”. “Tenemos unas instituciones que no están mirando por los jóvenes”, sentencia Aumaitre.
Además, David Henneberger, director de la oficina de FNF en Madrid, ha comentado que “se queda con lo positivo”. “El mercado laboral va a mejorar y los jóvenes actualmente piensan más en los mercados financieros y la bolsa”.