Durante la jubilación, su principal prioridad debería ser asegurarse de contar con rentas suficientes para el resto de su vida, incluido para hacer frente a los gastos que podrían surgir en el futuro como los de atención sanitaria.
Muchas personas van liquidando gradualmente algunas de las inversiones que han hecho a lo largo de su vida al tiempo que aplican una estrategia de inversión conservadora centrada principalmente en activos de bajo riesgo que generan rentas periódicas como los bonos.
En esta etapa de la vida también pueden empezar a plantearse aspectos relativos a la herencia. Por ejemplo, si tiene ahorros adicionales que está seguro de no necesitar durante su jubilación, puede destinar ese dinero a inversiones con un riesgo superior y mejores perspectivas de revalorización, que podrían resultar más atractivas para la etapa de la vida en la que están sus seres queridos.