Entre 10 y 15 años antes de la jubilación muchas personas han satisfecho sus principales obligaciones financieras (hipoteca, coche, educación de los hijos…) En ese momento, por lo tanto, los inversores pueden centrarse en maximizar las rentas de cara a su retiro. Es importante ser realistas acerca del estado de sus finanzas y planificar cuando puede jubilarse y la cantidad de sus ingresos que puede destinar a este fin cada año.
Probablemente, su poder adquisitivo todavía está en máximos, por lo que, si hasta este momento no lo ha hecho, preste especial atención a sus finanzas. Su capacidad de ahorro puede marcar la diferencia entre una jubilación ajustada u holgada económicamente hablando.
Por lo general, en este período no suele ser aconsejable buscar rentabilidades muy altas para su patrimonio. Podría tener problemas si sus inversiones no salen como espera y tiene ya poco margen para recuperase.
Su prioridad ahora mismo debe ser proteger su patrimonio, por lo que una inversión que ofrezca sólidas perspectivas de revalorización a largo plazo, pero que sea vulnerable a caídas del mercado, puede que no sea una opción interesante en este momento.
En este momento, puede ser una buena decisión reducir la cantidad de acciones en su cartera y priorizar los bonos.