El asesoramiento robótico o, lo que es lo mismo, los robo-advisors han experimentado un rápido crecimiento en los últimos años ofreciendo soluciones de gestión patrimonial a bajo coste y con sólidos resultados. Esto supone todo un desafío para el asesoramiento profesional tradicional al estilo de la eterna batalla entre gestión activa y gestión pasiva.
Según el informe “Robo-advice – a true innovation in asset management” elaborado por Deustche Bank Research, los robo-advisors son una herramienta útil y eficiente para el inversor, pero corren el riesgo de volverse demasiado “simplistas” en algunos casos.
Para mejorar su precisión, el servicio de estudios de la entidad apuesta por los servicios híbridos que combinan tanto características del asesoramiento robótico como del financiero
Uno de las principales limitaciones de los roboadvisors radica en que para ofrecer soluciones de inversión diversificadas y de bajo coste, suelen recomendar la inversión en ETFs tomando, además, un enfoque conservador en la elección de fondos lo que reduce la oferta disponible a entre el 3 y el 6% del total, según señala Deutsche Bank Research.
De esta forma crean carteras a sus clientes utilizando algoritmos basados en el comportamiento pasado y se reequilibran de forma automática las carteras lo que puede ser perjudicial cuando se trata de un objetivo de inversión a largo plazo.
En EE.UU. los activos bajo gestión de los robo-advisors están aumentando debido al trasvase de gran parte de los ahorros destinados a la jubilación, si bien en Europa el patrimonio con el que cuentan representa sólo un 5-6% del de EE.UU. De momento, son los inversores institucionales los que muestran un mayor interés por este tipo de asesoramiento en el continente europeo.
Los Millennials fueron los primeros clientes de los robo-advisors, pero recientemente se observa que inversores de más edad (entre 40 y 50 años) y con un mayor patrimonio también están entregando parte de sus carteras a las bondades del asesoramiento robótico. La ventaja del bajo coste ha supuesto un impulso significativo, en este sentido, aunque en el caso europeo los robo-advisors cobran de media unas comisiones sustancialmente más elevadas (0,8%) que en EE.UU. (0,4%)
El éxito de las estrategias de inversión pasivas en los últimos años, junto con un rendimiento robusto durante los episodios de volatilidad podría dar un nuevo impulso a estos servicios. Sin embargo, desde Deutsche Bank Research, su éxito en términos de rentabilidad debe ser analizado durante un período más largo de tiempo.
Entre los beneficios que aporta, la entidad señala su contribución a la inclusión y la educación financiera sin que, eso sí, llegue a sustituirla. “Si los robo-advisors y los reguladores pueden garantizar un alto grado de precisión e idoneidad para los clientes, el asesoramiento robótico tiene un gran potencial complementando, en lugar de desplazando, a los asesores financieros en el futuro.