La crisis provocada por el COVID-19 ha generado una situación excepcional en todo el mundo, y ante tal escenario, se necesitan medidas de la misma naturaleza. Así lo reclaman algunos estados de la Unión Europea, los cuales están demandando la emisión de bonos a nivel supranacional para afrontar la crisis sanitaria, los llamados coronabonos.
Los interesados demandan la creación de deuda a nivel europeo, con la garantía de todos los países de la eurozona. Los coronabonos tienen su antecedente en los eurobonos, los cuales se plantearon en la anterior crisis financiera pero nunca se llegaron a poner en marcha. La diferencia es que el dinero de los coronabonos se usaría para amortiguar los efectos del COVID-19.
¿Qué son los coronabonos?
Según relata José María Luna, socio de Luna Sevilla Asesores Patromoniales: “Los coronabonos serían títulos de deuda emitidos con un único emisor, desde el seno de Europa, cuyo dinero serviría para financiar no solo la crisis sanitaria, sino la etapa posterior de reconstrucción. De esta forma, los estados podrían tener recursos suficientes y podrían experimentar cierto alivio”. Según aclara, dicha deuda pública podría ser comprable, no solo por los bancos centrales, sino también por inversores institucionales y minoristas, pero avalado por todos los países de la Unión Europea.
Para Luna, es importante recordar que partimos de la base de que los países con mayores tasas de infectados y fallecidos también acumulan un endeudamiento importante respecto al PIB. “La emisión de coronabonos supondría un gran paquete de dinero que podría venir muy bien para el conjunto de Europa a la hora de financiarse”, explica el experto.
¿Qué permitirían los coronabonos?
El principal objetivo de este vehículo es que los países puedan financiarse con condiciones más favorables, gracias a que los coronabonos contarían con el aval implícito de países muy solventes como Alemania u Holanda. “La existencia de un coronabono permitiría a los estados más débiles financiarse a tipos de interés más bajos que si emitiesen ellos mismos la deuda pública”, aclara Luna. “Podría ser un tipo que podría estar entre lo que pagan países como Alemania o Austria por financiarse y lo que pagan países como España o Italia. Algo que estuviera a mitad de caballo. Para España supondría una financiación más laxa”, aclara.
Sin embargo, no todos los países apoyan esta medida y según relata Luna, los coronabonos tienen que ser aceptados por todos los integrantes de la Unión Europea. “Para mancomunar una emisión de deuda de esa envergadura necesitas el respaldo de todos los parlamentos, como ya ocurrió en su día en el caso de Grecia”, explica. Si se llegase a aceptar, Luna cree que es probable que los países más fuertes lleguen a pedir contrapartes. “No sé si será el control de la fiscalidad de los países, pero creo que los más necesitados, el caso de Italia y España, no iban a admitirlo. También podrían pedir el cumplimiento de otro tipo de condiciones como que ese dinero solo se usase para determinados fines”, apunta.
¿Por qué hay países que se niegan a ponerlos en marcha?
Para Luna, el problema es que en Europa no hay un solo ministro de finanzas ni un solo tesoro público. “En la construcción de base Europa nos hemos quedado a mitad de camino. Como no hay una homogeneidad en cuanto a las políticas fiscales, hay países que tienen una deuda pública sobre el PIB menor, mientras que otros tienen una situación de déficit público más crónicas”, apunta. Para Luna, son precisamente esas debilidades frente a fortalezas por las que hay países que prefieren usar otro tipo de herramientas de asistencia financiera y fiscal. “Por ejemplo, prefieren usar el dinero destinado a posibles rescates bancarios. Consideran que es más fácil usar ese dinero que no intentar contagiarles en sus arcas el esfuerzo que ellos han hecho frente a otros países que, por distintas circunstancias, no han hecho el mismo esfuerzo”, añade.
A pesar la opinión que ha trascendido, Luna no cree que se deba a un tema de reproches de los países más fuertes a los más débiles. Para el experto, se trata de un tema de dudas respecto a la disciplina de los países que necesitan esta asistencia financiera. “Entiendo la inquietud, si nos fijamos en el caso español y en las medidas económicas que se están tomando, estas siembran dudas en cuanto a la supervivencia o generación de tejido productivo y muchos países europeos no son ajenas a ellas”.
“De esta crisis o se sale con más Europa o con menos”
Sin embargo, Luna considera que Europa sí debe dar un paso al frente. “De esta crisis o se sale con más Europa o con menos Europa, sobre todo por el posible auge de populismos”, apunta. Independientemente de si al final hay eurobono o no, Luna considera que en Europa debería haber una mayor coordinación. “Lo que tengo muy claro es que esto es un aviso, por suerte no está teniendo una tasa de mortalidad mucho más alta. ¿Qué pasará si en unos años hay otra pandemia? Tenemos que aprender de esta situación y tomar medidas oportunas para el futuro. Es importante, no solo un ejercicio de más Europa y dar un paso adelante, como podría ser adoptando políticas fiscales o financieras comunes, también lo es evitar gastos superfluos para fortalecer aquellos que no lo son, como gastos sanitarios, los cuerpos de seguridad o las fuerza armadas”, apunta. Según concluye, “no se trata de salvar la economía, sino de salvar vidas primero”.