Parece que estos últimos días la llamada tasa Google y la tasa Tobin están acaparando muchos titulares, pero…¿qué son realmente? ¿Qué implican para el inversor? Se tratan de dos nuevos impuestos que el Consejo de Ministros acaba de aprobar, estos anteproyectos de ley aún tienen que pasar por la aceptación de las Cortes, pero se planea que antes de que finalice el año entren en vigor.
La tasa Tobin gravará las transacciones financieras, es decir que cuando el inversor compre acciones, esta compra se gravará con un 0,2%. En concreto afectará a la adquisición de acciones emitidas en España por compañías cotizadas cuya capitalización bursátil (el valor total de todas las acciones de una empresa que coticen en bolsa) supere los 1.000 millones de euros.
De esta forma, la tasa afectará a más de 60 empresas españolas y quedarán exentas las pymes o empresas no cotizadas, así como algunos activos, como la deuda, tanto la pública como la privada, y los derivados. También estarán exentas las operaciones del mercado primario (salida a bolsa de una compañía), las necesarias para el funcionamiento de infraestructuras del mercado, las de reestructuración empresarial, las que se realicen entre sociedades del mismo grupo y las cesiones de carácter temporal.
Por su parte, la tasa Google no afectará a los inversores particulares. Se trata de un impuesto que gravará con un 3% los ingresos que provengan de la publicidad online, los servicios de intermediación y la venta de datos de las principales empresas de Internet, cuya facturación supere los 750 millones de euros y los 3 millones en España, como pueden ser Uber, Airbnb o Facebook.
Con estos impuestos el Estado pretende recaudar cerca de unos 2.500 millones de euros, 850 provenientes de la tasa Tobin y 1.200 de la Google, los cuales, según ha anunciado, se destinarán a financiar las pensiones y el sistema de protección de la Seguridad Social. Esta se establece como una medida que intentará sacar a flote nuestro sistema, ya que según Gregorio Gil de las Rozas responsable de jubilación de Willis Towers Watson, lleva ya ocho años en déficit. Además, en el fondo de reserva de la Seguridad Social apenas quedan 5.000 millones de euros y la deuda pública roza el 98% del PIB.
Mientras que la tasa Tobin beneficiará al sistema público de pensiones, muchos expertos consideran que afectará de forma negativa a las inversiones. Las operaciones de los inversores institucionales y los intermediarios financieros se verán afectadas por el aumento de los costes, un encarecimiento que seguramente recaerá en el inversor final.
Por su parte, los expertos del sector financiero, según explica Funds Society en un artículo que recoge estas opiniones, coinciden en el efecto negativo que podría tener para el mercado español si no se unifica a nivel europeo o incluso global.