La palabra ahorro procede de horro, siendo su lexema más antiguo hurr, término que proviene del árabe y que significa libre. Un significado escondido que no puede explicar mejor lo que implica ahorrar: conseguir una mayor libertad financiera. Con motivo del Día Mundial del Ahorro, que se celebra hoy, 31 de octubre, OVB España ha presentado una mesa redonda para analizar la capacidad de ahorro de los hogares españoles en el contexto actual.
Sin embargo, ese significado de libertad que entraña el término puede interpretarse con un sentido menos positivo. Según explica Manuel Alonso, consejero y director comercial de OVB España: “La sociedad española tiende a entender el ahorro a la inversa: pagar primero los gastos y lo que sobre, lo que quede “libre”, lo ahorro. La mejor estrategia es priorizar tu ahorro, tratándolo como una partida más de gastos: págate a ti mismo”. Además, insiste en que el ahorro debe esconder una planificación. “Cuando hablamos de ahorro, hablamos de soluciones, puedes tomarte la aspirina, porque no queda otra, o la vitamina, porque tienes metas”, explica.
El ahorro, sin ninguna duda, es el paraguas que nos protege en las adversidades. Ya lo comprobamos en la pandemia, cuando las tasas de ahorro de los hogares alcanzaron cuotas históricas. Ahora, la situación es otra y nos enfrentamos a un escenario novedoso, con una alta inflación, incertidumbre y subidas de tipos de interés por parte de los bancos centrales, pero la receta es la misma. En contextos como este, la educación financiera y la cultura del ahorro deben imperar y servir como escudo que proteja la economía de los hogares.
La extrema visión cortoplacista y la falta de responsabilidad: obstáculos para el ahorro
Sin embargo, los españoles gozan de una escasa cultura financiera y del ahorro. De hecho, el 40% de las familias españolas están por debajo del nivel de seguridad mínimo de ahorro, según una encuesta del Observatorio del Ahorro Familiar del IE. Que nuestras huchas estén llenas de polvo esconde diversos motivos. Uno de ellos, según ha explicado Esmeralda Gómez, matemática y economista de referencia en salud financiera, es que “vivimos en un entorno paternalista”, en el que nos desprendemos de las responsabilidades a favor de “papá Estado”, como, por ejemplo, ocurre con el sistema de pensiones. “Tenemos que fomentar la responsabilidad personal porque la tasa de sustitución actual es insostenible”, ha apuntado. La realidad es que ahorramos cuando “vemos las orejas al lobo”, y ya es tarde.
Laura Núñez-Letamendia, directora del Observatorio del Ahorro Familiar del IE, también considera que el sistema no es sostenible y deberá complementarse con ahorro. “Venimos de un sistema con pensiones garantizadas y tasas de reemplazo muy altas (de las más altas de Europa), por lo que para la mayoría al jubilarse no había un descenso fundamental de sus ingresos. Eso va a cambiar”, ha advertido, insistiendo también en que tendremos pensiones, pero no serán tan generosas.
Según ha ejemplificado Elena Aranda, directora de Vida, Protección y Ahorro Particular de AXA España, si invertimos 300 euros en un plan de pensiones durante 35 años, podríamos obtener una pensión complementaria de 1.000 euros. “Esto tiene que calar, el sistema está en quiebra técnica y tenemos que saberlo”.
Asimismo, las expertas han hecho hincapié en la idea de que como sociedad e individuos, hay que desarrollar una visión a largo plazo, en contra a veces de nuestra naturaleza cortoplacista, siendo esta una de las premisas de una buena gestión económica.
Además, durante el debate también se ha hablado de la relación entre una buena salud financiera y una buena salud mental. Según ha comentado Núñez- Letamendia, el estrés financiero en España es la principal causa de estrés en las familias. En Estados Unidos, por ejemplo, el 75% de la población sufre algún tipo de estrés financiero.
Fiscalidad, educación financiera y oferta de productos
Ante ello, los expertos han debatido sobre diversas recetas para solventar la situación, como el impulso de la educación financiera desde edades tempranas, una fiscalidad del ahorro ventajosa o contar con una amplia oferta de productos. En opinión Núñez-Letamendia: “No es suficiente con concienciar para cambiar un comportamiento, hay que dotar a las personas de herramientas, que son educación financiera y política fiscal. Creemos incentivos fiscales para ayudar a las familias a ahorrar”.
Para Aranda: “Existe una parrilla de productos amplísima y para todos los segmentos de la sociedad. La diversificación de los productos es clave. Tenemos que invertir en el corto, medio y largo plazo. No es sólo ahorrar, sino cómo lo canalizas en el horizonte temporal”. En este sentido, la experta ha aconsejado aplicar la regla del 50/30/20: destinar un 50% de tu dinero a los gastas fijos, un 30% a la inversión y un 20% al ahorro.
Tenemos disponible una gran gama de productos para ahorrar, su elección dependerá de nuestro perfil de riesgo y nuestro horizonte temporal, así como el objetivo de dicho ahorro. La complejidad del mercado financiero ha aumentado y los ahorradores y potenciales inversores pueden perderse en un mar de conceptos que acaba por espantarlos. En este sentido, Aranda ha insistido en la importancia de dejarse guiar por un profesional, destacando la figura de los intermediarios y el asesor financiero.