Hasta hace poco, el capital riesgo era cosa de las grandes fortunas. Pero ahora ya está al alcance de (casi) todos los bolsillos. El mínimo de inversión ha pasado de 100.000 a 10.000 euros, un gran cambio que abre el mundo de la inversión alternativa a los pequeños inversores.
Sin embargo, los inversores minoristas pueden estar poco familiarizados con este tipo de inversiones. Según explican desde MyInvestor, una de las más comunes es el capital riesgo (tema en el que centraron su último webinar). Se trata de un tipo de inversión que se centra en compañías no cotizadas y que tienen un gran potencial de crecimiento. Habitualmente su futuro genera incertidumbre, pero si finalmente triunfan pueden ofrecer retornos muy jugosos. Suelen ser de pequeño y mediano tamaño y, en ocasiones, se encuentran en sus primeras etapas de desarrollo.
Sin embargo, el límite económico no es el único requisito que hay que cumplir para incorporar este tipo de inversión en la cartera. Por ejemplo, la inversión debe venir recomendada por un asesor financiero que formulará las preguntas necesarias para determinar si el producto es idóneo para el inversor. Además, es una inversión que no debe superar en ningún caso más del 10% del patrimonio del cliente, y ser consciente de que conlleva plazos de maduración muy largos, que pueden alcanzar los 10 años.
El inversor particular puede acceder a este tipo de activo a través de las Entidades de Capital Riesgo (ECR), que pueden tener formato de fondo o de sicav. Para hacer caja, los vehículos de capital riesgo venden su participación en las empresas que tienen en cartera a otro inversor estratégico, o bien impulsan su salida a bolsa.
Ventajas de la inversión en capital riesgo
Alta rentabilidad: se caracteriza por invertir en compañías no cotizadas pero con un gran potencial de crecimiento. Los objetivos de rentabilidad que se marcan son muy ambiciosos, a menudo oscilan entre un 10 y 20% anual.
“Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras, pero históricamente, los índices que siguen el private equity han tenido rentabilidades mayores a la bolsa. Dentro del capital riesgo hay fondos de mayor o menor riesgo. Por ejemplo, el extremo sería el capital semilla, son empresas que lo más probable es que no prosperen, pero alguna será el nuevo Apple o Spotify”, explica Ignasi Viladesau, director de Inversiones de MyInvestor.
Diversificación: cada producto invierte en un número variable de compañías, que dependerá del tamaño del fondo y de su estrategia de inversión. Por tanto, la inversión en una sola ERC permite ganar exposición a diversas compañías a la vez, con el nivel de diversificación que eso supone.
Gestión profesional: la gestión se encuentra en manos profesionales, lo cual es especialmente relevante en este tipo de proyectos. Hay que tener en cuenta que la selección de oportunidades es mucho más compleja. Son compañías pequeñas, poco conocidas, y con menos información pública disponible y, al mismo tiempo, implican un mayor potencial rentabilidad/riesgo que las cotizadas.
Descorrelación: el capital riesgo pertenece al apartado de inversiones alternativas, que permite incorporar un nuevo tipo de activo a la cartera más allá de la renta fija y variable. Es otra fuente de posible rentabilidad que no irá de la mano de los activos más tradicionales.
Acceder a empresas y oportunidades que de otra forma no puedes acceder. Generalmente, las empresas crean más valor cuando no cotizan. Además, la cantidad de proyectos a largo plazo que puede hacer una cotizada es más limitada que una no cotizada.
Riesgos del capital riesgo
Son inversiones con mayor nivel de riesgo y que necesitan un mayor horizonte temporal, por lo que lo ideal es dedicar un importe que sepas con seguridad que no vas a necesitar. Es decir, debes ser consciente de que, para recoger los frutos, tendrás que ser paciente y esperar a largo plazo.
Incertidumbre: el inversor no sólo no dispone de una rentabilidad garantizada, sino que tampoco sabe a ciencia cierta si el producto alcanzará su objetivo de ganancias, si obtendrá menos o si incurrirá en pérdidas. Por tanto, la inversión en este tipo de productos debe suponer una parte relativamente pequeña de tu cartera.
Iliquidez: las compañías en las que invierten estos fondos no son cotizadas, lo que dificulta tanto su valoración como la posibilidad de encontrar un comprador/vendedor que de contrapartida. En consecuencia, y a diferencia de los fondos de inversión o los planes de pensiones, que ofrecen liquidez diaria, las ECR sólo pueden dar liquidez con una periodicidad muy limitada; en algunos casos hay que esperar más de un lustro para obtener dicha liquidez.
“Tienes que ser consciente de que no lo vas a poder vender, no hay mercado organizado donde hacerlo, y tendré que esperarme a que las desinversiones ocurran de manera natural. Por ello es para quien realmente puede esperar estos años”, advierte Ignacio Viladesau.
Riesgo de crédito: puedes entrar invirtiendo formando parte del capital o prestando (direct lending), el riesgo de crédito es que la empresa no pague, es decir, no devuelva ese préstamo.
Riesgo de conflicto de interés, puede ser real o percibido, pero es la creencia de que el gestor no está haciendo todo lo posible para que a ti como inversor te vayan bien las cosas.
Como se ha comentado antes, para asegurarse de que eres consciente de estos riesgos un asesor financiero te someterá al test de idoneidad. Se trata de un test que el regulador obliga realizar para proteger a la persona que quizá no sabe cómo funciona el producto. Empieza preguntando por cosas básicas yendo a más complejas. “El regulador quiere asegurarse de que entiendes el producto, los riesgos, la falta de liquidez y el riesgo de pérdida y las obligaciones que tienes, si te comprometes a invertir, que realmente inviertas”, detalla Viladesau.
Respecto a las comisiones, hay tres grupos: comisiones iniciales, anuales y de éxito. “Lo peculiar es que casi siempre hay iniciales, a diferencia de los fondos. Hablamos entre un 1,5 y 3% de inicial, anual alrededor del 1,5% y la de éxito, que nos asegura que estamos alineados con el gestor, hay algunos que, por ejemplo, se llevan el 20%. Por ello cuando hablan de rentabilidades objetivo lo importante es que ponga netas. Es una inversión que requiere mucha investigación, que tiene un coste, por ello tendrán comisiones mayores que un fondo tradicional”, aclara el experto.