Cada año tiene sus baches. Los puntos rojos del gráfico inferior representan el descenso máximo de la renta variable durante cada año natural o, dicho de otro modo, la diferencia entre las cotas máxima y mínima alcanzadas por los mercados a lo largo de esos períodos de 12 meses. Aunque resulta complejo predecir estos descensos, las caídas superiores al 10% en los mercados vienen siendo habituales en la mayoría de ejercicios, y los inversores deben estar preparados para afrontarlas.
Por tanto, en lugar de reaccionar visceralmente, es importante disponer de un plan para cuando las cosas se pongan difíciles. Las barras grises representan las rentabilildad totales de los índices bursátiles desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre y muestran cómo, pese a los descensos que tienen lugar en cada ejercicio, el mercado de renta variable no ha dejado de proporcionar resultados positivos en la mayoría de años naturales.
Como explica JP Morgan AM en este vídeo, a pesar de las caídas, el mercado de renta variable se ha recuperado y ha acabado generando rentabilidades positivas casi todos los años naturales. Lo importante es no caer presa del pánico ya que, con frecuencia, las caídas en los mercados representan más una oportunidad que una razón para vender.