Los fondos de ciclo de vida, o fondos con fecha objetivo, son ideales para aquellos inversores con un horizonte temporal definido para su inversión y que, frecuentemente, corresponde con la planificación de su jubilación. A este efecto, se diseñan como un vehículo de inversión único que cubre desde el comienzo de la inversión hasta la jubilación. Otro uso que suele darse a estos fondos es el de instrumento de ahorro para la educación de los hijos.
Sin embargo, también este tipo de fondos tienen sus riesgos. Pueden encontrarse fondos con la misma fecha objetivo cuyo comportamiento puede diferir. Si bien están diseñados para facilitar el proceso de inversión a los inversores menos sofisticados, también les afecta la volatilidad del mercado, por lo que los inversores deberían entender cómo funcionan y si son la inversión más adecuada para sus necesidades.
Los fondos con fecha objetivo son un tipo de fondo que reajusta los activos en su cartera automáticamente, en base a la fecha objetivo establecida. La mayor parte invierten en una mezcla de acciones, bonos y liquidez, con un mayor sesgo hacia las inversiones más agresivas, en acciones, cuanto más alejada esté la fecha objetivo. Por el contrario, cuando se aproxima esta fecha, los mayores pesos del fondo se asignan generalmente a inversiones menos arriesgadas, como bonos y liquidez.
La principal ventaja de los fondos de ciclo de vida es su simplicidad. Pueden servir como único vehículo de inversión para ahorrar para la jubilación. Los activos en su cartera se reajustan automáticamente de acuerdo con la fecha objetivo establecida, sin que el inversor tenga que preocuparse de la distribución correcta de activos en su cartera a medida que el horizonte de inversión se acorta. Su gestión está en manos de profesionales, permitiendo a inversores menos sofisticados acceder a un grado mayor de experiencia.
Aunque los fondos de ciclo de vida estén pensados como producto de planificación financiera de la jubilación, al invertir en ellos también se están aceptando riesgos, como sucede con todas las inversiones. Un fondo de ciclo de vida está sujeto al riesgo de los activos incluidos en su cartera, incluso en el caso de que la cartera esté formada por otros fondos, donde el riesgo vendrá derivado del riesgo asumido por cada fondo individualmente.
Puede parecer que los fondos de ciclo de vida tienen menor volatilidad, pero en realidad no es así. Muchos inversores se sorprenden por la pérdida de valor de los fondos con fecha objetivo en etapas de mercado difíciles, como pudo ser el comienzo de la crisis en 2008. Un fondo de ciclo de vida no es inmune a bajadas generalizadas. Los bonos que forman parte de la cartera de un fondo de ciclo de vida tienen los mismos riesgos de tipos de interés, de calidad crediticia y de inflación que cualquier otro bono.
Antes de invertir en un fondo de ciclo de vida, deberían tomarse en consideración algunos factores. Uno de los más importantes son las comisiones. Algunos de estos fondos pueden aplicar comisiones incluso más elevadas que los fondos individuales, lo que puede suponer una reducción de los retornos a largo plazo. Es el caso de los fondos de ciclo de vida con estructura similar a la de un garantizado, pero sin garantizar el objetivo establecido para una fecha dada; con frecuencia aplican comisiones de suscripción -para suscripciones realizadas fuera del periodo de inversión definido- o de reembolso –para reembolsos fuera de las ventanas de liquidez establecidas-. (Por ejemplo BBVA bonos patrimonio XVIII).
Otros factores a tener en cuenta son las capacidades con las que cuenta la entidad gestora, responsable de la selección de valores individuales para la cartera del fondo y de los ajustes de cartera a lo largo del ciclo del fondo. Es una tarea diferente de la de un mero selector de acciones o bonos para una cartera diversificada de un fondo. La entidad debe contar con gestores capaces de tomar decisiones de reajuste en los activos en cartera, en base a la estrategia definida, y el inversor debe asegurarse de que la gestora no cambia su estrategia durante el periodo de vida del fondo. Una divergencia de la estrategia podría tener un impacto importante en el retorno y en la volatilidad.
También debe tenerse en cuenta la forma en que se lleva a cabo la transición desde una cartera sobre ponderada en renta variable hacia una con mayor peso en renta fija, a lo largo de la vida del fondo. La forma en que se gestiona el cambio de una estructura de renta variable a una de renta fija es una de las causas de la obtención de retornos diferentes en fondos similares. Incluso si los fondos cambiaran sus estrategias, en cuanto al tipo de activos en que invierten, los inversores necesitarían ser conscientes de estos cambios, si no quieren encontrarse con sorpresas desagradables.
Paula Mercado, directora de análisis de VDOS Stochastics y quefondos.com