Al invertir en bonos convertibles, estamos invirtiendo en deuda solvente de una empresa y si la empresa tiene éxito, participaremos de su buena marcha, explica Tarek Saber, responsable de bonos convertibles de NN IP. En su opinión, los bonos convertibles pueden suponer un puente entre dos clases de activos. «En los buenos tiempos, es un bono y en los malos, tiene más de acción», afirma Jasper van Ingen, gestor senior de NN IP.
En el vídeo, Saber explica como, «al utilizar bonos convertibles como puente intermedio, el inversor estará más cerca del punto óptimo en el futuro de lo que lo estaría no sabiendo lo que va a suceder mañana». Este experto reconoce que la opción de convertibilidad de un bono tiene «algo de enigmático». «Cuando se emiten, el suelo del bono ronda el 80% y la opción de convertibilidad ronda el 20%», afirma Saber.
Esta opción, añade, no se pierde al vencer los bonos sino que se emiten a la par y al inversor le devuelven el valor nominal. «De este modo, a lo que realmente está renunciando el inversor es al diferencial de cupón de vigencia del bono. A cambio, obtiene la opción de convertibilidad y la posibilidad de sacar partido del potencial alcista de la trayectoria de la acción subyacente», añade.
A juicio de Van Ingen, la clave es que no sabemos lo que va a pasar en el futuro. «Con ellos puede ganar mucho dinero, pero de lo que puede estar seguro es de que no perderá mucho dinero», concluye.