La pandemia ha cambiado la perspectiva de las cosas en muchos terrenos y el financiero no es una excepción. El actual escenario económico es mucho más incierto y volátil, y eso se traduce en una mayor prudencia y contención por parte del ahorrador.
Un ejemplo es la necesidad de tener un colchón para imprevistos porque, como hemos visto con la crisis generada por el COVID-19, lo inesperado sucede. En los últimos años, además, venimos comprobando que mantener el dinero en productos de escasa rentabilidad como cuentas y depósitos ya no es una solución si no un riesgo.
Asimismo, el aumento de la inflación en los últimos meses está restando poder adquisitivo a ese dinero aparcado. De hecho, es el enemigo silencioso que se come nuestros ahorros.
Ante este panorama, ¿qué hacer con nuestro dinero? Cada vez más gente pide asesoramiento financiero a profesionales. Mucho más en tiempos inciertos.
El papel del asesoramiento financiero
En este sentido, en los últimos años ha crecido la demanda de asesoramiento financiero de las familias para tomar mejores decisiones sobre las finanzas personales.
De hecho, según una encuesta elaborada por EFPA España (Asociación Europea de Asesoría y Planificación Financiera en España), tres de cada cuatro profesionales del asesoramiento financiero creen que la pandemia ha acelerado el interés de los ciudadanos, que se muestran más preocupados por la gestión de sus ahorros.
Las preocupaciones del inversor millenial
En la misma línea, ese interés se está trasladando a las generaciones futuras. El estudio de asesoramiento a millennials en la era digital elaborado por MFS Investment Management recogía que el 45% de los inversores millennials españoles ha expresado una mayor necesidad de asesoramiento financiero en los últimos 12 meses.
Hablamos del 23% de la población, unos 11 millones de personas. Y una de sus principales inquietudes es la jubilación y disponer del dinero suficiente para el retiro y, además, al 67% le gustaría tener más conocimientos de inversión.
High tech, high touch
Con estos fundamentos, la función del asesor financiero personalizado cobra especial relevancia junto al apoyo que prestan las herramientas digitales. Entidades financieras como Banco Mediolanum combinan lo mejor de los dos mundos. De ahí que hablen de high tech, high touch. Es decir, poner toda la innovación tecnológica al servicio del cliente para complementar la función y eje central de la entidad: el acompañamiento de los Family Bankers, los asesores financieros de Banco Mediolanum.
Junto a ellos se realiza una planificación financiera de acuerdo con las necesidades y objetivos. En el caso de los más jóvenes, el tiempo es, sin duda, su mayor aliado para elaborar estrategias de inversión a largo plazo.
El futuro de la profesión
Según el estudio de MFS Investment Management, la mayoría de los inversores millenials —un 95%—que ha recibido asesoramiento profesional, por ejemplo, por temas de herencias, lo valoran muy positivamente.
Esas bases, junto a la creciente demanda del cliente y la propia evolución del sector, hacen que hayamos entrado en la llamada Edad de Oro del asesoramiento financiero, y un ejemplo de ello son los Family Bankers de Banco Mediolanum.
Ya estamos viendo que cada vez hay más demanda de la figura del asesor al lado de cada cliente para que realice un acompañamiento y seguimiento continuo. Esta relación de largo plazo —que practican entidades como Banco Mediolanum— permite un conocimiento profundo por parte del profesional de las necesidades y objetivos de su cliente.
Una profesión en auge que aún tiene mucho camino por recorrer. Un camino prometedor.