La renta fija siempre ha destacado entre los inversores más conservadores debido a la seguridad que aportaba, ya que no solía tener caídas significativas y, a largo plazo, permitía obtener unos rendimientos muy interesantes para este perfil. Sin embargo, 2022 ha sido un año negro para este segmento de inversión, ya que en 2021 se llegaron a vivir pérdidas entre el 2% y el 12% de media, muy por encima de lo que estábamos acostumbrados.
El escenario en 2023 ha cambiado ante el giro que los bancos centrales han dado a sus políticas monetarias con fuertes subidas de los tipos de interés. Un escenario que está propiciando mejores expectativas para este tipo de productos. En este contexto, el departamento de educación financiera de EFPA España analiza las claves que debe tener en cuenta un ahorrador particular antes de introducir un mayor porcentaje de renta fija en sus carteras.
1.- Conocer todas las posibilidades de inversión en el universo renta fija
En primer lugar, es importante saber que la renta fija ofrece diferentes opciones de inversión, como los bonos, tanto corporativos como gubernamentales, las letras del tesoro o la deuda, entre otras opciones. En este sentido, es prioritario definir el nivel de riesgo que se está dispuesto a asumir, los objetivos de la inversión, así como el plazo en el que se espera obtener rendimiento, antes de decantarse por unas u otras opciones. Por ejemplo, los bonos corporativos siempre han tendido a ofrecer unas tasas de interés superiores a los gubernamentales, pero también conllevan un mayor riesgo a causa de hipotéticos impagos.
2.- Tener en cuenta la inflación y la subida de tipos
Es importante tener en cuenta el actual escenario de subida de tipos y de inflación sostenida en el tiempo, así como las posibilidades de que la economía a nivel global entre en una situación de recesión. En ese caso, es posible que los emisores tengan más dificultades para cumplir con sus pagos, como hemos visto en recientes casos, lo que puede reducir el poder adquisitivo de los rendimientos obtenidos en la renta fija. En este sentido, es importante elegir bonos y valores de renta fija que tengan altas posibilidades de ofrecer rendimientos positivos tras la inflación, aunque en muchas ocasiones esto es difícil de prever y se requiere de asesores financieros expertos que puedan ayudarnos a valorar los riesgos y las oportunidades.
3.- Estudiar la calidad crediticia del emisor
Al invertir en renta fija, es necesario estudiar en detalle la calidad crediticia de la entidad emisora a la que se le está inyectando el dinero para evaluar si se trata de una entidad solvente o si existe un riesgo de que el emisor de los bonos o valores no pueda cumplir con los pagos comprometidos con el futuro inversor. Esta información se puede obtener a través de agencias de calificación crediticia, las encargadas de proporcionar calificaciones crediticias para todos los emisores de renta fija.
Además, como complemento o alternativa a las calificaciones crediticias de las sociedades de rating, también puede ser muy interesante hacer un buen seguimiento de las cotizaciones de los seguros de riesgo de crédito (CDS – Credit Default Swap), ya que en los precios de estos productos se encuentra integrado y reflejado el riesgo de crédito que reportan las diferentes emisiones o los emisores.
4.- Analizar la tasa de interés y su periodicidad
Otro aspecto fundamental es analizar las tasas de interés y los plazos de la inversión. Hay que tener en cuenta que, cuanto mayor sea la tasa de interés, mayor será el riesgo de la inversión. Y, del mismo modo, contra más largo sea el plazo de la inversión, mayor será la tasa de interés, pero también el riesgo que conlleva. esto es debido a que, a largo plazo, puede que las condiciones del mercado cambien y afecten al rendimiento.
5.- Diversificar la inversión
Al invertir en renta fija, como ocurre con otro tipo de activos, una de las claves pasa por diversificar la cartera. Esto se consigue con la inclusión en la cartera de diversos tipos de bonos y valores, con lo que se reduce el riesgo, al no depender de un solo emisor o un solo tipo de bono. En líneas generales, es recomendable apostar por bonos de varias compañías, con el objetivo de reducir lo máximo posible el riesgo, a la par que se intenta maximizar el rendimiento de la inversión. En este sentido, los fondos de inversión suelen ser una buena forma de apostar por la diversificación.
6.- Incorporar bonos a tipo variable o flotante a las carteras de renta fija
En momentos con una alta inflación, como estamos viviendo actualmente, es importante incorporar a las carteras de renta fija y activos monetarios los bonos a tipo variable o flotante (FRN – Floating Rate Note). Este tipo de bonos son instrumentos de cobertura contra la inflación ya que, al adaptarse rápidamente a la nueva coyuntura de tipos de interés, ofrecen la ventaja de tener cotizaciones más estables, evitando así las cotizaciones más volátiles de los bonos de tipo fijo o cupón cero de medio y largo plazo.
7.- Conocer los precios de emisión y reembolso
Normalmente se establece con antelación cuáles van a ser los intereses de los cupones que se recibirán tras la fecha de vencimiento del activo, pero hay muchas ocasiones en las que los intereses son variables y dependen de indicadores como pueden ser los tipos de interés o los índices bursátiles. Por ello, es necesario conocer de antemano cuál es el precio efectivo de cada valor en el momento de la inversión, así como el precio del reembolso previsto, para conocer las primas que se esperan generar con la actividad.
8.- Conocer el plazo y las condiciones de la amortización
Es necesario conocer el plazo y las condiciones de la amortización al invertir en renta fija, ya que pueden afectar de diversos modos. Por ejemplo, si el inversor quiere vender antes de la fecha de vencimiento establecida, es posible que se aplique una penalización. Por esto, es de vital importancia conocer las condiciones de amortización para saber si sería posible esta venta y a qué precio podría realizarse. En algunos casos, se trata de información compleja por lo que resulta fundamental contar con la ayuda de un profesional del asesoramiento cualificado, que es el que podrá explicar a un inversor particular todos los detalles sobre los intereses, plazos y condiciones de amortización de este tipo de productos.