El primer recorte a los límites de aportaciones con derecho a reducción fiscal de los planes de pensiones individuales se produjo en 2020, cuando se pasó de 8.000 a 2.000 euros. A pesar del descontento de la industria, poco después llegó otro tijeretazo, reduciéndose a 1.500 euros. En paralelo, estos beneficios fiscales perdidos se traspasaron a los planes de empleo con el objetivo de impulsarlos, sin embargo, de momento, todos han perdido. “La ecuación es menos 4.000 millones de aportaciones a los planes individuales y 0 de aportaciones nuevas a los planes de empleo”, ha lamentado Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco, durante el XIII Encuentro Financiero de KPMG y Expansión.
El experto defiende que, a pesar de las rentabilidades, sí ha habido suscripciones, pero advierte de que, si en el medio plazo no se revierte esta normativa, entre otras consecuencias, no seremos capaces como país de reducir la dependencia del ahorro exterior. “Dependemos de que terceros de otros países decidan en qué sectores se invierte o no, esa falta de autonomía hay que solventarla y es a base de incrementar el ahorro financiero”, detalla. Para el experto, este déficit de ahorro interno es el principal reto que tenemos.
Como solución, propone una mayor disciplina fiscal. “Está muy bien desarrollado el segundo pilar, pero aún no se ha iniciado nada, llevamos dos años perdidos y se han dejado de ahorrar 4.000 millones en el sistema individual”, insiste. “Es una política que debe enmendarse y cuanto antes mejor”, reclama.
Para Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa, la ley sobre la reforma de los sistema complementarios tiene una música que suena magnífica. «Era una gran oportunidad, pero la letra ha fallado por un elemento conceptual básico que es entender que los dos pilares de la capitalización podrían ser alternativos. Son complementarios de las pensiones públicas y entre sí, y necesitamos los tres para hacer posible un ahorro que permita a las generaciones del futuro contribuir al crecimiento de la economía”.
Otro asunto que el presidente de Inverco ha querido resaltar ha sido la ventana de liquidez de los 10 años que permitirá a los partícipes de planes de pensiones, tanto individuales como de empleo, rescatar su ahorro. “La liquidez para 2025 estará abierta en canal”, ha lamentado el experto. “No parece razonable que, por un lado, se intenten desarrollar los sistemas de empleo, y por otro, que en 2025 se abra un agujero. El ahorro para la jubilación tiene que estar destinado para ello y ya hay suficientes supuestos de liquidez abiertos”.
Un sistema financiero robusto para una economía sana
Según ha explicado el presidente de Inverco, un mensaje que hay que poner en valor es que no hay economía que resista sin un sistema financiero potente. “Tenemos que tratar entre todos que sea robusto, pero al mismo tiempo con capacidades para poder actuar”, ha apuntado. “En esta situación, nuestra labor es la intermediación de esa desintermediación, en el sentido de canalizar el ahorro de familias y empresas hacia la economía productiva”.
Entre los fondos que representan, tanto domésticos como internacionales, tienen invertidos 700.000 millones de euros que, según ha explicado, van a la economía productiva. Para que esos sectores puedan ofrecer los máximos beneficios para la sociedad, el presidente de Inverco ha señalado que se debe luchar por acompañar a los inversores, ofrecer productos adecuados y darles un cauce normativo financiero y fiscal.
José María Méndez, director general CECA, también ha destacado la importancia de contar con un sistema sólido. “No todo el mundo asume la importancia de tener un sistema financiero saneado, solvente, sin flujo financiero foráneo, y que sea él el que financia la economía, cuando todo va bien pero también cuando hay dificultades”.
Otro de los temas en los que el sector financiero juega un papel clave es en el impulso de la sostenibilidad. Sin embargo, para ello, Martínez-Aldama reclama una normativa a nivel europeo “entendible, legible, clara y sin sobresaltos”. “Vamos a esperar a tener los datos que faltan para poder construir carteras sostenibles, empecemos la casa por los cimientos, hagámosla robusta y no empecemos por los tejados”.
Martínez-Aldama también ha señalado a la educación financiera como el otro grano de arena que puede aportar la industria, aunque ha reclamado mayor impulso desde el plano público. “Falta una campaña de concienciación, en el tema de sostenibilidad y ahorro. Si no tenemos herramientas de educación para conocer nuestros ingresos futuros, es difícil decirle a la sociedad que debe ahorrar ahora y que no se preocupe solo del presente”, ha concluido.