El año pasado estuvo marcado por la resiliencia exhibida por los mercados financieros. Sin embargo, en 2022 hemos visto una evolución totalmente diferente, aunque algunas cuestiones, como la elevada inflación, continúan estando en el foco de atención. Así, registramos un inicio abrupto de año como consecuencia de la guerra de Rusia y Ucrania, que agitó los cimientos de los mercados financieros de todo el mundo y provocó una crisis energética, contribuyendo a elevar aún más la inflación y haciendo saltar todas las alertas.
Con los precios en niveles alarmantemente elevados, en la zona euro hemos asistido recientemente a una subida de los tipos de interés por parte del BCE al 0,5%, lo que ha supuesto el mayor incremento de los últimos 22 años, siguiendo los pasos de la Reserva Federal. Una situación que no era de extrañar si se tiene en cuenta que el mandato principal de esta institución es velar por la estabilidad de los precios y asegurarse que la inflación se estabilice en su objetivo del 2% a medio plazo. En este sentido, el instrumento más efectivo del que dispone son las subidas de los tipos.
No obstante, este contexto de elevada inflación durante mucho tiempo y tipos de interés al laza está afectando al comportamiento en los mercados de muchas empresas. Aunque no a todas por igual. Por ejemplo, ¿de qué modo está impactando este aumento de los precios a las denominadas Small&Mid caps? ¿Existen oportunidades de inversión en este segmento?
La respuesta es sí. Pese al complejo contexto actual en el que nos encontramos, el segmento de las compañías cotizadas de pequeña y mediana capitalización bursátil consigue mantenerse más al margen e incluso es posible hallar oportunidades de inversión. La causa de que no les afecte tanto el entorno es su propia idiosincrasia ya que, al no ser empresas intensivas en capital, unido a la alta recurrencia de sus productos o servicios, hace que su comportamiento sea positivo incluso en un entorno de inflación por encima de la media.
A ello hay que añadir que los efectos de las subidas de los precios no serán percibidos por parte de las Small&Mid Caps hasta pasados 12 o 18 meses. Este hecho radica en que el lead time (tiempo de envío) se ha extendido debido a la escasez de componentes/semiconductores para atender a los nuevos pedidos sobre los que se han incrementado los precios.
Además, este tipo de compañías ofrecen servicios o productos que son estables en el tiempo, recurrentes y que, además, responden a las necesidades primarias de nuestra sociedad. Asimismo, operan en industrias en desarrollo con buenas posiciones competitivas. Por este motivo, disponemos de una alta visibilidad de ingresos a futuro.
Desde LONVIA Capital, gestora con alta especialización en esta categoría que cuenta con uno de los gestores más reconocidos de la industria, Cyrille Carrière, su co-fundador y director de Inversiones, apuntan: “El universo de pequeñas y medianas compañías en Europa es enorme. Existen más de 5.000 compañías cotizadas en esta categoría. Por esta razón, es necesario ser muy selectivos y tener claro qué tipo de modelo de negocio se persigue. La innovación, la inversión en digitalización y el dedicar gran parte de los beneficios a I+D son para nosotros factores claves para que estas compañías puedan crecer de forma estructural sin depender de factores exógenos al propio modelo de negocio”.
Así, sin lugar a dudas, aquellas filosofías de inversión que dispongan de una perspectiva a largo plazo, dónde los negocios de las compañías sean capaces de crecer de forma orgánica y estructural, conducirán a una correlación considerablemente baja al ciclo económico y por lo tanto, con independencia a factores externos como es el caso de la inflación o las políticas monetarias aplicadas en consecuencia, que podrían perturbar el éxito de la estrategias.
Tribuna de LONVIA Capital