En las primeras semanas de un nuevo curso escolar, la educación financiera está en el foco, hasta tal punto que cada vez hay más partidarios para que los conceptos financieros entren a formar parte de los planes de estudios de los alumnos. Primero, las instituciones europeas, como el Consejo de la Unión Europea. El organismo, en su reunión del 14 de mayo pasado, recuerda que los resultados del Eurobarómetro 2023 mostraron que los niveles de cultura financiera en la UE son bajos y difieren significativamente entre los distintos estados miembros.
En el informe, reconoce que la alfabetización y la inclusión financieras son importantes para mejorar el bienestar financiero de los ciudadanos y destaca que esta preocupación está en consonancia con el objetivo del plan de acción de la Unión de Mercados de Capitales (UMC) 2020 de la Comisión Europea de capacitar a los ciudadanos mediante la educación financiera. Por lo tanto, alienta a los estados miembros y a los organismos competentes a que integren la educación financiera en los planes de estudios escolares «con el objetivo de abarcar conceptos clave y adquirir competencias adecuadas a su edad, a fin de prepararlos mejor para el futuro”.
También instituciones españolas están a favor de tomar de llevar la educación financiera a las aulas. Alejandra Kindelán, presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), pidió incluir la educación financiera en las enseñanzas obligatorias en el marco de la celebración del décimo aniversario de su programa «Tus finanzas, tu futuro», que ha llegado a 70.000 alumnos desde 2014. Su plan propone adaptar estos contenidos financieros a la edad de cada alumno, al considerar que es «una herramienta esencial» para facilitar el día a día, hacer realidad los proyectos y mejorar el bienestar.
En EFPA España consideran que es necesario continuar mejorando el nivel de educación financiera, ya que «seguimos siendo uno de los países que más pendiente tiene esta materia a nivel europeo», ya que «una población bien informada sobre cuestiones financieras está mejor preparada para enfrentar situaciones imprevistas y tiene más posibilidades de tomar decisiones responsables y estratégicas». En este sentido, inciden en que la educación financiera desde la juventud emerge como un enfoque fundamental para mejorar la salud financiera de todo el país.
Por ello, dan cinco consejos básicos para mejorar en este ámbito:
1.- Educación financiera en todos los niveles educativos obligatorios: Los jóvenes tienen un acceso sin precedentes a la toma de decisiones económicas debido a la tecnología. Incorporar la educación financiera desde la escuela es crucial para capacitarlos en la gestión eficaz de este entorno complejo. Es fundamental que los niños comprendan conceptos como el ahorro desde temprana edad, incluso si aún no utilizan tecnología.
2.- Educación financiera en todas las ramas universitarias: La educación financiera se erige como un pilar esencial que no distingue entre disciplinas académicas, brindando a todas las personas las herramientas necesarias para tomar decisiones acertadas, tanto dentro de su ámbito personal como profesional, sin importar su campo de especialización. Las habilidades financieras son universales y muy necesarias en cualquier disciplina, más todavía en un mundo donde el emprendimiento digital está en auge. EFPA España ha puesto en marcha UNIverso Financiero, una iniciativa destinada a llevar la educación financiera a las aulas universitarias españolas.
3.- Programas de asesoramiento financiero juvenil en entidades financieras: Supone una oportunidad para ofrecer orientación personalizada para los jóvenes, que a menudo cuentan con necesidades diferentes a las del resto de la población. Al mismo tiempo, estos programas fomentan una relación de confianza con las instituciones financieras desde una edad temprana y pueden ser de gran ayuda para conocer todos los productos y servicios que les pueden ofrecer a lo largo de sus vidas.
4.- Actividades especiales, programas y eventos: Estas iniciativas suponen prácticas de aprendizaje y participación activa y permiten a estas generaciones experimentar de primera mano conceptos financieros y situaciones reales. Al participar en actividades interactivas, asistir a eventos educativos o formar parte de programas estructurados extraescolares, los jóvenes pueden desarrollar una comprensión más sólida de la gestión financiera, al tiempo que fomentan el interés y la confianza.
5.- Comunicación a través de redes sociales y formatos alternativos: La comunicación financiera se ha vuelto cada vez más digital y accesible. Los jóvenes son grandes consumidores de información online, y es crucial que sepan discernir entre contenidos financieros sólidos y engañosos. Para ello, es importante que se ofrezcan datos de calidad en las plataformas que utilizan con frecuencia. En este sentido, la publicación de información financiera a través de redes sociales o, por ejemplo, el uso de formatos alternativos como el pódcast, son maneras accesibles y dinámicas que relacionan el entretenimiento con la formación y que pueden hacer atractivos contenidos que, quizá en otro tipo de formatos, no lo serían para ellos.