La inversión por factores, o factor investing es una técnica de gestión de carteras en la que las acciones se seleccionan en función de factores predeterminados. Normalmente se utilizan los cinco factores de estilo de inversión para seleccionar acciones individuales: valor, tamaño, volatilidad, momentum y calidad. La inversión por factores también se realiza utilizando factores macroeconómicos, como tipos de interés, crecimiento económico, riesgo de crédito, liquidez e inflación, para diversificar por diferentes clases de activos y geografías.
El análisis ha demostrado que los rendimientos de las acciones están impulsados principalmente por el rendimiento del mercado y las características individuales de la empresa, pero que estos cinco factores también han contribuido notablemente a los rendimientos. Por lo tanto, y según esta teoría, si tras analizar las acciones, se invierte solo en las que pasan las pruebas de factores, se puede batir al mercado.
Las premisas en que se basan los cinco factores son: valor: las infravaloradas baten a las sobrevaloradas; tamaño: las de menor tamaño baten a las grandes, volatilidad: las de baja volatilidad superan a las de elevada volatilidad; momentum: las acciones que cotizan al alza seguirán haciéndolo; y calidad: los rendimientos del capital elevados son mejores que los bajos.
También se incluyen a veces otros factores que no son tan consistentes, o que no tienen tanta influencia en el comportamiento de los rendimientos; el rendimiento por dividendos y el volumen de negociación son los más comunes entre ellos.
La inversión por factores se originó con el Capital Asset Pricing Model (CAPM), o Modelo de Valoración de Activos de Capital, que se desarrolló a principios de la década de 1960. El CAPM implicaba que el factor principal para todas las acciones era el mercado. El siguiente modelo fue el de Fama-French, mostrando que el tamaño y el valor también impulsan los rendimientos. Con el tiempo, los analistas han descubierto los otros factores enumerados anteriormente y han mostrado cómo pueden generar rendimientos superiores.
Los factores pueden ser un poderoso predictor de los resultados de inversión futuros. Por ejemplo, los analistas de la firma de gestión de inversiones AQR Capital Management descubrieron que incluso el comportamiento de la selección de acciones de Warren Buffett puede explicarse por factores. Demostraron que los rendimientos de Buffett podrían haberse duplicado centrándose en los factores de valor, calidad y baja volatilidad y aplicando apalancamiento. La ratio de apalancamiento medio de Buffett era de 1,70x,3.
Los factores macroeconómicos no son tan populares entre los inversores, pero siguen siendo importantes para su uso al diversificar la cartera en todas las clases de activos. Estos factores son: Producto interior bruto, o PIB: el crecimiento económico es bueno; tipos de interés: depende de la clase de activos; inflación: depende de la clase de activo; crédito: cuanto menor sea el riesgo de crédito, mejor; mercados emergentes: generalmente generan mayor retorno que los mercados desarrollados; y liquidez: cuantos menos líquidos sean los activos, mejor.
Son muchos los fondos de inversión tradicionales y los fondos cotizados en bolsa (ETF) que se centran en cada uno de los factores. Debido a que los ETF se gestionan de forma pasiva, casi todos tienen comisiones muy bajas.
Cómo se utiliza cada uno de los factores y por qué funciona
El factor valor se basó originalmente en la relación precio/valor contable de las acciones. Esto ha evolucionado con el tiempo y ahora la mayoría de los fondos por factores utilizan una combinación de varias ratios, incluyendo precio / valor contable y precio / beneficios. Algunos fondos desarrollan incluso medidas propietarias de valoración para usar como una ventaja competitiva. El factor valor funciona porque todo en el mercado eventualmente retrocede a la media (mean reversion). Las acciones infravaloradas, ignoradas por el mercado durante un corto período, eventualmente se valorarán adecuadamente o se sobrevalorarán.
En cuanto al factor tamaño, las acciones de empresas más pequeñas habitualmente generan mayores retornos que las de mayor tamaño. Los fondos que utilizan este factor se centran en acciones de pequeña capitalización. Las acciones de pequeña capitalización son acciones que suelen tener una capitalización de mercado entre 300 millones y 2.000 millones de dólares. Las empresas de pequeña capitalización, menos establecidas que las de gran capitalización, son generalmente más arriesgadas. Este riesgo adicional, además de proporcionar más espacio para el crecimiento, suele ser lo que impulsa rendimientos superiores.
El factor volatilidad se mide utilizando la beta, que es una comparación de la volatilidad de una acción con la del mercado. Por ejemplo, si una acción tiene una beta de 1.50 y el mercado sube un 10 por ciento, se espera que la acción suba un 15 por ciento. El mismo efecto es cierto pero en sentido contrario y el mercado cae.
La volatilidad se utiliza como medida general de riesgo. Con el tiempo, las acciones de menor volatilidad tienen un rendimiento superior porque son menos arriesgadas. Muchos inversores utilizan el factor de baja volatilidad para diversificar. La baja volatilidad tiende a tener un rendimiento superior en los mercados a la baja, por lo que si invierte impulsado por el factor de tamaño pequeño (que es de mayor riesgo), puede compensar con el factor de baja volatilidad durante mercados bajistas.
El momentum se calcula por medio de un ranking de los rendimientos en el pasado reciente (generalmente hasta un año) y eligiendo el quintil o cuartil superior de acciones con los rendimientos más altos. El momentum, o seguimiento de tendencia, funciona porque los inversores quieren acumular acciones que ya están subiendo.
Cada uno tiene su propia medida de calidad. Para algunos, es el retorno del capital, para otros, la rentabilidad; otros creen que la ratio de beneficios respecto a los flujos de caja es la verdadera medida de calidad. Cada una de estas medidas funciona bien con el tiempo. Si invierte en un ETF de factor de calidad, el folleto explicará cómo determina la calidad el ETF. La calidad suele generar rendimientos mayores porque tiende a persistir en el tiempo. Si una empresa ha logrado mantener una alta rentabilidad a medida que se convertía en una gran compañía de más de mil millones de dólares, es probable que cuente con algún tipo de ventaja competitiva.
La forma más fácil de invertir en los diversos factores como inversor individual es a través de ETFs. De esa manera, puede elegir en qué factores desea centrarse.
Implicaciones para los inversores individuales
Es importante tener en cuenta que se espera que los factores superen al mercado en general, principalmente a largo plazo. Cada uno de estos factores puede pasar por largos períodos en los que tenga un rendimiento inferior al del mercado en general o incluso puede pasar por reducciones significativas. Una forma en que los gestores intentan evitar esto es diversificando entre los diferentes factores y utilizando los factores macroeconómicos para construir sus carteras. Este enfoque se denomina inversión beta inteligente (smart beta).