Comenzar a ahorrar cuanto antes y realizar aportaciones periódicas son dos elementos clave para la inversión a largo plazo. El principal motivo está en el poder del interés compuesto, que hará que nuestros ahorros crezcan más rápido.
El interés compuesto es calificado por los expertos como “la octava maravilla del mundo”. Se trata de la acumulación de intereses que se han generado durante un período de tiempo de un capital inicial a un tipo de interés determinado y durante determinados períodos de imposición. Los intereses que se obtienen al final de cada período de inversión no se retiran, sino que se reinvierten o añaden al capital inicial, es decir, se capitalizan. De esta manera, en la siguiente liquidación de intereses, el interés anterior forma parte del capital o base del cálculo de nuevos intereses.
Si, por ejemplo, como resultado de proceso de planificación hemos llegado a la conclusión de que nuestro objetivo es conseguir un importe de 250.000 euros a la edad de 65 años, las cantidades mensuales que debe destinar a conseguir dicho objetivo serán mucho mayores cuanto más tarde empiece a ahorrar.
En esta herramienta diseñada por JP Morgan en su web de educación financiera Fund Your Future, podemos calcular la cantidad que necesitaremos ahorrar mensualmente para obtener nuestro objetivo financiero en un determinado horizonte temporal y en base a una rentabilidad media esperada.
Por ejemplo, para conseguir una cantidad objetivo de 120.000 euros en un plazo de 27 años, se debería ahorra mensualmente 242 euros al mes. La herramienta advierte, sin embargo, del efecto de la inflación durante ese período de tiempo de manera que, asumiendo una inflación del 2%, la cantidad final en términos reales no será de 120.000 euros, sino de 70.303 euros.