Hemos dejado atrás un año en el que se han cumplido muchos hitos. 2022 iba a ser el año de la vuelta a la completa normalidad después del COVID-19 y, en cierta forma, lo ha sido, las mascarillas prácticamente han desaparecido y todo aquello de confinarse nos queda muy lejos. Sin embargo, 2022 trajo nuevas sorpresas negativas, como, por ejemplo, la guerra de Ucrania, que además de la crisis humanitaria, acarreó serios problemas en el mercado energético.
Por otro lado, la inflación, ese viejo conocido, volvió con fuerza, forzando a los bancos centrales a elevar los tipos de interés, otro hito remarcable. También fue el año en el que tanto la renta fija como la variable cayeron y no había dónde esconderse, pero también en el que el inversor conservador empezaba a ver brotes verdes y la posibilidad de mantener su perfil y obtener rentabilidades. Además, en España hemos vivido reformas en el sistema de pensiones, que influyen en nuestra manera de ahorrar, invertir y planificar nuestro futuro.
Con un 2023 en pañales, repasamos los hitos más importantes de 2022 y los eventos de los que habrá que estar pendientes en este nuevo año que entra.
Caídas generalizadas, también en renta fija. 2022 es un año que pasará a la historia por múltiples motivos, y que en cuanto a mercados se refiere va a registrar uno de los peores datos de rentabilidad, afectando además a casi todas las clases de activos. Como ejemplo, el equipo de Portocolom AV recuerda que en los últimos 150 años, los mercados de renta fija y variable en Estados Unidos solo habían presentado rentabilidades negativas al mismo tiempo en una decena de ocasiones, pero tan solo en una ocasión (1931), dicha rentabilidad conjunta fue peor que la que hemos visto (y sufrido) en 2022.
Inflación. Ya 2021 acababa con este término rondando, sin embargo, iba acompañado de un adjetivo poco acertado: transitoria. A lo largo de 2022, vimos cómo se le asignaba uno más apropiado y adquiría el apellido de estructural y se instalaba en nuestra economía. Esta inflación se ha generado por diversas causas, según explican desde Selfbank, la gran cantidad de dinero emitida por los bancos centrales en años anteriores y la crisis de desabastecimiento de materias primas y energética trajeron consigo un notable incremento de la inflación, que el conflicto en Ucrania ha exacerbado. “Además, el incremento del precio de la energía tiene un efecto en cascada sobre los costes empresariales y sobre los precios, ya que se hace más caro transportarlos y almacenarlos, contribuyendo a mantener la inflación en niveles elevados”, explican.
Desde Portocolom añaden que los múltiples confinamientos y cierres de fábricas produjeron una reducción en la oferta de bienes y servicios sin precedentes hasta bien entrado 2021, mientras que, por el lado de la demanda, la población no pudo consumir dichos bienes y servicios al no tener libertad de movimientos y sufrir numerosas restricciones. «Este último punto trajo como consecuencia dos aspectos relevantes: generó mucho ahorro y sobre todo generó un potente apetito consumidor. En el momento en el que los diferentes países fueron relajando estas restricciones, los consumidores comenzaron a demandar muchos bienes y servicios, que como hemos comentado contaban con una oferta reducida, lo que provocó que apareciese en escena una de las palabras más repetidas en 2022, inflación«.
Los expertos consideran que el pico de inflación llegó en verano, ya que después se ha observado una tendencia tímida de desaceleración, aunque advierten que los niveles son históricamente altos y que seguramente no se llegue al objetivo del 2% en varios años.
En este nuevo panorama de inflación alta, el ahorrador debe ser consciente de los retos a los que se enfrenta y del efecto que puede tener sobre su patrimonio. «El ahorrador español es conservador por naturaleza y ha visto como ya no es una opción dejar su dinero en la cuenta corriente o en un triste depósito a una rentabilidad paupérrima para batir la inflación. Esta año ha visto casi todos los días en medios de comunicación cómo su dinero ha perdido hasta un 10% de poder adquisitivo por el alza del precio de la vida, la inflación, el impuesto silencioso», explica José María Marín, ceo de Fortuna Asesores.
Subidas de tipos de interés. Como respuesta a la elevada inflación, los bancos centrales, que tienen como objetivo mantener la inflación alrededor del 2%, comenzaron en verano a desempolvar las herramientas con las que pueden frenar la inflación. La más llamativa son los tipos de interés, un mecanismo que han usado varias veces en 2022 hasta dejar los tipos en niveles del 4,24,4,5% en Estados Unidos y del 2,5% en la eurozona.
Según recuerdan desde Portocolom AV, los principales bancos centrales que hasta comienzos de 2022 insistían en utilizar la expresión “inflación transitoria”, finalmente dieron su brazo a torcer y comenzaron a subir tipos de interés con una velocidad e intensidad, nuevamente sin precedentes, hecho que ha tenido un efecto muy negativo en los mercados. “Esta subida provocó de manera directa una caída muy rápida y vertical de los mercados de renta fija, incidiendo sobre todo en duraciones largas. La renta variable se vio afectada de dos maneras: por un lado, mayores tipos inciden directamente en una menor valoración de las empresas (estas se valoran por descuento de beneficios futuros; al descontar a una mayor tasa, la valoración es inferior), por otro, si la subida de tipos enfría demasiado la economía, las compañías verán perjudicados sus beneficios (menores ingresos junto con un mayor coste de financiación), por lo que su valoración también caerá”, explican desde la entidad.
Esta subida también ha tenido un impacto directo en el pequeño ahorrador/inversor al afectar, entre otras cosas, a las cuotas de las hipotecas tras 10 años de tipos cero. «Esta merma de la renta disponible de los hogares españoles ha puesto en jaque, junto a las altas tasas de inflación, a las economías domésticas de muchos hogares. Tras una época de alegría en el consumo por el excedente de ahorro acumulado por el COVID… Winter is coming, nos tenemos que ajustar el cinturón y jugar a este queso para este pan, y este pan para este queso», aconseja Marín.
Se reducen los límites desgravables de los planes de pensiones individuales. Este año se produjo una nueva reducción quedándose el límite en 1.500 euros. «Es un vehículo de ahorro más usado por su aparente, que no real, beneficio fiscal, que por necesidad frente a la maltrecha situación del sistema de las pensiones públicas», advierte Marín. A pesar de las reducciones, ahorrar para la jubilación y planificar nuestro futuro debe ser un claro objetivo que cumplir durante este 2023 si aún no lo hemos hecho.
Cuatro claves que vigilar en 2023
Una vez echada la vista atrás y reflexionado sobre 2022, toca mirar al futuro y el equipo de Portocolom advierte que, de cara a este año, son varios los puntos que probablemente determinarán la evolución de los mercados:
Evolución de los datos de inflación a nivel global: de cómo evolucionen en los próximos meses dependerán las decisiones de los bancos centrales en cuanto a tipos de interés.
Crecimiento económico: directamente relacionado con el punto anterior, será importante ver hasta qué punto se enfría la economía global, pues no es lo mismo vivir una recesión suave y temporal que entrar en una fase de deterioro económico más duradera.
Evolución de la pandemia y de la política COVID cero en China: aunque en el mundo occidental las restricciones y confinamientos relacionados con el COVID parecen cosa del pasado, en China acaban de pasar de una política de tolerancia cero a una relajación importante de las medidas sin haber hecho una preparación específica. (Poca tasa de vacunación con vacunas poco eficientes, sistema de salud desbordado…). La velocidad, profundidad y capacidad de reacción ante esta nueva situación marcará gran parte del futuro económico global, al ser China un productor y consumidor muy relevante a nivel internacional.
Conflicto bélico en Ucrania: más allá del drama humano que se está viviendo allí, el conflicto está teniendo repercusiones para todo el mundo a nivel económico (especialmente para Europa), elevando el precio de las materias primas y de la energía principalmente.
«Nos despedimos de 2022 con la esperanza que 2023 cambie el curso de esta década que, entre pandemias, guerras, fenómenos meteorológicos, tensiones políticas globales y locales, mercados financieros convulsos y otras tantas cosas más, no ha empezado con buen pie. En nuestra mano, y dentro de nuestras capacidades, está hacer lo posible para reconducir estos años 20. Que mejor cita que esta de Ghandi para despedir el año: “Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena”, concluye el equipo de Portocolom.