Gescooperativo, la sociedad de inversión colectiva del Grupo Caja Rural, ha reunido algunas claves de inversión dirigidas a inversores con una limitada experiencia en los mercados. Esta propuesta se enmarca dentro de su iniciativa de fomentar la cultura financiera.
Entre los consejos que ofrece la firma, se encuentra las ventajas que se derivan de optar por una estrategia de inversión metódica, fundamentada en la realización de aportaciones periódicas, en lugar de una sola en el año, en tanto que esta fórmula reduce la volatilidad sobre el patrimonio invertido y, en determinados escenarios, es capaz de generar unos mejores retornos en el medio y el largo plazo.
Los expertos de Gescooperativo consideran esta fórmula idónea “sobre todo en situaciones de incertidumbre o si el inversor tiene un conocimiento limitado del mercado, puesto que, al realizar aportaciones periódicas, consigue diversificar el momento de entrada en el mismo”.
Las aportaciones periódicas suponen para el inversor tomar posiciones en diferentes momentos del mercado, lo que le permite asegurarse un precio medio de los activos. Se trata de una estrategia diferente a la típica aportación extraordinaria en el tiempo, sin una periodicidad concreta, que con frecuencia se tiende a hacer en momentos de bonanza en los mercados y se pospone en los momentos de más incertidumbre o volatilidad en las bolsas.
“Al optar por una estrategia automática de entrada en el mercado, evitamos ese sesgo emocional en la inversión, que con frecuencia juega malas pasadas a los inversores noveles. Además, es ideal para el inversor que va generando ahorro de forma recurrente”, señalan los expertos de Gescooperativo.
Estratégica válida para gestión activa y pasiva
Los expertos de Gescooperativo explican que esta estrategia es válida tanto para la gestión pasiva como para la gestión activa de carteras. En este segundo caso, además de beneficiarse de un precio medio en la suscripción de activos y ver reducida la volatilidad, el inversor logra como protección adicional la que le proporciona el experto encargado de gestionar el fondo, que realizará ajustes en la cartera en función de los movimientos del mercado. “En el contexto de la gestión activa, el inversor se protege con sus propias herramientas (la realización de aportaciones periódicas), y cuenta además con la protección adicional que le proporciona el gestor profesional”, añaden los expertos.
Para éstos, la fórmula más adecuada que podrían seguir los inversores sería determinar un día fijo todos los meses para realizar su aportación, y de esa manera evitar las respuestas temperamentales o impulsivas en función de los vaivenes del mercado.
Largo plazo y beneficios fiscales
Los expertos de Gescooperativo subrayan también que la estrategia de inversión en fondos debería ser también un instrumento a largo plazo para conseguir beneficios fiscales. “Una de las características interesantes de los fondos de inversión, a efectos fiscales, es que puede mantenerse la inversión a largo plazo sin tener que tributar por los rendimientos obtenidos. En vez de hacer efectiva la rentabilidad lograda, el inversor puede traspasar el patrimonio acumulado a otro fondo sin tener que tributar por ello”, recuerdan.
Básicamente, estamos hablando de un diferimiento de la tributación por los beneficios obtenidos hasta el momento en el que decida el inversor.