Aunque el Día Internacional de la Mujer se celebra cada año el 8 de marzo, los esfuerzos para alcanzar el empoderamiento femenino en materia financiera deberían ser diarios. Entre otros motivos, para conseguir los retos globales recogidos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Una forma de acelerar esa paridad de género está relacionada con el acceso de las mujeres al sistema financiero.
Según un informe de la ONU de 2021, solo el 68% de las mujeres de países en desarrollo tenían acceso a una cuenta financiera, frente al 74% de los hombres. Por ello, el organismo incide en la necesidad de desarrollar programas de inclusión financiera y digitalización de pagos para integrar en el sistema al colectivo femenino a nivel global.
Los asuntos financieros se han asociado históricamente a los hombres, y el hecho de que la mujer no participara en las decisiones financieras también ha hecho que tuviera menos conocimientos al respecto, además una sensación de inferioridad e inseguridad. Esto sigue siendo así a día de hoy: los datos de la OCDE apuntan que las mujeres tienen un nivel de conocimientos financieros inferior al de los hombres, y la «Encuesta de Competencias Financieras 2021» del Banco de España recoge también esa misma tendencia. Puede entenderse que a la hora de invertir sean menos activas, aunque realmente están haciendo grandes progresos en este ámbito, y el porcentaje de mujeres inversoras crece cada día.
Ejemplo de ello es la progresión que están experimentando en la plataforma europea de inversión Scalable Capital: en 2020, solo el 7% de sus clientes eran mujeres; sin embargo, a cierre de 2023 representaban el 25% de los usuarios de su plataforma. Para conocer mejor las preferencias de inversión de los europeos, la fintech realizó una consulta a 1.000 personas de cinco países del continente, entre ellos España, y en las respuestas se aprecian ciertas diferencias de género.
Perfil de la mujer inversora
Al preguntarles por qué invierten, tanto para hombres como para mujeres la razón principal es acumular un dinero extra de cara a la jubilación (48% de mujeres y 47% de hombres). La siguiente motivación es obtener beneficios a corto plazo, pero esto es sensiblemente más prioritario para los hombres (34%) que para las mujeres (28%). La tercera razón es poder protegerse del efecto de la inflación -que hace que el dinero depositado en una cuenta bancaria pierda valor-. En este caso, la diferencia es todavía mayor: sólo un 15% de mujeres tiene este factor en cuenta a la hora de invertir, frente al 27% de hombres.
Respecto a los instrumentos de inversión más utilizados, los planes de pensiones y seguros de vida son los más frecuentes para ambos sexos, aunque la mujer se sitúa por delante: 38% frente a 32%. Dentro del mercado de capitales, los productos más habituales son las acciones y los fondos, y aquí son los hombres los que superan a las mujeres: 26%-25% frente a 16%-17%, situándose también por delante de ellas en bonos de renta fija o en fondos cotizados (ETFs).
Según el estudio, la mujer tiene mayor preferencia por los ETFs que los hombres, y estos las adelantan en el caso de las acciones. También se interesan más por los planes de ahorro a largo plazo y la inversión con criterios ASG.
En cuanto a aquellos que todavía no han dado el paso a la inversión, para las mujeres la razón principal es la falta de capital, tanto en forma de ingresos como de ahorros (también lo es para los hombres, pero en menor medida). El desconocimiento es la segunda razón, y aquí son también más las mujeres que reconocen no controlar bien el funcionamiento de los mercados de capitales. Y la tercera causa es el riesgo y la incertidumbre implícita en las inversiones, algo que, de nuevo, frena más a las mujeres que a los hombres.
“De todo esto se desprende que, a la hora de invertir, ellas son más prudentes, más conservadoras y más previsoras, pero de media tienen menos patrimonio disponible. Sin embargo, aunque sea con pequeñas cantidades, adoptar hábitos de inversión, y hacerlo cuanto antes para aprovechar al máximo las ventajas del largo plazo, será crucial para garantizar su bienestar financiero y su independencia económica en el futuro”, concluye Adrián Amorín, Country Manager para España de Scalable Capital.