La inversión orientada a las rentas tiene como objetivo generar a partir de sus inversiones un flujo de efectivo regular y constante, ya sea mensual o anual, a lo largo de un periodo dado. Este tipo de inversión trata de mantener el poder adquisitivo adaptándose a las tasas de inflación con vistas a alcanzar un objetivo a largo plazo, como disponer de una renta durante la jubilación o ahorrar para la educación de los hijos.
Entender una cartera de rentas
Una cartera de rentas generalmente consta de tres resortes: renta, capital y rendimiento. Aunque resulta difícil controlar los tres, una cartera de rentas prioriza la obtención de rentas constantes y la estabilidad del capital, siendo el rendimiento el resultado de los dos. Una cartera de rentas sólida suele estar formada por inversiones con una buena capacidad de generación de rentas y una estabilidad general del capital.
Antes de configurar una cartera de rentas, un inversor debe decidir primero el nivel de riesgo que le parece aceptable. Generalmente, una renta mayor conlleva un riesgo más alto, pero en detrimento de la fiabilidad, mientras que con un riesgo más bajo se renuncia a algo de renta a cambio de una mayor estabilidad. Se puede alcanzar un equilibrio adecuado escogiendo inversiones que ofrezcan rentas atractivas, con algo de estabilidad.
Los cuatro principios de la inversión orientada a las rentas
He aquí algunos aspectos a considerar cuando se trata de invertir en busca de rentas:
1. La diversificación es vital. Una cartera de rentas, como la mayoría de estrategias de inversión, se beneficiará de una diversificación amplia en las diferentes clases de activos, regiones y sectores. Contar con diferentes fuentes de rentas también ayudará a su cartera a generar rentas en diferentes entornos de mercado.
2. Aprenda sobre los repartos. Cuando escoja una inversión que genera rentas, es importante entender la base de los repartos. ¿Tiene la inversión un objetivo de reparto y cómo se abona? ¿Este nivel de reparto es sostenible? ¿Los repartos se realizarán con cargo al capital si los mercados caen?
3. No se olvide de la rentabilidad del fondo. Repartos periódicos no es lo mismo que rentabilidad del fondo. El capital que ha aportado es el motor que impulsa la generación de rentas e ignorarlo puede hacer que usted no alcance sus objetivos de inversión a largo plazo.
4. La rentabilidad total importa. Las carteras de rentas sólidas presentarán un equilibrio adecuado entre la estabilidad del capital y el crecimiento de las rentas. Eso le ayudará a mantener y acrecentar su capital, lo que también le ayuda a aumentar el nivel de renta real que usted recibe.
Qué debe recordar
La inversión orientada a las rentas no está exenta de riesgos y siempre debe recordar lo siguiente:
Cuanto mayor es el rendimiento, mayor es el riesgo: los activos con rendimientos más altos suelen presentar más riesgo para compensar a los inversores dispuestos a arriesgar su capital. Cabe decir lo mismo de los fondos de reparto, donde los productos con mayores dividendos suelen asumir más riesgo con el capital de los inversores.
El impacto de la inflación: si su cartera de rentas no está expuesta a los activos de crecimiento, su valor real (después de la inflación) decrecerá con el paso del tiempo. Se puede contrarrestar este efecto conjugando los activos de rentas y los activos de crecimiento en su cartera. Las inversiones que generan rentas, como los bonos indexados a la inflación, las acciones, los inmuebles y los activos de infraestructuras, pueden contribuir a generar rentas por encima de la inflación.
No pierda de vista la rentabilidad: por último, debe tener siempre presente en las inversiones orientadas a las rentas que el rendimiento o los repartos no son un indicador de rentabilidad. Los repartos a corto plazo son solo un aspecto de la rentabilidad, sobre todo si pueden abonarse con cargo al capital, y eso podría desembocar en un deterioro de los repartos y, por ende, de su patrimonio.