Gastos, deudas, ingresos… El manejo de la economía del hogar puede convertirse en ocasiones en una fuente de conflictos, especialmente en momentos de incertidumbre económica e inestabilidad laboral como el actual provocado por la crisis del COVID-19. Y es que hablar de dinero es una de las conversaciones más difíciles e incómodas para buena parte de la población española. Así lo confirma el Informe Europeo de Pagos de Consumidores elaborado por Intrum, que señala que el 23% de los españoles no habla abiertamente sobre finanzas con su pareja, un punto más que la media europea (22%).
Este informe constata que las mujeres tienen mayor predisposición que los hombres a hablar sobre las finanzas del hogar, pues al 26% de ellos les cuesta abordar asuntos cotidianos como los gastos o el presupuesto con su pareja, frente al 21% de las españolas.
Sin embargo, para evitar que las disputas por dinero en la pareja sean un problema de difícil solución, uno de los consejos más repetidos por los expertos consiste en hablar sin tapujos, y desde el principio, de la situación económica de cada uno de los integrantes. A los datos de Intrum se suman los de una encuesta realizada por Finect, que desprende que el 58% de los españoles deja esta conversación para después del año, un 6,7% ni tan siquiera la ha tenido nunca, y sólo un 35,3% la mantiene en los primeros meses de relación.
Los ingredientes que no deben faltar a la hora de hablar
A la hora de tener la conversación, “siempre hay que hablar con claridad y sin tabúes, y no dejar que las dudas o los problemas aumenten hasta llegar al momento que no se le pueda dar la vuelta a la situación”, aconseja Egoitz Maya, asesor financiero de Basque Financial Consulting y de la plataforma Finect. De hecho, un 38% de los participantes en la encuesta de Finect mantienen discusiones sobre finanzas con su pareja y un 10,4% ha mentido en alguna ocasión por este tema.
Uno de los ingredientes que no deben faltar al hablar de finanzas es la transparencia. Un factor en el que las personas consultadas mantienen un comportamiento excelente, ya que un 91,4% afirma que ambos miembros conocen los ingresos del otro, frente a un 5% que dice no haber compartido esa información, y a un 3,6% que afirma que solo uno de los dos conocen los ingresos del otro. “La gestión de la economía de la pareja debe abordarse con absoluta sinceridad, y puede suponer un punto de encuentro o de conflicto”, muestra Guillermo Villar, consejero financiero de Inversimply y asesor de la plataforma Finect. En su opinión, resulta primordial dejar claro cuales son las expectativas económicas de cada uno y lo que se espera de la otra parte. “Igual que hacemos con otros temas como si quieres tener hijos o no”, ejemplifica.
A la hora de compartir información, prácticamente la mitad de los encuestados (49,7%) asegura que lo hace de forma periódica y verbal. De manera más profesional, un 17% asegura compartir una hoja de cálculo con su pareja, y al frente un 3,7% reconoce no compartir información financiera o un 2,6% solo cuando realiza la declaración de la renta.
¿Una cuenta conjunta o dos individuales?
La gestión del dinero, según los expertos, debe separarse en dos cuentas corrientes, una destinada a objetivos y gastos personales, y otra para los comunes y proyectos compartidos, como viajes o la compra de un coche. Una recomendación que sigue el 44,5% de las personas consultadas por Finect. Sin embargo, un 28,5% solo dispone de una cuenta conjunta y un 27% de dos separadas.
En este aspecto, David Forcada, agente de GVC Gaesco y asesor financiero en la plataforma de Finect, recomienda que si el perfil de riesgo y los objetivos son los mismos se pueden organizar con cuentas conjuntas. Pero, por el contrario, si hay visiones diferentes, por pequeñas que sean, mejor una gestión individualizada para ahorrarse decisiones conjuntas incorrectas que pueden generar tensiones.
¿Dónde invertimos para conseguir nuestros objetivos?
“Sin duda, lo más relevante de las finanzas en pareja es el tema de las inversiones”, afirma Forcada, sobre todo en un momento donde los bancos cobran por mantener el dinero en cuenta corriente y los depósitos no pagan nada. Un principio que sigue el 59,8% de los encuestados al asegurar tener objetivos financieros comunes y disponer de vehículos de inversión conjuntos. Mientras, un 20,9% reconoce no compartir objetivos, y un 19,3%, aunque si los comparte, dice no tener contratado ningún producto.
“Lo más importante al invertir es tener claro que hay objetivos personales y conjuntos y lo más conveniente para llevar a cabo esos objetivos es respetar los personales y llegar a un acuerdo en los que sean comunes”, aconseja Egoitz Maya. “Una vez estén claros, es muy importante elegir las herramientas financieras adecuadas para no salir perjudicados en caso de posibles rupturas en el camino”, finaliza.
Miguel Carmiña, cofundador de Micappital y también presente en el servicio de búsqueda de asesores en Finect, aconseja “adoptar el perfil de riesgo de la persona que va a supervisar o gestionar esa cartera, pues es la persona que va a ser más susceptible de cometer errores de inversión por la emocionalidad del mercado”. Y en el caso de que ambos quieran gestionar el ahorro, “siempre recomienda invertir siguiendo el perfil de riesgo del más conservador”.
La falta de educación financieros aumenta la posibilidad de conflictos
Solicitar dinero prestado que no se podrá devolver, agotar el límite de la tarjeta de forma recurrente y convertirlo en una deuda oculta para la pareja, genera conflictos y desconfianza, al tiempo que ejerce una presión adicional sobre la relación y causa incomodidad financiera. De ahí que la formación económica sea clave para tomar las mejores decisiones en pareja, algo que, según el informe de Intrum no es tarea sencilla.
Concretamente, en él se muestra cómo el 24% de los españoles afirma que su pareja tiene escasos conocimientos financieros y toma decisiones erróneas para la economía familiar, influyendo negativamente en su devenir futuro. Y 4 de cada 10 afirma que su relación mejoraría si supiesen manejar sus facturas y ahorros de manera más efectiva.
Estas cifras ponen de manifiesto la necesidad de que los españoles aumenten sus conocimientos en educación financiera, pues es la única manera de sentirse seguro cuando se habla de dinero. Hay muchas maneras de conseguirlo: leer publicaciones o artículos especializados, reflexionar sobre el comportamiento financiero, utilizar herramientas digitales y, sobre todo, reflexionar y tener muy en cuenta los gastos e ingresos fijos.
Para conseguirlo, los españoles recurren a múltiples fuentes de información. Una de las más comunes es internet, consultada por 4 de cada 10 españoles (42%), superando así a los españoles que consultan temas financieros a sus padres (29%). Solo de esta forma, informándose y adquiriendo confianza en la gestión realizada, el dinero dejará de ser tabú y se convertirá en una conversación más a tratar en pareja.