Partiendo de la base de un plan de inversión bien definido, donde se establecen objetivos claros, se cuantifica el capital requerido para alcanzar estos objetivos y se especifica un horizonte temporal, se pueden seguir algunas estrategias simples que ayuden a conseguir los objetivos marcados. Aportar una cantidad fija periódica, por ejemplo mensual, supone beneficios inesperados.
Al decidir invertir una cantidad fija mensual, por ejemplo 100 euros al mes, nos comprometemos a suscribir más participaciones cuando el valor liquidativo del fondo es inferior, aunque cuando el valor liquidativo sube, los mismos 100 euros compran menos participaciones. De esta forma, estadísticamente, las participaciones se adquieren a un precio medio, más ventajoso que si la adquisición se hiciera una vez al año o una vez cada seis meses, de acuerdo con el valor liquidativo puntual en cada momento.
La inversión fija periódica tiene además importantes beneficios psicológicos. Cuando los activos cotizan especialmente a la baja, los inversores se dejan contagiar por el pesimismo y, con frecuencia, son reacios a comprar. Pero al seguir una estrategia de inversión regular y constante, por una cantidad fija, se evita invertir todo el dinero de una sola vez en un momento que podría resultar inoportuno. Si se percibe un descenso en el valor de la inversión, el inversor puede verse tentado de vender con pérdidas y prometer no invertir nunca más.
Invertir en fondos indexados para reducir costes. Gracias a los fondos indexados no es necesario preocuparse de que la distribución de los componentes de una cartera de fondos abarque un amplio espectro de acciones o bonos. Un fondo indexado recoge cada acción o bono que forma parte de un índice, en la misma proporción, replicándolo, y mantiene esos activos de forma indefinida.
Puesto que un fondo indexado no necesita emplear a gestores y analistas para analizar y seleccionar los valores a incluir en la cartera, sus costes son menores. El típico fondo indexado tiene un coste medio de alrededor de 0,50%, mientras que un fondo de inversión puede tener un coste medio aproximado de 1%. Adicionalmente, los fondos indexados modifican su cartera raramente, lo que reduce también sus costes de operativa.
Debido a sus costes ventajosos, el comportamiento de los fondos indexados es competitivo respecto a los mejores fondos de inversión gestionados. Aunque, a largo plazo suelen obtener mejores resultados, en las etapas difíciles de mercado, los fondos gestionados prevalecen. Siempre puede optarse por combinar ambos estilos de gestión en una cartera para aprovecharse de las ventajas de cada uno de ellos.
Se pueden encontrar fondos indexados para casi cualquier categoría de acciones y bonos. Pueden tener formato de fondo de inversión indexado o de fondo cotizado (ETF). Sólo es necesario seleccionar el índice que se desea seguir y adquirir el fondo que lo replica de menor coste
Por supuesto que algunos fondos gestionados consiguen superar al resto. Si se desea combinar ambos estilos de gestión, activa y pasiva, del grupo de fondos gestionados habría que seleccionar aquellos que son lo suficientemente buenos para que sus resultados no se vean disminuidos por la desventaja de sus costes, de forma que sean capaces de batir a los fondos indexados que compiten con ellos. La adquisición de fondos gestionados requiere también el seguimiento de sus gestores, por lo que si no queremos emplear tiempo en seleccionar los fondos y efectuar el seguimiento de sus gestores, la alternativa es invertir en fondos indexados.
Si buscamos simplicidad, los fondos o planes de ciclo de vida son de una gran ayuda. Utilizados principalmente para planificar la jubilación, este tipo de fondos distribuyen la inversión entre acciones, bonos y liquidez, variando la asignación a cada tipo de activo en un porcentaje diferente, en base únicamente a la fecha en la que es probable que se necesite el dinero.
Puesto que probablemente los objetivos definidos sean varios, no debería de considerarse un único fondo de ciclo de vida para satisfacer las necesidades de inversión. Cada inversor debería incluir en su cartera una cuenta corriente para una emergencia. Para otros objetivos a corto plazo, como adquirir un coche o una casa, será necesario reservar una cantidad y elegir una inversión apropiada.
En el caso de ahorrar para la jubilación, un fondo de ciclo de vida puede ser una alternativa simple de invertir, sin tenerse que preocupar por cómo afecta el acercamiento a la fecha objetivo a su nivel de riesgo. La oferta de este tipo de fondos es variada. Bankia, Deutsche, Fidelity, La Francaise, Oddo o Unigest son algunas de las gestoras que han apostado por este tipo de fondos, con objetivos definidos a diferentes fechas, desde el próximo año 2019 hasta 2025. Y para la jubilación, hay planes de pensiones del sistema individual que llegan hasta 2050 en la oferta de planes de Caixabank, BBVA o Caja Laboral.
Paula Mercado, directora de análisis de VDOS