Los españoles aprobamos, pero demostramos un nivel en conocimientos financieros medio-bajo. Un resultado que se extrae del documento de trabajo de la CNMV “Educación financiera y decisiones de ahorro e inversión: un análisis de la Encuesta de Competencias Financieras (ECF)”, elaborado por Anna Ispierto, Irma Martínez y Gloria Ruiz del Departamento de Estudios y Estadísticas de la Dirección General de Política Estratégica y Asuntos Internacionales de la CNMV.
Los resultados revelan que la nota media derivada de la evaluación de los conocimientos financieros de la muestra es de 6 sobre 10, mostrando un 70% de los individuos unos conocimientos medios o altos y un 25% unos conocimientos bajos o muy bajos. Se observa que la franja de edad con conocimientos financieros más bajos es la de las personas de mayor edad. También se aprecia la existencia de una brecha de género en la educación financiera de la muestra empleada de población: hay una proporción superior de hombres (82 % frente al 71 % de mujeres) que muestra conocimientos financieros medios o superiores.
El documento de trabajo persigue cuantificar los conocimientos financieros de los individuos; relacionarlos con sus características socioeconómicas y estudiar los determinantes de sus decisiones financieras.
El 40% de los encuestados no ha ahorrado en el último año
En el caso de la formación, los datos señalan la importancia de las primeras etapas de esta en el aprendizaje, al igual que una relación positiva entre la renta percibida por el individuo y su nivel de conocimientos financieros. El análisis del comportamiento del individuo respecto al ahorro muestra que, en general, los encuestados dan una importancia muy alta al hecho de ahorrar, aunque casi un 40% de ellos declara no haberlo hecho en el último año. Las personas que ahorran, en general, optan por un número muy reducido de activos financieros, que en pocos casos son más de dos.
Estos resultados, según informan desde la CNMV pretenden contribuir a mejorar el diseño de las políticas y de los programas que persiguen potenciar las competencias financieras entre diferentes públicos objetivo.
El efecto directo de la educación financiera en la toma de decisiones de inversión
En el documento, tras un análisis descriptivo previo, se analiza el efecto de la educación financiera en la toma de decisiones de ahorro e inversión para un conjunto amplio de activos financieros y se adopta una metodología que permite reducir los problemas de estimación detectados en estudios previos. Por un lado, para medir los conocimientos financieros de la población se han empleado técnicas de estimación previamente utilizadas en revistas académicas de alto impacto. Por otro lado, los modelos se han aplicado considerando el problema de endogeneidad de la educación financiera. Es decir, se ha capturado el efecto directo de la educación financiera en la toma de decisiones de inversión tratando de aislar la mejoría en las competencias financieras que pueden experimentar los individuos por el mero hecho de participar en los mercados financieros. Para ello se ha comprobado empíricamente la relevancia y exogeneidad de los instrumentos empleados.
Los resultados ponen de manifiesto la importancia de la educación financiera en la toma de decisiones de inversión, aunque difieren con respecto a estudios previos. Mientras que otros estudios señalan la importancia de la educación financiera en la adquisición de productos financieros, incluyendo la suscripción de planes de pensiones y otros productos concebidos para ahorrar en previsión de una contingencia futura, este trabajo evidencia que juega un papel especialmente relevante en la decisión de adquirir otros activos financieros como los títulos de renta fija y variable, bien de forma directa o participando en un fondo de inversión. Esto es, la educación financiera determina las decisiones de inversión en las que predomina la valoración de la rentabilidad, el riesgo y el plazo de inversión y no las decisiones de ahorro ni de adquisición de productos con marcadas connotaciones de cobertura.