La gestión pasiva se hace un hueco cada vez mayor en la composición de la cartera de los inversores españoles. Si bien es cierto que son, de momento, los inversores institucionales los que optan mayoritariamente por este estilo de gestión, los bajos costes de este tipo de productos constituyen un atractivo para el inversor particular. Los dos productos más relevantes de la gestión pasiva son los fondos indexados y los ETFs cuyas diferencias es importante conocer antes de decantarse por alguno de ellos.
La principal diferencia entre ambos se refiere al activo cuyo comportamiento replican. Así, los fondos indexados replican un índice de renta variable como el Ibex 35, el Eurostoxx 50 o el S&P 500 mientras que los ETFs replican el comportamiento de activos de distinta gama como un sector empresarial concreto o varios, una materia prima o una cesta de ellas.
El fondo indexado requiere un importe mínimo de contratación y un ETF permite operar desde una participación. Además, a diferencia de un ETF un fondo indexado puede contar con diferentes clases de participaciones que contribuyen a la liquidez y a reducir diferenciales.
Cuando invertimos en un fondo indexado, nuestra relación es con la propia gestora si bien en el caso de un ETF nuestro contacto es con el broker con el que operemos.
La transparencia es otra de las características que se les atribuye a los ETFs en detrimento de los fondos indexados. En este sentido, éstos últimos disponen de valor liquidativo diario frente al valor liquidativo intradía que ofrecen los ETFs. En el caso de los fondos indexados, puede haber retrocesiones (las comisiones que las gestoras repercuten a las redes comerciales por la distribución de sus fondos de inversión), pero no sucede así en el caso de los ETFs que carecen de ellas.
En un fondo indexado, la gestora puede dar acceso mensualmente a la composición de la cartera si bien, en el caso de los ETFs podemos conocer esa composicón diariamente.
Diferencias fiscales, el caballo de batalla
La gran diferencia entre ambos productos de gestión pasiva reside, sin embargo, en el tratamiento fiscal. Así, los fondos indexados disfrutan, como cualquier fondo de inversión, de exención fiscal en los traspasos mientras que los ETFs son equiparables fiscalmente a la compraventa de acciones.
Eso sí, el camino hacia una equiparación fiscal en los traspasos entre ambos productos está abierto tras el lanzamiento de una nueva operativa por parte de la plataforma Allfunds. La plataforma ha puesto en marcha esta opertiva después de que la Dirección General deTributos autorizara la equiparación fiscal de los ETFs a los fondos de inversión aunque solo en el caso de ETFs comunitarios que no cotizan en España.