Tras las últimas decisiones del Banco Central Europeo adoptadas el pasado mes de septiembre, comienza a ser una realidad el hecho de los bancos cobren a los clientes por sus depósitos. De momento, han empezado a cobrar ya a las empresas por sus depósitos y “el salto a los particulares parece sólo cuestión de tiempo, de forma directa o indirecta, vía comisiones en la cuenta del depósito”, apunta Pedro Gómez, presidente de Colectual, plataforma de financiación participativa a pymes.
La razón es que el escenario de tipos bajos se prevé largo en el tiempo y los bancos andan necesitados de resultados. Si las entidades no pueden gestionar intereses, hay que cobrar comisiones. “Un escenario de tipos bajos a largo plazo es una magnífica noticia si tienes una hipoteca, pero es un pésimo escenario si tienes unos ahorros de los que esperas obtener una rentabilidad”, apunta Gómez.
Ante esta situación de tipos muy bajos o negativos, y la perspectiva de que perduren en el tiempo, José María Ferrer, director general de Colectual, recomienda replantear la estrategia de ahorro e inversión. “Si queremos tener rentabilidad, no hay más remedio que asumir algunos riesgos. Se han acabado los tiempos en los que se podía aspirar a ganar dejando los ahorros en el banco”.
En este sentido, apunta también a ser más moderados en nuestras expectativas de rentabilidad. «Si el riesgo de la inversión es bajo, ganar a la inflación con un 2 o un 3% es una excelente rentabilidad. Si la aspiración es superar el 10%, confío que tenga un robusto corazón capaz de aguantar sustos”, advierte Ferrer.
Otro consejo es desconfiar de las ofertas donde se garantizan rentabilidades elevadas. “Los compromisos no son garantías. Se pueden ir cumpliendo mientras se quiera, pero como vengan mal dadas, seguro que se incumplirán. Si además tiene que reclamar en otro país (sea o no de la UE), lo más probable es que las supuestas garantías acaben siendo ineficaces y sea inútil reclamar”, añade.
Además, Ferrer subraya la importancia de invertir a plazos cortos. “En tiempos económicamente inciertos, es preferible hacer cuatro inversiones a 90 días, donde rápidamente se recupera lo invertido y se puede volver a invertir en un nuevo proyecto (igual o distinto), que apostar todo a una sola inversión a largo plazo, con rentabilidad nominal superior”. Por último, recomienda diversificar las inversiones.