Hay muchos enfoques diferentes a la hora de encontrar oportunidades de inversión. Por ejemplo, los operadores a corto plazo a menudo utilizan el análisis técnico para encontrar oportunidades estadísticas, y los inversores a largo plazo con frecuencia hacen uso del análisis fundamental para encontrar empresas infravaloradas por el mercado. También hay diversos tipos de análisis técnico y fundamental, como el uso de patrones de gráficos o indicadores, cuando se utiliza el análisis técnico, o un enfoque de abajo hacia arriba (bottom-up) o de arriba hacia abajo (top-down) en el análisis fundamental.
Los inversores que utilizan un enfoque de inversión top-down comienzan su análisis observando los factores macroeconómicos antes de llegar a las acciones individuales. Por ejemplo, un inversor top-down podría comenzar su análisis identificando los países con las economías de más rápido crecimiento. Luego, podría poner su foco en los sectores individuales dentro de estas economías para encontrar las mejores oportunidades. Por último, analizarán las empresas individuales dentro de estos sectores específicos, antes de tomar una decisión de inversión. El inversor también podría tener en cuenta otros factores macroeconómicos, como los ciclos económicos o económicos.
La mayoría de los inversores top-down son inversores macro centrados en capitalizar grandes tendencias utilizando fondos cotizados en bolsa (ETFs) en lugar de acciones individuales. Sus carteras tienden a tener una mayor rotación que las de los inversores bottom-up, ya que están más centrados en los ciclos de mercado que en las acciones individuales. Esto significa que su estrategia tiene más que ver con el impulso y las ganancias a corto plazo que con cualquier tipo de enfoque basado en el valor para encontrar empresas infravaloradas.
Los inversores top-down se benefician del acceso a una cartera diversificada de activos dentro de un determinado país, región o sector, ya que suelen invertir en fondos. El principal inconveniente es que tienen relativamente poco control sobre la composición final de su cartera, a menos que inviertan en acciones o bonos individuales. Su cartera también puede tener riesgo de concentración si se centran en países o sectores específicos en lugar de en diversificar.
Los inversores que utilizan un enfoque bottom-up comienzan su análisis por empresas individuales y luego construyen una cartera en base a sus atributos específicos. Por ejemplo, un inversor bottom-up podría detectar acciones que cotizan con un PER (ratio precio/beneficios) bajo y luego revisar las empresas que cumplen con ese criterio específico. A continuación, analizarán cada empresa individual con más detalle y la evaluarán en función de otros criterios fundamentales. El inversor también puede confiar en factores externos, como informes y opiniones de analistas, para obtener información adicional.
La mayoría de los inversores bottom-up son inversores microeconómicos que se centran en atributos específicos de una empresa al construir su cartera. Tienden a seguir la estrategia de «comprar y mantener», ya que invierten mucho tiempo analizando cada empresa individual en lugar del entorno que las rodea. Esto significa que sus inversiones pueden tardar más tiempo en realizarse, pero podrían ser más eficaces en la gestión del riesgo y, en última instancia, en el aumento de los rendimientos ajustados por riesgo.
La cartera de este tipo de inversores a menudo está bien diversificada en términos de sector y geografía y saben que cada componente de su cartera cumple con sus objetivos de inversión. Su desventaja es que los atributos subyacentes que están buscando deben producir rendimientos por encima del mercado para que tengan éxito. Por ejemplo, podría suceder que los bajos ratios PER por sí solos no superen al índice de referencia a largo plazo.
No hay un enfoque único que sea adecuado para todos los inversores. La decisión de invertir según el enfoque top-down o bottom-up es en gran medida una cuestión de preferencia personal. Pero, de todos modos, estos dos estilos de inversión no son mutuamente excluyentes.
Muchos inversores combinan top-down y bottom-up al construir una cartera diversificada. Por ejemplo, un inversor podría comenzar con un enfoque top-down y buscar un país con potencial de rápido crecimiento en el próximo año o dos. Entonces podría adoptar un enfoque bottom-up dentro de ese país buscando inversiones específicas, como empresas con bajo PER o altos rendimientos.
La clave para utilizar con éxito estas técnicas es identificar los criterios correctos y analizarlos en un contexto más amplio. Por ejemplo, si los PER están deprimidas en un país específico, podría deberse a un factor de riesgo macroeconómico mayor, como la próxima de unas elecciones o de un conflicto. Los inversores deben considerar cuidadosamente todos estos factores al tomar decisiones de inversión para evitar cometer errores costosos