El carry trade es una de las estrategias de trading más simples que existen en el mercado de divisas. Una operación de carry consiste en la compra de un par de divisas, una divisa con un tipo de interés elevado contra una divisa con tipo de interés bajo. Por cada día que se mantiene esa operación, su broker le abonará la diferencia de interés entre las dos divisas, siempre y cuando se esté operando en la dirección positiva del interés.
Por ejemplo, si la libra esterlina (GBP) tiene un tipo de interés del 5% y el dólar estadounidense (USD) del 2%, y compramos, o tomamos una posición larga en el par de divisas GBP / USD, estamos haciendo una operación de carry. Cada día que mantengamos esta posición en el mercado, el broker nos va a pagar la diferencia entre los dos tipos de interés de esas dos divisas, que sería 3%.
Operar en la dirección de los intereses del carry es una ventaja porque, además de las ganancias por la operación, se obtiene también un rendimiento a partir de los intereses recibidos. El carry nos permite también utilizar el apalancamiento con ventaja. Cuando el bróker nos paga los intereses diarios de su nuestra operación de carry, los intereses pagados son sobre la cantidad apalancada. Así, si se hace una operación de 10.000 euros, por ejemplo, y sólo tiene que utilizar 250 euros para abrir la operación, los intereses abonados diariamente se calculan sobre los 10.000 euros, no sobre los 250.
Pero el carry trade es una estrategia muy arriesgada. Los pares de divisas que tienen las mejores condiciones para utilizar el método de operativa carry tienden a ser muy volátiles. Por esta razón, el carry trade debe llevarse a cabo con precaución. Los mercados volátiles pueden tener movimientos bruscos y contundente sobre los pares de divisas que se consideran «parejas de carry» y, sin una gestión de riesgo adecuada, es fácil quedar atrapado por sorpresa en uno de esos giros bruscos e intensos del mercado. Repentinamente, la divisa utilizada para financiarse se puede fortalecer con rapidez, generando grandes pérdidas, tal como sucedió por ejemplo con el yen japonés durante la Gran Crisis Financiera.
Si se hace una operación de carry positiva por interés en un par de divisas que paga altos intereses, y el tipo de cambio se mantiene igual o se mueve a su favor, obtendrá una buena ganancia. Pero si el mercado se mueve en su contra, las pérdidas podrían ser sustanciales. El pago diario de intereses disminuirá el riesgo, pero probablemente no será suficiente para protegerle de su pérdida. La operativa carry debe considerarse como «la guinda del pastel», no como una estrategia fácil por la que no es necesario preocuparse.
Al igual que cualquier otra estrategia operativa, se deber aplicar una gestión de riesgo adecuada y ser disciplinado, no dejarse llevar. De lo contrario, la tentación de recibir un pago diario de intereses podría costarle una fortuna en pérdidas.
Lo mejor es combinar el carry trade con fundamentales y sentimiento del mercado que apoyen la estrategia. Las operaciones de carry funcionan mejor cuando el mercado se ’»siente seguro» y con un estado de ánimo positivo. Correctamente ejecutado, el carry trade puede proporcionar un rendimiento añadido sustancial.