Los años de crisis financiera nos han dejado una valiosa lección. Los comportamientos poco éticos resultaron ser la causa de no pocos fallos de prestigiosas entidades, con importantes repercusiones económicas y sociales. Si bien existe la creencia de que a veces es necesario utilizar métodos poco escrupulosos para obtener ganancias con una cartera de inversión, es posible beneficiarse utilizando una estrategia de inversión ética, lo que se conoce como inversión socialmente responsable (ISR).
Una estrategia de inversión socialmente responsable se basa tanto en el objetivo de obtención de retornos de inversión como en el cumplimiento de buenas prácticas de responsabilidad social, ambiental y de buenas prácticas de gobernanza corporativa por parte de los emisores. Los inversores ISR creen que la combinación de ciertos criterios sociales con rigurosos estándares de inversión, pueden identificar activos capaces de generar retornos competitivos y ayudar a construir un mundo mejor.
Los analistas de ISR reúnen información sobre las prácticas de compañías y sectores y las analizan respecto al contexto político, económico y socioambiental de un país
Por lo general, sus análisis se focalizan en factores como gobernanza y ética corporativas, aplicación de buenas prácticas laborales, temas ambientales, seguridad de sus productos, derechos humanos, relaciones con la comunidad y derechos de los pueblos indígenas.
La inversión socialmente responsable se interesa principalmente por promocionar la adhesión a los aspectos positivos de estos factores entre las empresas cotizadas. Sin embargo, la ISR también dedica su atención a los sectores y empresas que se oponen a ellos, considerándolos nocivos para la sociedad. Entre estas se incluyen negocios relacionados con el juego, el tabaco, las armas y el alcohol. Este tipo de compañías no pasan los filtros de selección SRI, son excluidas de una cartera SRI.
Los fondos cuya cartera invierte en empresas que se adhieren a criterios sociales, morales, religiosos o ambientales son los fondos socialmente responsables. Para asegurarse de que las acciones elegidas coincidan con las creencias del fondo, las empresas emisoras de estas acciones han de pasar por un cuidadoso filtro de selección. Un fondo socialmente responsable sólo incluirá valores de compañías que se adhieran a los altos estándares de civismo corporativo.
Puesto que las creencias pueden ser muy variadas, los gestores de fondos se enfrentan a una difícil tarea a la hora de determinar las acciones que mejor reflejen la combinación optima de valores éticos capaces de atraer a los inversores. Por esta razón, se establecen unos valores y unos objetivos para cada fondo, que definirán los criterios específicos que se tienen en cuenta para seleccionar las acciones a incluir en la cartera.
Así, por ejemplo, los fondos con una marcada sensibilidad hacia temas ambientales seleccionarán compañías que vayan más allá del mínimo cumplimiento en los requerimientos ambientales. Otros fondos socialmente responsables asignarán una parte de sus carteras a inversiones para la comunidad, que no constituyen donaciones, sino que permiten a los inversores ayudar en las necesidades de la comunidad, al tiempo que obtienen un retorno. Muchas de estas inversiones se hacen a través de bancos de desarrollo en países en vías de desarrollo, o en zonas menos favorecidas de países desarrollados para facilitar el acceso a viviendas y las inversiones de capital.
Para mantener el rigor en el cumplimiento de estos criterios, los fondos ISR mantienen un alto índice de activismo, utilizando su derecho como accionistas para influir en el equipo directivo de las compañías, sugiriéndoles cambios políticos. Esta promoción se consigue atendiendo a las reuniones de accionistas, presentando propuestas, escribiendo cartas a la dirección y ejerciendo sus derechos de voto. Dada la dificultad de que los accionistas de fondos puedan ejercer su voto, se delega este voto en un miembro del equipo directivo. La mayoría de los fondos de ISR siguen una política estricta de mantenimiento de transparencia en sus decisiones y revelan a sus accionistas todas sus políticas sobre delegación y procedimientos de voto.
Como inversores, puede que no seamos completamente filantrópicos y esperemos algo más que la satisfacción de haber invertido en una empresa que comparte nuestros valores. Podemos pues preguntarnos si el retorno que puede obtenerse a partir de fondos de ISR puede compararse con el de un fondo estándar. Varios estudios han demostrado que, el retorno medio de un fondo de ISR es similar al de cualquier otro fondo.
A la hora de seleccionar un fondo de ISR adecuado a nuestros valores, resulta conveniente seguir algunos criterios, en parte comunes a la selección de cualquier fondo. El más importante es informarse adecuadamente sobre la inversión socialmente responsable, cuáles son los fondos ISR. La información sobre los fondos está disponible en la web de la Asociación española para la Inversión Socialmente Responsable en la opción de menú FONDOS ISR.
También es importante conocer los valores de cada uno, para elaborar una lista de los valores prioritarios, ya que hay quien puede tener un mayor interés en causas ambientales, mientras que otros favorecen los programas sociales. Esta lista les permitirá seleccionar los fondos que mejor se ajusten a sus valores. Los costes por comisiones son otro factor que considerar, ya que no hay que olvidar que las rentabilidades que recibe un inversor son netas de comisiones. Los resultados históricos obtenidos por el gestor y por el fondo son también factores importantes, comunes a la selección de fondos en general, como lo es la conveniencia de diversificar.
Las oportunidades de inversión socialmente responsable sugieren que los inversores no necesitan comprometer sus valores para obtener retornos. Si se enfoca la selección de fondos de ISR como cualquier otra inversión, puede alcanzarse el doble objetivo de apoyar los valores en que se cree y rentabilizar la inversión.
Paula Mercado es directora de análisis de VDOS Stochastics y quefondos.com