La Asociación de Educadores y Planificadores Financieros (AEPF) organizó unas jornadas para el análisis de cuestiones que requieren enfoques multidisciplinarios, siempre dentro del marco de una educación financiera regida por normas técnicas de calidad. Durante el IX Foro Internacional de Educación Financiera de Calidad, tanto ciudadanos, como profesionales y empresas han tenido la oportunidad de ponerse al día con las últimas innovaciones en educación financiera de calidad, además de explorar cómo estas pueden beneficiarles en su vida cotidiana y profesional.
Las principales conclusiones del Foro incluyen:
1.- Proceso continuo: La educación financiera debe ser un proceso continuo y no limitarse a cursos o talleres aislados. Este recorrido implica la adquisición de conocimientos y habilidades para la gestión diaria del dinero, la planificación de futuros objetivos vitales, la búsqueda de asesoramiento adecuado y la valoración del trabajo de profesionales financieros, tal como estipula la norma técnica UNI 11402.
2.- Acompañamiento profesional: Contar con un profesional de la educación financiera que acompañe al usuario es de gran valor. Este apoyo facilita la adquisición de conocimientos y habilidades, la realización de proyectos de vida familiar y la interacción con intermediarios del mercado. Los resultados prácticos indican un incremento anual de riqueza de entre el 3% y el 4% para los ciudadanos que invierten con el apoyo de un educador financiero calificado.
3.- Educación temprana y transversal: La educación financiera de calidad debe comenzar en escuelas, colegios y universidades. Es crucial manejar los sesgos cognitivos y eliminar el componente emocional en las decisiones de inversión. AEPF propone planes transversales de educación financiera que involucren a profesores, padres y educadores financieros, promoviendo hábitos de consumo responsable, la importancia del tiempo en la planificación de jubilación, y el uso de instrumentos de inversión responsable para alcanzar objetivos vitales.
4.- Reconocimiento profesional: La educación financiera de calidad debe ser reconocida en sus diversas aplicaciones, ya sea desde una perspectiva asistencial o en procesos vitales como el desempleo, la jubilación, la maternidad o la planificación familiar.
5.- Implementar un plan de educación financiera como parte del bienestar corporativo en las empresas no solo mejora la salud financiera de los empleados, sino que también fomenta un ambiente de trabajo más productivo y comprometido.
6.- Política pública ambiciosa: Es esencial implementar una política pública ambiciosa que lleve la educación financiera de calidad a los ciudadanos y que las empresas se involucren en la salud financiera de sus trabajadores. Una sociedad civil informada puede disfrutar de mayores niveles de bienestar y libertad.
Javier Santacruz, presidente de AEPF, recordó que actualmente, solo el 18% de los ciudadanos europeos tienen un alto nivel de alfabetización financiera, según el Eurobarómetro de 2023, lo que «plantea dudas sobre si la UE realmente busca una educación financiera profunda o solo una alfabetización básica para atraer capital privado». El experto, si bien reconoce que la OCDE y la UE promueven un marco conjunto de educación financiera, ambas instituciones «carecen de una directiva firme para su implementación». De tal manera, que «es necesario un enfoque más profundo y práctico para lograr una participación efectiva y consciente de los ciudadanos en el mercado de capitales europeo».
Por su parte, Stefano Bonetto, certificador ISO 22222/UNI 11402, enfatizó la propia definición de educación financiera de calidad como aquélla que implica adherirse a normas y buenas prácticas y medir tanto las acciones realizadas como los resultados obtenidos. En este punto, quiso resaltar la importancia de detectar la existencia de «gurús que prometen riqueza en cinco días» y que «la protección al consumidor solo puede garantizarse mediante el cumplimiento de normas establecidas».
Asimismo, ofreció varios consejos, como que la alfabetización y la educación financiera son «herramientas distintas que deben ser coherentes e integrarse con las políticas públicas»; medir la eficacia de las actividades y la satisfacción de los usuarios; fomentar un papel activo de los ciudadanos, por ejemplo, en la elaboración de la actividad de budgeting (presupuesto, cuenta de resultados) y que las empresas deben involucrarse en la implementación de planes de bienestar para sus trabajadores, «utilizando la educación financiera como herramienta para gestionar su bienestar».
Educación financiera y mujeres
Por otra parte, Caterina Ruzza, presidenta del Comité Educación Financiera AEPF, destacó el trabajo innovador que se está llevando a cabo en la educación financiera de calidad dirigida a las mujeres, para la que se necesita «de una comunicación diferente». Los desafíos, según la experta, incluyen la brecha salarial y la falta de conocimientos financieros, «que dificultan la planificación del futuro, el acceso al mercado laboral y la participación en las decisiones patrimoniales familiares».
Victoria Iglesias, abogada y educadora financiera UNI 11402, abordó el importante reto de cambiar los patrones de conducta establecidos, «que no están funcionando», y cómo la educación financiera enfocada a las mujeres puede transformar esta situación. También destacó la importancia de la equidad de género, reconociendo que las mujeres enfrentan compromisos diferentes a lo largo de su vida. Iglesias subrayó que las mujeres son emprendedoras natas, pero solo el 29% de sus emprendimientos acceden a capital debido a la falta de educación financiera.
Derechos del cliente financiero
También hubo espacio para tratar los derechos de los clientes. En este ámbito, Frederic Moreno, patrón de la Fundación Universitaria Martí l’Humà, expuso las nuevas leyes que van a proteger los derechos del consumidor financiero junto a los que ya tienen indicados en la Ley de Defensa General de Consumidores y Usuarios y normas específicas sobre el Consumo de las comunidades autónomas: Ley de la Autoridad Independiente de defensa del cliente financiero y de la Atención a la Clientela. «El conocimiento de esta normativa permitirá al educador financiero detectar y asesorar al cliente, para que pueda defender sus derechos ante la banca», aseguró.
La cuestión importante en la educación financiera de la ciudadanía, según Moreno, debe ser su propia protección y defensa de los derechos, por ello debe conocer primero cuáles son sus derechos y también, en la medida posible, cómo elaborar sus propias reclamaciones cuando le sean vulnerados. «Las asociaciones pueden ayudar a la redacción y presentación de las reclamaciones», concluyó.
Pensiones
En el apartado de pensiones, Juan Ramírez Clamagirand, educador financiero de calidad UNI 11402, señaló como desafíos del sistema de pensiones español la demografía -con un envejecimiento de la población acompañado de baja natalidad- y la economía -precariedad en el empleo y nivel salarial; jubilación anticipada y bajo desarrollo del segundo pilar empresarial, ya que solo el 1% de las empresas participan debido a la predominancia de micropymes-.
De esta forma, resaltó la necesidad de contar con estrategias de ahorro individual y voluntario para complementar las pensiones y la importancia de la toma de conciencia personal y el asesoramiento de un educador y planificador financiero. También hizo referencia a la necesidad de utilizar herramientas tecnológicas y la planificación financiera para alcanzar los objetivos de jubilación.
Asimismo, Ramírez Clamagirand abogó por la monetización de activos no financieros, teniendo en cuenta que «el 70% de la riqueza de las familias españolas está en la vivienda en propiedad». Como herramientas para conseguirlo apuntó a la venta de la nuda propiedad y a la hipoteca inversa.