Si es de los que piensa que la inversión es un mundo complejo y arriesgado, sepa que quizás todavía cree en alguno de los falsos mitos que le impiden dar el paso del ahorro a la inversión. Desde ING han seleccionado los siguientes cuatro mitos que suelen frenar a los posibles inversores:
1. Para no perder dinero, lo mejor es dejarlo en la cuenta
En contra de lo que comúnmente se cree, mantener los ahorros en la cuenta corriente, lejos de hacer que estén más seguros y ser el único modo de “no perder dinero”, provoca el efecto contrario. Debido a la inflación, los ahorros pierden valor de forma constante a lo largo del tiempo. Por ejemplo, 10.000 euros depositados en una cuenta o en un depósito a un año han perdido el 18% de su valor en los últimos 16 años. De este modo, el dinero en la cuenta pierde valor constantemente.
2. Los expertos saben cómo conseguir más rentabilidad
Según ING, es erróneo pensar que solo se puede invertir siguiendo las recomendaciones de los expertos. De hecho, afirman que el 98,5% de los fondos globales de gestión activa no logra batir al índice global en 10 años, por lo que recomiendan optar por la gestión pasiva e invertir directamente en índices. Además, hay que tener en cuenta que la gestión activa implica también comisiones mayores que pueden lastrar la rentabilidad final de la inversión.
3. Para batir al mercado hay que saber cuándo comprar y vender
Los datos de entradas y salidas netas del Ibex 35 desde 2013 demuestran que la mayoría de los inversores no acertaron con el momento más adecuado de su inversión. De este modo, compraron caro y vendieron barato. Por ello, lo más recomendable es invertir en el largo plazo sin tomar decisiones puntuales ante los vaivenes inevitables del mercado.
4. Invertir en renta variable es muy arriesgado
Otra de los falsos mitos más arraigados es que invertir en renta variable es arriesgado. De nuevo, nos encontramos ante una falsedad dado que, en el largo plazo el riesgo de pérdida desaparece casi por completo.
Los datos muestran que una inversión de largo plazo con una diversificación que permita beneficiarse de la tendencia al alza de la economía mundial es la mejor opción para obtener rentabilidad de los ahorros.