La «vuelta al cole» coincide con el fin del verano, una época en la que se juntan los gastos elevados durante las vacaciones con las necesidades que hay que afrontar con motivo del inicio del curso escolar. Planificar con antelación y aplicar algunos consejos prácticos pueden ayudar a mantener las finanzas bajo control en la temida «cuesta de septiembre» y evitar que el estrés financiero se una a la vuelta al trabajo.
EFPA España ha elaborado una breve guía que ofrece una serie de claves sencillas para gestionar la vuelta de las vacaciones de la mejor manera posible, desde el punto de vista financiero, garantizando el mínimo impacto en el bolsillo y un comienzo de curso tranquilo.
1.- Revisa los gastos e ingresos. El fin del verano es el momento ideal para revisar los gastos realizados, tanto durante las vacaciones como a lo largo del periodo anterior, y también para ajustar las previsiones financieras para el nuevo curso. Analizar detalladamente a qué se ha destinado el dinero permite identificar áreas donde se puede ahorrar o recortar en el futuro. Además, actualizar las previsiones de desembolsos, teniendo en cuenta los gastos escolares, como material, uniformes y actividades extraescolares, es clave para evitar sorpresas y mantener las finanzas bajo control de cara al nuevo curso.
Una vez analizados los gastos, es el momento de revisar el presupuesto general. Evaluar si los desembolsos previstos se ajustan a la capacidad de gasto actual, en base a los ingresos, es fundamental para evitar desequilibrios. Es aconsejable actualizar el presupuesto mensual disponible, teniendo en cuenta el nivel de ingresos y esos gastos necesarios, que puede incrementarse si, por ejemplo, un nuevo miembro de la familia empieza el colegio o la escuela infantil. Asimismo, es importante revisar y ajustar las metas financieras; si algún objetivo se vuelve inalcanzable o menos prioritario, podría ser necesario modificarlo o incluso establecer nuevos objetivos más realistas.
2.- Establecer una nueva rutina de ahorro: la regla de los 30 días. Con la vuelta al cole, es un buen momento para instaurar una nueva rutina de ahorro que involucre a toda la familia. Un truco útil es crear un bote de ahorro familiar donde cada miembro aporte una pequeña cantidad de dinero regularmente, ya sea a través de una hucha física o una cuenta bancaria compartida. Este bote puede destinarse a objetivos comunes, como actividades de ocio familiar o incluso un fondo para imprevistos. Además, se puede implementar la regla de los «30 días»: antes de realizar una compra no esencial, espera un mes para ver si realmente es necesaria. Este simple hábito puede evitar gastos impulsivos y fomentar una mentalidad de ahorro en toda la familia.
3.-Pedir ayuda a tu asesor financiero para optimizar tus ahorros. La vuelta de las vacaciones puede ser un buen momento para ver cuál es el plan de ahorro e inversión y revisar o cambiar aquello que sea necesario. Si tenemos una cierta capacidad de ahorro, podemos ver con un profesional cuál es la mejor estrategia de inversión, en función de las necesidades, capacidad de ahorro y el perfil de riesgo del ahorrador e identificar nuevas oportunidades. Es aconsejable aprovechar también para realizar una revisión completa de los productos contratados: evaluar las condiciones de los préstamos, cuentas bancarias, tarjetas de crédito y otros instrumentos financieros. Es posible encontrar oportunidades para refinanciar un préstamo a una tasa de interés más baja, consolidar deudas o incluso destinar los ahorros a un producto que genere una buena rentabilidad.
4.- Aprovechar para abrir una cuenta a tus hijos. Es un buen momento para convertir el ahorro en una responsabilidad de toda la familia. El ahorro no debe ser solo una responsabilidad de los padres, sino un compromiso compartido por toda la familia. Involucrar a todos los miembros, incluidos los niños, en la planificación y gestión de los gastos puede ser una excelente manera de enseñarles el valor del dinero y la importancia de administrar los recursos de manera eficiente. Por ejemplo, los niños pueden participar en decisiones financieras pequeñas, pero significativas, como elegir entre diferentes opciones de material escolar, dentro de un presupuesto establecido, o decidir si es realmente necesario comprar algo nuevo o si se puede reutilizar lo del año anterior. Esta práctica no solo ayuda a reducir gastos, sino que también fomenta la toma de decisiones conscientes y responsables desde una edad temprana.
Además, es una buena oportunidad para abrir una cuenta remunerada a nombre de los más pequeños de la casa para que vayan conociendo el valor del dinero, la importancia del ahorro y nociones sobre inversión.