El capital privado ha comenzado a vivir una revolución tecnológica. Con la posibilidad de ampliar significativamente la base inversora que puede adentrarse en este tipo de inversión, la industria de private equity debe vivir una tecnologización similar a la que vivió la industria tradicional de fondos.
Esta es una de las principales conclusiones de esta masterclass de Aprende y Crece, la academia de Crescenta, en colaboración con Fórmate a Fondo. Salvador Mas, miembro del Consejo Asesor y experto en tecnología, nos relata cómo la industria del capital privado debe introducir la tecnología para ganar en seguridad y escalabilidad.
¿Por qué la industria tradicional tiene un nivel más alto de desarrollo tecnológico?
Tal y como relata Salvador, se debe a una cuestión de necesidad. “La industria del capital privado, que en realidad no debería considerarse una industria tecnológica, sino más bien una artesanía, sigue operando de manera manual, con un uso excesivo de hojas de cálculo y pocos sistemas automatizados”, apunta. Hasta el momento, no ha sido necesario que se industrialice, ya que tradicionalmente ha estado orientada hacia un público muy exclusivo. “No ha experimentado un proceso de democratización similar al de los fondos tradicionales o acciones, lo que ha generado esta brecha tecnológica”, puntualiza el experto.
Innovación y tecnología
Muchas veces se confunde innovación con tecnología, pero hay procesos esenciales que también se consideran tecnología. Por ejemplo, un fondo de inversión, que puede ser adquirido por millones de personas, y que invierte en un grupo de empresas con participaciones iguales y divisibles, es un avance tecnológico en sí mismo.
Para lograrlo, es necesario que se alineen varios factores: desde la gestión administrativa y contable del fondo hasta la automatización de la distribución del producto, para que los clientes puedan comprar y vender fácilmente.
Esta infraestructura tecnológica ya está presente en la industria tradicional, pero en el capital privado está ausente, lo que representa una gran oportunidad para quienes sepan cubrir esa carencia, ya que este tipo de productos se hará más accesible, no solo para clientes con grandes patrimonios.
La tecnología transformará la industria
Salvador defiende que la adopción de tecnología se dará rápidamente, presentando grandes oportunidades para empresas como Crescenta, y se convertirá en una ventaja competitiva clave.
“Actualmente, la industria depende demasiado del trabajo manual, lo que limita su capacidad para escalar. Por ejemplo, si necesito un día o más para preparar una propuesta para un cliente, es claro que la eficiencia es baja y que la falta de escalabilidad es evidente. La inversión en tecnología es crucial”, explica.
¿Está la industria lista para el crecimiento de la demanda?
La regulación reciente ha permitido que personas con patrimonios relativamente pequeños puedan invertir, lo que ha democratizado el acceso al capital privado. Sin embargo, la tecnología aún no está a la altura de esta demanda y es necesario implementarla.
“Un buen sistema de onboarding digital es fundamental, pero pocas empresas lo tienen. El proceso de registro de clientes debe ser tan sencillo como en cualquier otra entidad, pero la realidad es que en la industria de capital privado todavía se maneja de manera manual”, señala el experto. Cubrir esta brecha es indispensable. Si no se cuenta con un sistema eficiente, robusto y compatible con las regulaciones, escalar será imposible, y entrar en este negocio sin esa tecnología resultará demasiado costoso. “Sin tecnología, no habrá inversión minorista”.
Asimismo, Salvador insiste en que la tecnología también es clave para mejorar la seguridad, ya que en los procesos manuales actuales, existe un alto riesgo de errores.
“Debemos aprender de la industria tradicional, donde estos sistemas tecnológicos están muy avanzados y operan sin problemas”, concluye.