Los fondos de capital privado, al no invertir en activos cotizados, tienen un funcionamiento diferente al de un fondo tradicional. En esta nueva masterclass del programa Aprende y Crece de Crescenta, en colaboración con Fórmate a Fondo, Íñigo Nieto, responsable de Finanzas y Desarrollo de Producto de Crescenta, explica cómo funcionan estos fondos.
En primer lugar, debemos entender que la cantidad que se compromete en un fondo de capital privado no se desembolsa en un primer momento, sino que, según localice oportunidades de inversión, se la pedirá a los inversores de manera gradual.
Esta petición se realiza formalmente a través de las llamadas de capital, que suelen ser anuales y de un 20%-25% del capital comprometido. Por ejemplo, si comprometes 10.000 euros, las llamadas podrían ser de unos 2.000-2.500 euros al año.
Íñigo nos lo explica con un ejemplo: imagina que en la etapa de colocación del fondo, el gestor decide que su objetivo de inversión va a ser 50 millones de euros y nosotros, como inversores, entramos en el fondo con un compromiso de 20.000 euros. “Esos 50 millones lo van a completar distintos inversores como tú que harán distintos compromisos y también habrá inversores más grandes como family offices”, matiza.
Siguiendo con el ejemplo, pongamos que el gestor adopta una estrategia de private equity growth, una estrategia muy típica en el sector que consiste en comprar compañías y hacerlas crecer aportando valor, ya sea tecnológico, de capital humano o donde haya oportunidad. Una vez el gestor vea que ya no puede aportar más valor, la venderá para poder dar esa rentabilidad a los inversores.
Una vez empieza la etapa de inversión, el equipo comienza a buscar empresas en las que invertir. Hasta este momento, el gestor no te ha pedido nada de tus 20.000 euros, porque no ha hecho ninguna inversión aún y no tendría sentido pedir dinero para tenerlo parado, explica el experto.
Momento de invertir: llamadas de capital
Imaginemos que este fondo de 50 millones encuentra una empresa que vale 5. En ese momento, los gestores le piden a los inversores una parte de su capital comprometido a través de la primera llamada de capital (o capital call, en inglés). En esa primera llamada, solo desembolsarás 2.000 euros de los 20.000 que habías comprometido.
Esta dinámica se irá repitiendo a lo largo de los primeros 4 o 5 años en las que desembolsarás la totalidad del capital comprometido.
Momento de desinversión: distribuciones
Continuando con el ejemplo, en el año 4-5 del fondo, el gestor compra la compañía número cinco y empieza, a su vez, a desinvertir en la primera que adquirio. En este momento se solapan las llamadas de capital con las distribuciones.
“Entonces es posible que en el año 5 te esté haciendo una llamada de capital, pero ese mismo año también obtengas retorno”, aclara Íñigo Nieto.
Si esa empresa que compró el fondo inicialmente por 5 millones la vende por 10 millones, el fondo le entregará al inversor unos 4.000 euros. ¿Por qué? Porque, según el ejemplo, habías invertido 2.000 euros.
¿Por qué no se aporta todo el capital de golpe?
“El objetivo es maximizar la rentabilidad de los inversores”, destaca. Si el fondo nos hubiese pedido todo el dinero el primer día, estaría parado y si no nos lo devuelve hasta el último día al gestor tampoco le genera valor, por lo que quiere pedirnos el dinero solo cuándo lo necesite y devolverlo a través de las distribuciones tan pronto como lo reciba