Los fondos de capital privado, por la naturaleza de las empresas en las que invierten, se comportan de una manera diferente a los fondos tradicionales. En esta masterclass del programa de Aprende y Crece de Crescenta, en colaboración con Fórmate a Fondo, Íñigo Nieto, responsable de Finanzas y Desarrollo de Producto, nos resume en qué consiste.
La curva J es una gráfica que representa la forma que suele adoptar el valor liquidativo de un fondo de capital privado y refleja la tendencia de estos fondos a obtener resultados negativos en los primeros años, para después obtener rentabilidades muy atractivas.
Durante los primeros años, los fondos de capital privado tienden a registrar rentabilidades negativas. Esto se debe a que el valor en las empresas en las que invierten no se genera de inmediato, además de los costes iniciales asociados con las inversiones y las comisiones de gestión.
El propósito del fondo es compensar esas pérdidas iniciales mediante la mejora de la eficiencia y la creación de valor en las compañías seleccionadas. A medida que el fondo genera ingresos por la venta de estas empresas con el paso del tiempo, los retornos de la inversión superarán considerablemente las pérdidas sufridas al principio. Esto da lugar a lo que se conoce como la «curva J», en la que los retornos negativos iniciales caen por debajo del valor original, pero eventualmente los beneficios sobrepasan con creces ese nivel.
Curva J
En la gráfica, se puede observar que, en las primeras etapas del fondo, los retornos son negativos. No obstante, con el tiempo, las ganancias aumentan, permitiendo no solo la recuperación de las pérdidas iniciales, sino también la obtención de rendimientos elevados.
Para los inversores menos experimentados, esta evolución de la curva J puede ser desalentadora, ya que al principio de la inversión los beneficios no son visibles e incluso pueden generarse pérdidas. Sin embargo, este tipo de inversión está diseñada para el largo plazo, por lo que es importante entender que lo relevante no es el comienzo sino el resultado final. El objetivo principal es maximizar el retorno, recuperando las pérdidas iniciales y logrando un rendimiento significativo a largo plazo.