La correlación entre activos es una medida de la evolución de la cotización de esos activos entre sí, unos respecto a otros. Los activos que se mueven en la misma dirección, al mismo tiempo, se consideran correlacionados positivamente. Cuando un activo tiende a subir cuando el otro baja los dos activos se consideran correlacionados negativamente. Los activos que no muestran ninguna relación en la evolución de su cotización están descorrelacionados.
Una correlación de 0 significa que los rendimientos de los activos no están correlacionados. Si se considera que dos activos no están correlacionados, el movimiento del precio de un activo no tiene ningún efecto en el movimiento del precio del otro activo.
De acuerdo con lo que se conoce como teoría moderna de carteras, se puede reducir el riesgo general en una cartera de inversiones, e incluso aumentar sus rendimientos generales, invirtiendo en combinaciones de activos que no estén correlacionados. Si la correlación es de cero, entonces no hay correlación, lo que supone que la dirección de un activo no determina el movimiento de otro activo. Si hay una correlación negativa, un activo subirá cuando el otro esté a la baja, y viceversa.
Al poseer activos con diferentes correlaciones entre sí, se puede obtener un éxito relativo con la inversión, sin verse tan afectado por fuertes subidas y bajadas, como puede suceder en el caso de invertir en un solo tipo de activo. Por ejemplo, cuando se tiene una acción que está funcionando bien, las ganancias puede que no sean tan altas como las de otro inversor que esté totalmente invertido en ese tipo de activo, pero sus pérdidas no serán tan extremas si ese mismo activo sufre un retroceso en su cotización.
La correlación puede cambiar
La teoría de la correlación y la no correlación tiene sentido, pero resultaba más fácil de probar cuando las inversiones tenían una correlación menos positiva. Los mercados modernos no son tan predecibles, ni tan estables, cambian constantemente la forma en que se mueven. Si bien es cierto que los bonos alguna vez tuvieron una correlación negativa más o menos fiable con las acciones, esa correlación ha pasado a ser positiva durante más tiempo que negativa desde el cambio de siglo. Del mismo modo, las acciones internacionales ahora se ven más afectadas por el mercado de valores de Estados Unidos. La mayoría de las empresas son globales y no están aisladas de un país o una región en particular.
Las clases de activos alternativos, como los hedge funds (fondos de cobertura) y el private equity (capital privado), tienen una correlación menos consistente, ya que dependen de variables como los objetivos específicos de cada uno y los gestores de fondos. En cualquier caso, la mayor parte de este tipo de inversiones sólo está disponibles para los inversores más adinerados.
Cómo componer una cartera de activos descorrelacionados
La diversificación es una forma de acercarse a lograr la descorrelación. La verdadera descorrelación es difícil de conseguir actualmente. Hay expertos financieros que trabajan a tiempo completo en el intento de encontrar la cartera no correlacionada más eficiente posible.
En general, una combinación de acciones, bonos y activos alternativos como efectivo e inmobiliario a largo plazo, puede ser suficiente. Todos estos activos tienden a funcionar de una manera menos correlacionada y combinados pueden ayudar a amortiguar la volatilidad general de una cartera. También se sabe que el oro no tiene correlación con las acciones.
¿Tiene sentido la diversificación?
A pesar de que los diferentes tipos de activos están cada vez más correlacionados, la diversificación inteligente aún puede reducir el riesgo y aumentar el rendimiento de una cartera. Los activos todavía tienden a funcionar de manera diferente y las ganancias de uno todavía pueden amortiguar las pérdidas de otro. Encontrar una combinación de activos que se adapte a la tolerancia al riesgo y objetivos de inversión a largo plazo, puede ser una buena opción para una cartera con menor riesgo y mayor potencial de obtener un retorno sostenible en el tiempo.
Para ayudar a identificar la correlación de clases de activos se pueden utilizar ETFs (fondos cotizaos) e índices de referencia. En términos generales, cuanto más bajas o más negativamente correlacionadas estén ciertas clases de activos entre sí, mayor será el beneficio de diversificación de tener esas clases de activos en una cartera.
Comprender la correlación de los diferentes tipos de activo en la cartera puede ayudar a diversificar y a reducir la volatilidad. Para los operadores activos, comprender la correlación de activos puede ser de gran ayuda para identificar las operaciones a ejecutar y desarrollar estrategias.