Un millón de euros puede parecer mucho dinero – y lo es – pero dentro de 10 años probablemente nos parecerá menos dinero porque tendrá menos poder adquisitivo que el que tiene actualmente.
La razón de ello es la inflación, es decir, la tasa de aumento de los precios de los bienes y servicios. Sea cual sea la causa, al subir los precios, necesitaremos más dinero para comprar las mismas cosas que antes comprábamos por menos, pero, sobre todo, puede afectar a la planificación de nuestro futuro financiero.
A día de hoy, con una inflación que supera el 10%, entender cómo puede afectar a nuestros ahorros para evitar que se desbaraten nuestros objetivos financieros a corto y largo plazo, debería estar en nuestra mente inversora.
Manuel Alonso, consejero y director comercial de OVB España, compañía especializada en planificación financiera, nos propone varias recomendaciones que pueden ayudarnos a intentar seguirle el ritmo a la inflación para que nuestros ahorros no pierdan rentabilidad.
En primer lugar, es necesario saber cómo impacta la inflación en el corto, medio y largo plazo. No es lo mismo que la inflación impacte en el dinero que tengo previsto consumir el mes que viene que en el patrimonio que estoy acumulando para jubilarme donde tengo que paliar realmente la inflación es en los objetivos al medio y al largo plazo.
Si nos centramos en planificaciones de medio y de largo plazo debemos cuantificar correctamente el coste efectivo del objetivo. Por ejemplo, si estoy pensando en jubilarme, no tengo que calcular cuánto me cuesta jubilarme con los precios actuales, tendré que calcular cuánto me cuesta jubilarme con los precios futuros por eso tendré que calcular hoy el coste de la jubilación del mañana y así integrar la planificación en el precio o el valor de tu objetivo.
Elige bien tu herramienta de ahorro. Si nos ceñimos a cuentas corrientes o depósitos cuya rentabilidad es mínima lo que podemos tener asegurado es que vamos a perder poder adquisitivo, si mi dinero no crece pero los precios suben, lo que tengo es una rentabilidad negativa porque ha disminuido mi capacidad de compra, la recomendación es intentar tener una rentabilidad que supere la inflación, eso se consigue invirtiendo nuestro dinero en los mercados, formando parte de la economía global, solo así conseguimos que nuestro dinero se revalorice, asumiremos un mínimo riesgo a cambio de obtener una rentabilidad que no merme mi capacidad de ahorro
Y como las planificaciones son duraderas en el tiempo, es recomendable revalorizar tus aportaciones, es decir, que cada año adecues tu cuota de ahorro teniendo en cuenta el impacto de la inflación media en España, de esta manera siempre estarás ahorrando el mismo poder adquisitivo, no necesariamente el mismo dinero porque ya hemos visto que 100 euros de hoy no son 100 euros de ayer, pero sobre todo no serán los 100 euros del futuro.
«No se puede controlar la inflación, pero tampoco hay que dejar que erosione nuestros ahorros. Sé inteligente a la hora de colocar tu dinero, vigila tus gastos y podrás alcanzar tus objetivos de ahorro sin perder el ritmo», concluye el experto.