La semana pasada los bancos centrales anunciaron nuevas subidas de tipos de interés para hacer frente a la inflación y continuar con la normalización monetaria después de años con tipos de interés históricamente bajos. El Banco Central Europeo (BCE) anunció, por quinta vez, una subida de los tipos de interés, situándolos en el 3%, con el objetivo de combatir los efectos de la inflación.
El tipo de interés de la facilidad de depósito, que incentiva a los bancos que depositan dinero en el BCE, y que por tanto juega un papel importante en la rentabilidad que estos ofrecen a sus clientes, se fijó en el 2,5%, frente al -0,5% de hace aproximadamente medio año. La autoridad monetaria llevó así el precio del dinero a su nivel máximo desde noviembre de 2008 y adelantó que habrá otro ajuste a la alza el próximo mes de marzo, resumen desde Scalable Capital.
Los sucesivos anuncios del BCE no dejan indiferentes a los inversores minoristas españoles, y esta misma semana asistíamos a una escena inusitada: colas en la sede del Banco de España y el colapso de su página web para adquirir Bonos del Tesoro, que aumentaban su atractivo gracias a la subida de los tipos de interés. Pero, ¿qué implicaciones tendrán las posibles nuevas subidas de tipos en las carteras de los inversores y en la economía real de hogares y empresas?
Por otro lado, los inversores de renta fija se beneficiarán poco a poco del regreso a los tipos de interés positivos y de emisiones de deuda, tanto pública como privada, con mayores cupones. «La remuneración obtenida de las emisiones de deuda pública aún quedará muy lejos de igualar la inflación que venimos arrastrando. En el ámbito de deuda corporativa, no obstante, podrán encontrarse oportunidades de inversión muy interesantes a medio y largo plazo, por ejemplo, a través de fondos de inversión especializados en esta clase de activo», explica el experto.
En este sentido, Iglesias señala que es de esperar que la mejor remuneración de la renta fija haga que una parte del capital abandone la renta variable en busca de una rentabilidad suficiente y una menor volatilidad invirtiendo en deuda.
«La subida de tipos ya está aumentando el coste del capital y enfriando las expectativas de beneficio de numerosas acciones growth cuya cotización ya está sufriendo una fuerte corrección a la baja. Los inversores que conozcan bien sus negocios y confíen en ellos, no verán razón para liquidar sus posiciones y aprovecharán estos periodos para reforzar sus carteras», añade.
¿Incentivo o desincentivo inversor?
Este tipo de movimientos de los tipos de interés no afectará al inversor de largo plazo que tenga un proceso claramente definido. «Simplemente, los activos de su cartera más favorecidos por el actual entorno económico serán los que le aporten mayor rentabilidad en este momento, mientras que los más desfavorecidos dejarán de hacerlo o entrarán en pérdidas. Nada que sea anormal para quien entienda cómo funcionan las carteras diversificadas», aclara Iglesias.
¿Cómo va a impactar esta posible nueva política monetaria en la economía real? ¿Cuándo veremos los posibles cambios? Según relata Iglesias, el incremento del coste de capital reducirá la demanda de crédito y, por tanto, frenará la creación de nuevas empresas, especialmente en aquellos sectores industriales cuyos beneficios estén más alejados del presente. «El mercado preferirá, por tanto, modelos de negocio poco especulativos y con capacidad probada de generar beneficios ahora, en lugar de en el futuro. El crédito se dirigirá, por tanto, a reforzar proyectos empresariales de la “economía tradicional” antes que a financiar atractivas apuestas tecnológicas de resultados inciertos y lejanos», añade.
Respecto al ahorro más conservador, la subida de tipos de interés aumentará la oferta de depósitos bancarios remunerados a plazo fijo. Los ahorradores más conservadores sacarán el dinero de debajo de sus colchones para confiarlo temporalmente a las entidades bancarias que mejor se lo remuneren. Esos ahorros seguirán perdiendo poder de comprar por culpa de la inflación, pero menos da una piedra.
Cuidado con la inflación
De acuerdo Scalable Capital, la decisión del BCE, que revaloriza los depósitos, es una buena noticia para los ahorradores españoles, pero no garantiza que mantengan su poder adquisitivo a largo plazo. “Los españoles tienen miles de millones de euros en cuentas bancarias, y se merecen que el valor de sus ahorros les repercuta en forma de intereses significativos, tras años de tipos de interés cero. Combinar los depósitos con la inversión a largo plazo es una posible estrategia para hacer frente a la inflación”, explica Adrián Amorín, Country Manager en España de la compañía.
Hay que tener en cuenta que los tipos reales siguen siendo negativos, es decir, que no compensan el aumento generalizado de los precios (España cerró 2022 con una inflación del 5,7%). Por ejemplo, en un escenario con una inflación del 5%, en 15 años el coste de la vida se «comería” la mitad del valor de los depósitos de nuestra cuenta bancaria. Aún en el caso de que la subida de precios se contuviese hasta el 2%, en 15 años la depreciación de nuestros ahorros seguiría por encima del 25%.
Combinar los depósitos con inversiones en los mercados de capitales es una opción para obtener una mayor rentabilidad y evitar que nuestros ahorros se deprecien, según recuerda la entidad. De acuerdo con el análisis histórico de la banca de inversión estadounidense Goldman Sachs, la inversión en acciones de compañías estadounidenses fue capaz de superar a la inflación en un periodo de 20 años.
“La predilección por ahorrar de los españoles puede ser una fortaleza si dedicamos una mayor proporción de nuestros activos a la inversión a largo plazo en los mercados de capitales, mientras continuamos manteniendo depósitos en la cuenta para gastos de emergencia o planes a corto plazo. El objetivo es conseguir que nuestro dinero trabaje para nosotros”, concluye Amorín.