Este 2022, el pequeño inversor tendrá que luchar contra dos factores que amenazan su dinero y tranquilidad: la inflación y la volatilidad. Por un lado, la inflación es ese glotón silencioso que poco a poco se come nuestros ahorros, mientras que la volatilidad es un fenómeno provocador, que nos genera incertidumbre y nos hace tomar decisiones precipitadas, motivadas por el miedo.
Sin embargo, estos dos factores, si sabemos gestionarlos, no tienen porqué ser negativos. Por ello, hemos preguntado a los expertos qué armas podemos utilizar para combatirlos.
La diversificación y el largo plazo: un remedio para la volatilidad
Giorgio Semenzato, CEO y cofundador de Finizens, señala que momentos de volatilidad como los que estamos viviendo en los mercados deberían servir como recordatorio de que la toma de decisiones irracionales de parte de muchos inversores, a veces por miedo o presa de sus propias de emociones, multiplica las posibilidades de cometer errores que cuesten caros a la rentabilidad de nuestra estrategia.
Este efecto, según recuerda, también se observó durante las caídas históricas de marzo de 2020. Y, aunque, puede que creamos que estamos curados de espanto, debemos estar atentos y no dejar que las emociones se apoderen de nuestros procesos de tomas de decisión.
“Desde en Finizens creemos que, durante fases de corrección como la que se ha iniciado este mes de enero, merece la pena dar un paso atrás y recordar los principios clave para ser un inversor exitoso”, señala Semenzato. El primero, que la diversificación es tu mejor amiga: “Una buena diversificación por activos, divisas y geografías puede ayudar a mitigar mucho la volatilidad, haciendo que la cartera caiga menos que la media del mercado y que por lo tanto te ofrezca una mayor resiliencia para poder recuperarse en un tiempo más corto”, explica.
Paciencia y control
Paciencia y control de las emociones son los dos consejos que da Araceli de Frutos, fundadora de Araceli de Furtos EAFI y miembro de Aseafi, para el actual escenario de volatilidad. “Como decía uno de los grandes inversores, Peter Lynch: “Se ha perdido más dinero preparándose para las correcciones o tratando de anticipar las correcciones que el perdido en las correcciones mismas”, cita.
Horizonte a largo plazo y aprender a convivir con la volatilidad
Saber que la inversión es largo plazo es otro de los mensajes que deberíamos interiorizar en este escenario, según destaca Araceli de Frutos. “El tiempo y la paciencia son nuestros amigos. Hay que recordar a Warren Buffet cuando dice que “los mercados financieros están diseñados para transferir dinero del impaciente al paciente”, insiste.
“Si uno tiene claro que el horizonte de inversión ha de ser el del largo plazo, la volatilidad más que suponer un riesgo, podría traer consigo una oportunidad”, explica Munesh Melwani, de Cross Capital y miembro de Aseafi.
Según recuerda, los mercados han demostrado que a largo plazo siempre son alcistas, por lo que episodios de volatilidad son normales y suponen un simple obstáculo en su trayectoria. “La psicología humana tiende a ser cortoplacista y a asociar la volatilidad a peligro, cuando se trata de un estado natural del mercado ante los efectos de las distintas variables que suponen focos de incertidumbre, por ejemplo, ahora preocupa la velocidad y magnitud de las subidas de tipos, y cuánto tiempo va a perdurar la inflación a estos niveles, no vistos en las tres últimas décadas. El mejor consejo: aprender a convivir con la volatilidad, aprovecharla y no perder de vista el horizonte de inversión”, añade Melwani.
Semenzato también destaca la importancia de realizar inversiones con un horizonte de largo plazo. “Si no nos dejamos influenciar por el ruido de mercado y de cuál será el próximo cisne negro, como es el caso actualmente con la conversación en torno a Ucrania, evitaremos tomar decisiones irracionales que nos lleven perjudicar nuestros propios intereses, mermando la rentabilidad de nuestro patrimonio”, argumenta.
Además, añade que la inversión con un enfoque de largo plazo es especialmente efectiva cuando se realiza a través de estrategias de gestión indexada. “La evidencia empírica demuestra que, tanto en periodos de mercado alcista como bajista, los fondos indexados consiguen batir en rentabilidad a más del 90% de los fondos de gestión activa comparables”, explica.
Dejarse asesorar por un profesional
Otro de los consejos que más se repiten es el de acudir a un profesional. En España, según explica Melwani, las cuentas corrientes y plazos fijos siguen concentrando el 40% del ahorro familiar. Sin embargo, ahora, en un contexto inflacionista, que propiciará la subida de tipos oficiales, Melwani señala que “toca sufrir”. “Para evitar la pérdida de valor patrimonial, conviene ganar exposición a activos reales que generan rendimientos o rentas ligadas a la inflación, como por ejemplo los activos inmobiliarios, o bien, las materias primas pues normalmente recogen en precio la tensión de los precios (véase la energía eléctrica o el crudo recientemente), e incluso el oro, que suele actuar de activo refugio como reserva de valor”, aconseja.
“Por otra parte, la clase de activo favorita es la renta variable, de forma muy selectiva pues también llevamos muchos años alcistas, invirtiendo en compañías de calidad con capacidad de fijación de precios. No obstante, también hay algunos segmentos de la renta fija en los que se puede encontrar valor, tales como, los bonos ligados a la inflación, y en emergentes en divisa local”, continúa.
Desde luego, insiste en que lo que no se debe hacer y máxime con los bancos maximizando el cobro de todo tipo de comisiones, es mantener el dinero en cuenta corriente, que remunera menos del 0,5% nominal en promedio y con una inflación al 6%: “La pérdida de poder adquisitivo en términos reales es terrible. El mejor consejo: dejarse asesorar por profesionales regulados”, apunta.
Vehículos y activos para luchar contra la inflación
Según de Frutos, teniendo en cuenta que la mayoría de los pequeños inversores tienen un perfil moderado, en el actual entorno tienen que seguir asumiendo un mayor riesgo en la búsqueda de rentabilidad. “Aún no veo que sea el momento de entrar en renta fija. De tenerla, estaría en bonos de corta duración o de bonos ligados a la inflación. En el lado de renta variable, potenciaría los sectores que se consideran más defensivos como los centrados en rentabilidad por dividendo, y geográficamente Europa frente a Estados Unidos”, recomienda.
Respecto a vehículos de inversión, de Frutos señala que para el pequeño ahorrador está claro que el fondo de inversión es el producto que utilizar por su “diversificación, traspasibilidad y diferimiento fiscal, sin olvidar de la liquidez diaria de la que se dispone”. En cambio, advierte que debería evitar todo aquel producto que esté sujeto a un condicionante: “Todo lo que sea fondos estructurados o productos que no tengan liquidez o productos que no estén en un mercado regulado”.
El experto de Cross Capital se une a la recomendación de los fondos de inversión, pero insiste en que siempre que estén bien gestionados y a ser posible, por una firma de servicios de inversión independiente (no bancaria), sin sesgos comerciales de ningún tipo y con pleno alineamiento con los intereses de los partícipes. “Abogamos por la gestión activa vs la gestión pasiva (ETFs de bajo coste), si bien son complementarias en carteras globales multiactivos. La fondos de inversión de gestión activa siempre irán en busca del alfa, esto es batir al mercado o a su índice de referencia, descansado sobre el know-how del equipo gestor, que ha de ser experimentado”, añade.
“Lo mejor es invertir en una cartera diversificada o bien, en un fondo multiactivos de contrastada trayectoria, que persiga un retorno absoluto acorde al objetivo de rentabilidad del partícipe y que se adapte de forma activa a todas las fases del ciclo. Se deben evitar en un contexto de inflación elevada y subidas de tipos, los fondos que invierte en renta fija de larga duración”, aconseja.